Infección mamaria (mastitis): Síntomas, causas y tratamientos

Cómo se construye el pecho

La mama está compuesta por varias glándulas y conductos que conducen al pezón y a la zona coloreada que lo rodea, llamada areola. Los conductos que transportan la leche se extienden desde el pezón hacia el tejido mamario subyacente como los radios de una rueda. Bajo la areola se encuentran los conductos galactóforos. Estos se llenan de leche durante la lactancia después de que la mujer tenga un bebé. Cuando una chica llega a la pubertad, los cambios hormonales hacen que los conductos crezcan y que aumenten los depósitos de grasa en el tejido mamario. Las glándulas que producen leche (glándulas mamarias) que están conectadas a la superficie del pecho por los conductos galactóforos pueden extenderse hasta la zona de la axila.

Causas de las infecciones mamarias

La mastitis es una infección del tejido de la mama que se produce con mayor frecuencia durante la época de la lactancia. Puede ocurrir cuando las bacterias, a menudo procedentes de la boca del bebé, entran en un conducto de leche a través de una grieta en el pezón.

Las infecciones mamarias suelen producirse entre uno y tres meses después del parto, pero pueden darse en mujeres que no han dado a luz recientemente y... en mujeres después de la menopausia. Otras causas de infección son la mastitis crónica y una forma rara de cáncer llamada carcinoma inflamatorio.

En las mujeres sanas, la mastitis es rara. Sin embargo, las mujeres con diabetes, enfermedades crónicas, SIDA o un sistema inmunitario deteriorado pueden ser más susceptibles.

Aproximadamente entre el 1% y el 3% de las madres que amamantan desarrollan mastitis. La congestión y el vaciado incompleto de las mamas pueden contribuir al problema y empeorar los síntomas.

La mastitis crónica se produce en mujeres que no están amamantando. En las mujeres posmenopáusicas, las infecciones mamarias pueden estar asociadas a la inflamación crónica de los conductos situados bajo el pezón. Los cambios hormonales del cuerpo pueden hacer que los conductos de la leche se obstruyan con células cutáneas muertas y desechos. Estos conductos obstruidos hacen que la mama esté más abierta a la infección bacteriana. La infección tiende a reaparecer después del tratamiento con antibióticos.

Síntomas de la infección mamaria

Las infecciones mamarias pueden causar dolor, enrojecimiento y calor en la mama junto con los siguientes síntomas:

  • Sensibilidad e hinchazón

  • Dolores en el cuerpo

  • Fatiga

  • Congestión mamaria

  • Fiebre y escalofríos

  • Absceso: Un?absceso mamario puede ser una complicación de la?mastitis. Las masas no cancerosas como los abscesos suelen ser más sensibles y frecuentemente se sienten móviles bajo la piel. El borde de la masa suele ser regular y bien definido. Los indicios de que se ha producido esta infección más grave son los siguientes:

    • Protuberancia sensible en la mama que no disminuye después de amamantar a un recién nacido. (Si el absceso está en lo profundo de la mama, es posible que no puedas sentirlo).

    • Drenaje de pus por el pezón

    • Fiebre persistente y no mejora de los síntomas en las 48-72 horas siguientes al tratamiento

Cuándo buscar atención médica

Consulte a su proveedor de atención médica tan pronto como sienta cualquier bulto sospechoso, ya sea que esté amamantando o no. Pide una cita si:

  • Tiene alguna secreción anormal de los pezones.

  • El dolor en los senos le está dificultando el funcionamiento diario.

  • Tiene un dolor de pecho prolongado e inexplicable.

  • Tiene cualquier otro síntoma asociado como enrojecimiento, hinchazón, dolor que interfiere con la lactancia, una masa o bulto sensible en la mama que no desaparece tras la lactancia.

  • Si está amamantando, llame a su médico si desarrolla cualquier síntoma de infección mamaria para que se pueda iniciar el tratamiento con prontitud.

