También llamada enfermedad de Hashimoto, la tiroiditis de Hashimoto es una enfermedad autoinmune, un trastorno en el que el sistema inmunológico se vuelve contra los propios tejidos del cuerpo. En las personas con Hashimoto, el sistema inmunitario ataca al tiroides. Esto puede provocar hipotiroidismo, un trastorno en el que la tiroides no produce suficientes hormonas para las necesidades del organismo.
Situada en la parte delantera del cuello, la glándula tiroides produce hormonas que controlan el metabolismo. Esto incluye el ritmo cardíaco y la rapidez con la que el cuerpo utiliza las calorías de los alimentos que ingiere.
Causas de la tiroiditis de Hashimoto
No se conoce la causa exacta de la Hashimoto, pero se cree que hay muchos factores que influyen. Entre ellos se encuentran:
Genes.
Las personas que padecen Hashimoto suelen tener familiares con enfermedades tiroideas u otras enfermedades autoinmunes. Esto sugiere un componente genético de la enfermedad.
Hormonas.
El Hashimoto afecta a unas siete veces más mujeres que hombres, lo que sugiere que las hormonas sexuales pueden desempeñar un papel. Además, algunas mujeres tienen problemas de tiroides durante el primer año después de tener un bebé. Aunque el problema suele desaparecer, hasta un 20% de estas mujeres desarrollan Hashimoto años después.
Exceso de yodo. Las investigaciones sugieren que ciertos fármacos y el exceso de yodo, un oligoelemento necesario para que el cuerpo produzca hormonas tiroideas, pueden desencadenar la enfermedad tiroidea en personas susceptibles.
Exposición a la radiación. Se ha informado de un aumento de casos de enfermedad tiroidea en personas expuestas a la radiación, incluyendo las bombas atómicas en Japón, el accidente nuclear de Chernobyl y el tratamiento con radiación para una forma de cáncer de sangre llamada enfermedad de Hodgkin.
Síntomas de la tiroiditis de Hashimoto
Los síntomas de Hashimoto pueden ser leves al principio o tardar años en desarrollarse. El primer signo de la enfermedad suele ser un agrandamiento de la tiroides, llamado bocio. El bocio puede hacer que la parte delantera del cuello parezca hinchada. Un bocio grande puede dificultar la deglución. Otros síntomas de una tiroides poco activa debido a la enfermedad de Hashimoto pueden ser:
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Aumento de peso
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Fatiga
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Palidez o hinchazón de la cara
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Dolor articular y muscular
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Estreñimiento
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Incapacidad para entrar en calor
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Dificultad para quedarse embarazada
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Pérdida de cabello o cabello delgado y quebradizo
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Períodos menstruales irregulares o abundantes
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Depresión
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Disminución de la frecuencia cardíaca
Debido a que los síntomas de la tiroides de Hashimoto pueden ser similares a los de otras condiciones médicas, es importante consultar a su médico para obtener un diagnóstico.
Tratamientos para la tiroiditis de Hashimoto
No hay cura para la Hashimoto, pero la sustitución de hormonas con medicamentos puede regular los niveles hormonales y restaurar su metabolismo normal.
Las píldoras están disponibles en diferentes concentraciones. La dosis exacta que le recete su médico dependerá de varios factores, entre ellos:
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La edad
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Peso
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Gravedad del hipotiroidismo
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Otros problemas de salud
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Otros medicamentos que pueden interactuar con las hormonas tiroideas sintéticas
Una vez que comience el tratamiento, su médico le pedirá una prueba de laboratorio llamada prueba de la hormona estimulante de la tiroides (TSH) para controlar la función tiroidea y ayudar a asegurar que está recibiendo la dosis correcta. Dado que las hormonas tiroideas actúan muy lentamente en el organismo, los síntomas pueden tardar unos meses en desaparecer y el bocio en reducirse. Sin embargo, los bocios grandes que no mejoran pueden hacer necesaria la extirpación de la glándula tiroidea.