La diversión del fitness en familia

De los archivos del médico

¿Recuerdas cuando la infancia era sinónimo de correr, saltar y jugar?

Hoy en día, los niños pasan cada vez más tiempo aparcados frente a la televisión, los videojuegos o las pantallas de ordenador. Y eso se nota. Desde la década de 1980, las tasas de obesidad infantil se han disparado del 11% al 30% en los países desarrollados. En los países en vías de desarrollo han pasado del 4% al 14%, lo que demuestra que el problema de la inactividad es una crisis mundial.

Cuanto más gordos son los niños, menos saludables son. ¿Qué se puede hacer para animar a toda la familia a ser más activa y mucho más sana? Mucho. A veces el mundo moderno parece conspirar para que seamos sedentarios, dice el doctor Steven Blair, experto en epidemiología del ejercicio de la Universidad de Carolina del Sur. Pero con un poco de creatividad puedes inspirar a toda la familia para que se levante y sea más activa.

Conviértase en un modelo activo para los niños

Sabemos por muchos estudios que es más probable que los niños sean activos si sus padres lo son, dice la doctora Jennifer Huberty, profesora asociada de actividad física y promoción de la salud en la Universidad de Nebraska en Omaha. Ser activo con tus hijos, dice Huberty, también ayuda a darles confianza y les enseña las habilidades que necesitan para una serie de actividades.

Los científicos del comportamiento dicen que una estrategia para hacer que el ejercicio sea divertido es convertir la actividad en una competición amistosa. Los miembros de la familia pueden competir entre sí o, en el caso de familias más numerosas, pueden dividirse en equipos.

Las recompensas también son una buena forma de mantener a todos motivados, especialmente las que fomentan la actividad, como unas zapatillas nuevas para correr o un nuevo podómetro. Otro truco es hacer que la actividad forme parte de la vida cotidiana. Anime a los niños a participar en las tareas domésticas más vigorosas. Planifique las vacaciones en torno a actividades como el ciclismo, el piragüismo o el senderismo. Acostúmbrese a caminar cuando haga los recados y anime a los niños a participar.

8 Formas de iniciarse en el fitness familiar

Los expertos ofrecen algunas formas de empezar:

  • Convierte las tareas en retos de fitness.

    Tareas como pasar la aspiradora, cortar el césped, lavar el coche o limpiar el sótano queman calorías extra y hacen que los músculos se ejerciten. Planifica un día de fin de semana en el que toda la familia colabore. Haz un juego ofreciendo una recompensa, como una película o una cena en un restaurante favorito, por un trabajo bien hecho.

  • Explora tus parques locales.

    La mayoría de las comunidades tienen parques en los que se puede hacer senderismo en familia. Consulta en Internet o en el departamento de parques y ocio de tu localidad para obtener una lista completa. Pon un mapa de los parques locales en la nevera y reta a la familia a visitar cada uno a lo largo del tiempo.

  • Pasea al perro.

    Demasiados perros de familia -como sus familias- tienen sobrepeso. Pasear al perro ofrece una gran oportunidad para estar activo, que beneficia a todos. Anime a todos a turnarse o a ir juntos a los paseos con el perro. ¿No tiene perro? Lo más probable es que tenga vecinos mayores o personas que viajan y que agradecerían la oferta de dar un vigoroso paseo a sus perros. Otra opción: ofrézcase como voluntario para pasear perros en el refugio de animales local.

  • Baila, baila, baila.

    Tanto si se trata de country & western como de salón, bailar puede ser tan divertido que ni siquiera parece un ejercicio. Sin embargo, el baile quema calorías y mejora el estado cardiovascular. Muchas comunidades ofrecen programas de baile. Si tienes niños pequeños en casa, sólo tienes que poner música animada con un buen ritmo y montar tu propia fiesta de baile.

  • Únete.

    Muchos gimnasios ofrecen tarifas especiales para familias. Apúntate y anima a la familia a hacer ejercicio juntos. Establece objetivos para cada miembro de la familia y mantén una tabla en la nevera para contabilizar los resultados. Los preparadores físicos pueden crear planes individualizados para cada miembro de la familia. Muchos gimnasios ofrecen programas de cuidado de niños activos para los miembros más jóvenes de la familia, lo que permite una oportunidad para que los mayores se lancen a la cinta de correr o a la piscina.

  • Aumenta tu nivel de actividad diaria.

    Si a tus hijos les gustan los artilugios, compra a todos los miembros de la familia un sencillo podómetro (un dispositivo con correa que cuenta los pasos). Huberty sugiere que la familia se rete a ver quién es capaz de contar más pasos durante la semana. O establece un objetivo para que toda la familia aporte su parte. Lleva la cuenta de los resultados en tu nevera.

  • Asignar un director de actividades.

    Cada semana, asigne a un miembro de la familia como director de la actividad. La tarea: elegir una actividad que toda la familia vaya a probar. Anima a la familia a emprender algo nuevo, ya sea montar en bicicleta, jugar a los bolos, patinar, nadar, ir en canoa, hacer kayak, patinar sobre hielo o jugar al frisbee.

  • Planea unas vacaciones activas.

    Haga reservas para alojarse en hoteles o moteles con piscinas u otras opciones de actividades. Lleve a la familia de acampada y de excursión. Si planeas explorar una ciudad, decide los paseos urbanos que podéis hacer juntos cada día.

Elijas lo que elijas, las últimas Directrices de actividad física para los estadounidenses recomiendan que los niños realicen al menos una hora de actividades aeróbicas al día. Al menos tres días a la semana esas actividades deben ser vigorosas. Los jóvenes también deberían intentar realizar actividades de fortalecimiento muscular al menos tres días a la semana.

Esto puede parecer mucho, sobre todo para los niños enganchados a los videojuegos o a los pasatiempos en el ordenador. Pero los beneficios de ser más activos en familia son enormes. Los estudios demuestran que los niños y adolescentes activos están más en forma, tienen huesos más fuertes, mejor salud cardiovascular, menor riesgo de desarrollar resistencia a la insulina y una composición corporal más saludable en general. También tienen más confianza en sí mismos y son menos propensos a sufrir depresión.

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