Es posible que deba ser evaluada en el servicio de urgencias de un hospital si el dolor de mamas se asocia a otros signos de infección (como fiebre, hinchazón o enrojecimiento de la mama) y si el médico no puede atenderla rápidamente. Los siguientes síntomas requieren tratamiento de urgencia:

  • Fiebre alta y persistente superior a 101,5F

  • Náuseas o vómitos que le impidan tomar los antibióticos según lo prescrito

  • Drenaje de pus del pecho

  • Vetas rojas que se extienden hacia el brazo o el pecho

  • Mareos, desmayos o confusión

Exámenes y pruebas de infecciones mamarias

El diagnóstico de mastitis y de un absceso mamario se puede hacer generalmente en base a un examen físico.

  • Si no está claro si una masa se debe a un absceso lleno de líquido o a una masa sólida como un tumor, se puede realizar una prueba como una ecografía. Una ecografía también puede ser útil para distinguir entre una simple mastitis y un absceso o para diagnosticar un absceso profundo en la mama. Esta prueba no invasiva permite al médico visualizar directamente el absceso colocando una sonda de ultrasonido sobre la mama. Si se confirma la existencia de un absceso, a menudo es necesario realizar una aspiración o un drenaje quirúrgico y administrar antibióticos por vía intravenosa.

  • Se pueden realizar cultivos, ya sea de la leche materna o del material extraído de un absceso mediante una jeringa, para determinar el tipo de organismo que causa la infección. Esta información puede ayudar al médico a decidir qué tipo de antibiótico debe utilizar.

  • Las mujeres no lactantes con mastitis, o las que no responden al tratamiento, pueden hacerse una mamografía o una biopsia de mama. Se trata de una medida de precaución porque un tipo raro de cáncer de mama puede producir síntomas de mastitis.

Tratamiento de la infección mamaria

Las infecciones mamarias requieren tratamiento por parte de un profesional de la salud.

Remedios caseros para la infección de los senos

Después de ver a un médico, pruebe lo siguiente para ayudar a curar su infección mamaria.

  • Medicación para el dolor: Toma paracetamol (Tylenol) o ibuprofeno (como Advil) para el dolor. Estos medicamentos son seguros durante la lactancia y no dañarán a su bebé. Su médico puede recetarle un analgésico con receta si su dolor es intenso y no se alivia con los medicamentos de venta libre.

  • En los casos leves de mastitis, es posible que no se prescriban antibióticos. Si te recetan antibióticos, es muy importante terminar la prescripción aunque te sientas mejor en unos días.

  • Dar el pecho con frecuencia: No dejes de amamantar con el pecho afectado, aunque te duela y estés tomando antibióticos. El vaciado frecuente del pecho evita la congestión y la obstrucción de los conductos que sólo pueden empeorar la mastitis.

    • Si es necesario, utiliza un sacaleches para aliviar la presión y vaciar completamente el pecho.

    • También puede amamantar desde el lado no afectado y complementar con fórmula infantil según sea necesario.

    • La infección no perjudicará al bebé porque los gérmenes que la causaron probablemente provengan de la boca del bebé en primer lugar.

    • Debe evitarse la lactancia en el pecho infectado cuando hay un absceso.

  • Alivio del dolor: Una compresa caliente aplicada antes y después de las tomas puede proporcionar a menudo algún alivio. Un baño caliente también puede funcionar.

    • Si el calor no es efectivo, las compresas de hielo aplicadas después de las tomas pueden proporcionar cierto confort y alivio.

    • Evita usar compresas de hielo justo antes de amamantar porque puede ralentizar el flujo de leche.

    • Bebe mucha agua: al menos 10 vasos al día. Coma de forma equilibrada y añada 500 calorías más al día durante la lactancia. La deshidratación y la mala alimentación pueden disminuir la producción de leche y hacer que te sientas peor.

