Cuando se tiene diabetes, hay que tener un cuidado especial de los pies. Por eso es importante inspeccionar los pies a diario y elegir bien el calzado.
Utiliza un calzado cómodo y de buen ajuste para evitar que los pequeños problemas de los pies -como un callo, una ampolla o una callosidad- se conviertan en graves.
Encuentre la talla adecuada
Si hace tiempo que no te mides el pie, visita una zapatería para ver qué talla debes usar, dice el podólogo James Wrobel, DPM. No compre zapatos demasiado pequeños o demasiado grandes, que pueden causar ampollas y callos, dice.
Según un estudio de la Universidad de Dundee (Reino Unido), aproximadamente 6 de cada 10 personas con diabetes llevan un calzado de tamaño incorrecto. Otro estudio indica que sólo una cuarta parte de las personas llevan la talla correcta de zapatos.
No hay que confundir un ajuste apretado con un buen apoyo, dice Wrobel. En lugar de ello, use zapatos con un apoyo cómodo.
Consejos para elegir el zapato adecuado
Una vez que sepas tu talla correcta:
1. Busca zapatos que no tengan los dedos en punta. En su lugar, elige unos con una amplia "caja de dedos", para que tus dedos tengan mucho espacio para moverse. Así no quedarán aplastados. Tendrás menos posibilidades de que aparezcan callos, durezas y ampollas que puedan convertirse en úlceras.
2. Si puedes quitar la plantilla del zapato, sácala y písala. Tu pie debe caber cómodamente sobre ella sin superponerse. Si tu pie es más grande que la plantilla, quedará aprisionado dentro del zapato cuando lo uses. Elige otro zapato.
3. Evita los zapatos de tacón alto, porque ejercen presión sobre la bola del pie. Si tienes daños en los nervios, es posible que no te des cuenta de que esa zona está dolorida o tiene callos. Los tacones altos también pueden causar problemas de equilibrio, especialmente si tienes daños en los nervios.
4. Evita las sandalias, chanclas y otros zapatos abiertos. Las correas pueden ejercer presión sobre algunas partes del pie, provocando llagas y ampollas. Los zapatos abiertos pueden hacer que seas propenso a lesiones como cortes. También es más fácil que la grava y las piedras pequeñas se introduzcan en ellos. Estas pueden rozar tus pies, causando llagas y ampollas.
5. Considera la posibilidad de utilizar zapatos con cordones en lugar de zapatillas. Suelen ofrecer una mejor sujeción y un mejor ajuste.
6. Pruébate los zapatos al final del día. Es más probable que tus pies estén un poco hinchados. Si los zapatos son cómodos cuando tus pies están hinchados, también deberían sentirse bien el resto del tiempo.
7. No compre zapatos que no sean cómodos y planifique su adaptación a medida que los use. Los zapatos deben sentirse bien cuando los pruebes por primera vez. Si después de usarlos un par de horas te quitas los zapatos nuevos y encuentras puntos rojos y sensibles, no los vuelvas a usar.
8. Compra al menos dos pares con buen soporte. Es probable que cada par tenga diferentes puntos de presión en los pies, así que cambia de zapatos a diario. Tus zapatos también se secarán y ventilarán cuando no los uses todos los días.
9. En algunos casos, Medicare cubre el coste de zapatos especiales para personas con diabetes. Debe cumplir ciertos criterios, como tener cambios en la forma del pie, úlceras pasadas en el pie o callosidades que puedan provocar daños en los nervios. Es necesario que un médico se los prescriba. Hable con su podólogo o médico de atención primaria para obtener más información.
Mantenga los zapatos puestos
Una vez que encuentres unos zapatos que te queden bien, llévalos siempre. No vayas descalzo, ni siquiera por la casa o las zonas de piscina. "Algunos pacientes, cuando están entumecidos, pueden pisar un trozo de cristal y no ser conscientes de ello", dice el cirujano podiátrico Robert K. Lee, DPM.
Los podólogos sugieren que te pongas zapatos aunque sólo des unos pasos para ir al baño en mitad de la noche. Siempre existe la posibilidad de pisar algo, no sentirlo y lesionarse.
Disfruta de los pies de lujo de vez en cuando
Tener diabetes no significa que tengas que llevar zapatos delicados todos los días durante el resto de tu vida.
"La necesidad de tener cuidado depende de lo avanzada que esté la neuropatía", dice Lee. "Los riesgos varían significativamente según lo avanzada que esté la enfermedad y lo entumecida o mal que esté la circulación".
Si la sensibilidad y el flujo sanguíneo son normales, puede que incluso esté bien llevar zapatos de vestir, como tacones altos o de punta, durante periodos cortos de tiempo, dice Lee. No obstante, pregúntale a tu podólogo qué es lo mejor para tus pies.