Si era usted físicamente activa antes de los 50, es estupendo. Pero si no hacía ejercicio con regularidad, no es demasiado tarde para empezar.
La actividad física puede ayudar a controlar algunos de los síntomas de la menopausia: sofocos, dolor en las articulaciones y problemas de sueño. El ejercicio también reduce el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, diabetes y osteoporosis. Además, ayuda a controlar el peso y derrite la grasa del vientre. Los efectos del ejercicio son tan potentes que influyen en todos los sistemas fisiológicos del cuerpo para bien.
Mantenerse en forma a medida que se envejece
Muchas dificultades del envejecimiento están relacionadas con un estilo de vida inactivo. Y aunque tu edad cronológica sea de 55 años, tu edad biológica puede ser de 35, si sigues un programa de ejercicio constante. Antes de empezar, consulte a su médico, especialmente si tiene alguno de los factores de riesgo de las enfermedades cardíacas (tabaquismo, hipertensión, colesterol alto, diabetes o antecedentes familiares). Después, póngase en marcha.
Un programa completo de fitness debe incluir lo siguiente:
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Ejercicio aeróbico.
Caminar, trotar, nadar y hacer ejercicios de baile son buenos para probar. El ejercicio aeróbico trabaja los músculos grandes del cuerpo, beneficiando a su sistema cardiovascular - y a su peso. Trabaja hasta conseguir 20 o más minutos por sesión, 3 o 4 días a la semana. Asegúrate de que puedes pasar la prueba de la charla, lo que significa hacer ejercicio a un ritmo que te permita mantener una conversación.
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Entrenamiento de fuerza.
Levantar pesas de mano mejora la fuerza y la postura, mantiene la fortaleza de los huesos, reduce el riesgo de lesiones en la zona lumbar y también te ayuda a tonificar. Empieza con un peso de mano que puedas manejar cómodamente durante ocho repeticiones. Añade gradualmente más repeticiones hasta que puedas completar 12.
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Estiramiento.
Los ejercicios de estiramiento ayudan a mantener la flexibilidad y la amplitud de movimiento de las articulaciones. También reducen el riesgo de lesiones y dolores musculares. El yoga y el pilates son buenas formas de ejercicio de estiramiento; fortalecen el núcleo del cuerpo y aumentan la estabilidad.
Haz que el ejercicio forme parte de tu rutina diaria
Cada poco de movimiento cuenta. Si estás demasiado ocupado para hacer un entrenamiento regular, busca otras formas de estar en movimiento. Las investigaciones demuestran que todos esos pasos adicionales que das durante el día suponen grandes beneficios para la salud. Aquí tienes algunas ideas para ponerte en marcha:
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Adopta un perro y sácalo a pasear todos los días.
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Sube por las escaleras en lugar de utilizar el ascensor. En casa, no grites a tus familiares desde las escaleras... sube.
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Levántate y habla con tus compañeros de trabajo, en lugar de enviar correos electrónicos. Tienes una reunión con uno o dos compañeros? Sácala fuera y conviértela en una reunión a pie.
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Camina a paso ligero siempre que puedas. Lleva siempre calzado cómodo, o tráelo contigo, para que tus pies sean tu principal medio de transporte.
Encuentra un deporte, un juego o una actividad que te guste. Te comprometerás a hacer ejercicio si haces algo que te gusta.