Aunque son enfermedades distintas, la depresión es a veces un síntoma de hipotiroidismo. Es decir, cuando la glándula tiroides no produce suficiente hormona tiroidea. La medicación puede aumentar esos niveles, y eso puede mejorar o eliminar sus síntomas, incluida la depresión.
Las dos condiciones comparten tantos signos que los médicos a veces pasan por alto la posibilidad de que alguien que está deprimido pueda tener también niveles bajos de tiroides.
Si tiene hipotiroidismo, puede tener fatiga, pereza y problemas de concentración. También es posible que duerma demasiado. Todo ello puede hacer que se sienta deprimido.
Al mismo tiempo, también podrías tener:
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Ritmo cardíaco más lento
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Sensibilidad al frío
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Dolor articular o muscular o calambres
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Hormigueo en las manos y los dedos
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Dolores y molestias vagas
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Modesto aumento de peso
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Estreñimiento
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Sequedad o coloración amarillenta de la piel
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Uñas quebradizas o gruesas
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Voz ronca
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Hinchazón en la parte delantera del cuello
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Adelgazamiento o pérdida del cabello
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Cambios en el período menstrual
Vinculación del hipotiroidismo con la depresión
Para ayudar a su médico a averiguar si su depresión se debe al hipotiroidismo, debe hacerle pruebas para detectar trastornos de la tiroides. Los análisis de sangre pueden confirmarlos si muestran niveles bajos de una hormona tiroidea llamada tiroxina y un nivel alto de otra llamada hormona estimulante de la tiroides (TSH).
Los estudios demuestran que si se padece hipotiroidismo y depresión, los medicamentos para sustituir la tiroides pueden funcionar mejor que los antidepresivos. Aumentan los niveles de dos hormonas tiroideas principales: la triyodotironina (también llamada T3) y la tiroxina (T4). Cuando las píldoras tiroideas reducen los niveles de TSH, usted puede empezar a sentirse mejor.
Cómo obtener ayuda
Si se siente deprimido, consulte a su médico. Tanto el hipotiroidismo como la depresión son tratables. Un diagnóstico adecuado es un primer paso importante para sentirse más como uno mismo.