Medicamentos para la mastitis

Para la mastitis simple sin absceso, se prescriben antibióticos orales. La cefalexina (Keflex) y la dicloxacilina (Dycill) son dos de los antibióticos elegidos con más frecuencia, pero existen otros. El antibiótico recetado dependerá de su situación específica, de la preferencia de su médico y de las alergias a medicamentos que pueda tener. Este medicamento es seguro durante la lactancia y no perjudica al bebé.

La mastitis crónica en mujeres que no amamantan puede ser complicada. Los episodios recurrentes de mastitis son comunes. En ocasiones, este tipo de infección responde mal a los antibióticos. Por lo tanto, es obligatorio un seguimiento estrecho con el médico.

Si la infección empeora a pesar de los antibióticos orales o si tiene un absceso profundo que requiere tratamiento quirúrgico, puede ser ingresada en el hospital para recibir antibióticos por vía intravenosa.

Cirugía para un absceso

Si hay un absceso, hay que drenarlo. Tras inyectar un anestésico local, el médico puede drenar un absceso cerca de la superficie de la piel, ya sea por aspiración con una aguja y una jeringa o mediante una pequeña incisión. Esto puede hacerse en la consulta del médico o en el servicio de urgencias.

Sin embargo, si el absceso es profundo en la mama, puede requerir un drenaje quirúrgico en el quirófano. Este procedimiento suele realizarse con anestesia general para minimizar el dolor y drenar completamente el absceso. También se utilizan antibióticos y calor en la zona para tratar los abscesos.

Próximos pasos

La mastitis no causa cáncer, pero el cáncer puede imitar la apariencia de la mastitis. Si una infección mamaria tarda en desaparecer, el médico puede recomendar una mamografía u otras pruebas para descartar el cáncer.

Cuidados de seguimiento después de una infección mamaria

Si tiene una infección mamaria, puede ser vista para una nueva revisión en 24-48 horas.

  • Tome todos los antibióticos según la prescripción.

  • Tómese la temperatura tres veces al día durante las primeras 48 horas tras el inicio del tratamiento. Esté atento a la fiebre.

  • Llame a su médico si presenta fiebre alta, vómitos o aumento del enrojecimiento, hinchazón o dolor en la mama.

  • Haga un seguimiento con su médico en una o dos semanas para asegurarse de que la infección ha desaparecido. Si la infección se extiende o se desarrolla un absceso, puede requerir antibióticos intravenosos o tratamiento quirúrgico.

Prevención de la mastitis

A veces la mastitis es inevitable. Algunas mujeres son más susceptibles que otras, especialmente las que dan el pecho por primera vez. En general, los buenos hábitos para prevenir la mastitis son los siguientes:

  • Amamantar por igual de ambos pechos.

  • Vacíe los pechos completamente para evitar la congestión y la obstrucción de los conductos.

  • Utiliza buenas técnicas de amamantamiento para evitar los pezones doloridos y agrietados.

  • Deje que los pezones doloridos o agrietados se sequen al aire.

  • Evitar que la humedad se acumule en los protectores mamarios o sujetadores.

  • Evite la deshidratación bebiendo mucho líquido.

  • Practica una higiene cuidadosa: Lavado de manos, limpieza de los pezones, mantener al bebé limpio.

Perspectivas de las infecciones de la mama

Cuando se tratan con prontitud, la mayoría de las infecciones mamarias desaparecen rápidamente y sin complicaciones graves. La mayoría de las mujeres pueden y deben seguir amamantando a pesar de un episodio de mastitis sin complicaciones. Con el tratamiento adecuado, los síntomas deberían empezar a resolverse en uno o dos días.

Un absceso mamario puede requerir un drenaje quirúrgico, antibióticos intravenosos y una breve estancia en el hospital. Se realiza una pequeña incisión que suele curarse bastante bien. El pronóstico de recuperación completa también es bueno.

Las mujeres posmenopáusicas con abscesos mamarios tienen una alta tasa de retorno tras un simple drenaje y con frecuencia necesitan un seguimiento con un cirujano para un tratamiento más definitivo. Si el absceso no se drena por completo, puede producirse una infección crónica, lo que puede dar lugar a un mal resultado estético.

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