De los archivos del médico
La culpa es de las vacaciones. O tal vez simplemente estaba demasiado ocupado para pensar en lo que estaba comiendo. Tal vez haya tirado la cautela -y el recuento de calorías- al viento durante unas vacaciones sin lujos.
Sea cual sea la causa, ha ocurrido: se ha salido de la dieta (incluso puede que haya permanecido fuera de ella durante unos días o unas semanas). Según los expertos, a todos nos acaba pasando. Lo importante es dejar de culparse a sí mismo y volver a su plan de alimentación saludable.
Aquí tienes 10 consejos que te ayudarán a retomar el camino:
1.
No conviertas la recaída en una cuestión moral.
No eres una mala persona ni estás destinada a ser gorda sólo porque hayas tenido un desliz. Piensa en el retroceso como una forma de desarrollar habilidades de afrontamiento.
2.
Aprende de tu experiencia.
Si no reconoces lo que te llevó a caer del carro de la dieta, probablemente reaccionarás de la misma manera la próxima vez que se presente la situación. Anota una lista de las situaciones que te llevan a comer en exceso y planifica una alternativa para cada una de ellas. Por ejemplo, si las fiestas son tu perdición, toma un tentempié saludable de antemano para mantener tu apetito bajo control.
3.
No intentes compensar el desliz con un régimen castigado de dieta y ejercicio.
Puede que pierdas peso de esta manera, pero es casi seguro que lo volverás a ganar. Esto sólo establecerá un patrón poco saludable de ganar y perder, y creará ansiedad sobre tu relación con la comida.
4.
Mira el panorama general.
Date cuenta de que la pérdida de peso requiere una disminución de las calorías a lo largo del tiempo, pero no importa cuál sea el período de tiempo exacto. Así que considere su consumo de alimentos una semana o un mes a la vez en lugar de todos los días. Lo más probable es que tengas días buenos y días malos, y un desliz de vez en cuando no es un gran problema. Siempre puedes compensarlo más adelante en la semana, o en la siguiente comida.
5.
Renueva tu motivación.
Abandonar la dieta es una señal de que tu motivación se ha desviado del camino. Así que siéntate y haz balance: Cuando seguías tu programa, ¿cómo te sentías? ¿Qué le motivaba entonces? Recrear esas sensaciones puede ayudarte a recuperar tu incentivo.
6.
Planifica con antelación para mantener el hambre a raya.
Cuando te dejas llevar por el hambre, es muy fácil comer en exceso. Para evitarlo, planifica tentempiés nutritivos en tu día. Cuando estés fuera de casa, lleva un "paquete de aperitivos" lleno de opciones saludables: cosas como frutas secas y frescas, zanahorias pequeñas, yogur sin grasa, mezcla de frutos secos, cereales integrales, frutos secos y patatas fritas horneadas.
7.
No te prives.
Suprimir todos tus alimentos favoritos es una forma segura de desencadenar sentimientos de privación que pueden llevar a un atracón. En su lugar, elige opciones más saludables: toma media taza de yogur helado bajo en grasa en lugar de una pinta de helado, una barra de caramelo del tamaño de un bocado en lugar de una entera.
8.
No dejes de moverte.
Aunque no puedas ir al gimnasio, escápate a dar un paseo de 20 minutos. El ejercicio no solo te ayuda a quemar las calorías de más que has tomado mientras no estabas en tu plan, sino que también alivia el aburrimiento y el estrés que pueden desencadenar que comas en exceso.
9.
Busca un "compañero de responsabilidad".
Puede ser un compañero de dieta, o simplemente un amigo o familiar que te dé ánimos para tus esfuerzos. Cuéntale a tu compañero tus intenciones y objetivos y compruébalo regularmente para que te ayude a mantenerte en el camino.
10.
Cambia tu rutina.
Aprovecha que empiezas de nuevo para probar una nueva clase de ejercicio -quizá la danza del vientre- y añade algunos alimentos nuevos y saludables a tu régimen (visita el mercado agrícola local para inspirarte). Esto añadirá chispa a tu rutina y evitará que te aburras.