Si los médicos le dicen que es usted obeso, no están tratando de hacerle sentir mal. Están utilizando un término médico específico -obesidad- para hablar con usted sobre su peso.
La palabra "obesidad" significa demasiada grasa corporal. Suele basarse en el índice de masa corporal (IMC), que puedes comprobar con una calculadora de IMC. El IMC compara tu peso con tu altura.
Si tu IMC es de 25 a 29,9, tienes sobrepeso pero no eres obeso. Un IMC de 30 o más está en el rango de obesidad.
Cómo puede afectar la obesidad a tu salud
La obesidad puede ayudar a explicar algunas afecciones que puede tener, como:
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Presión arterial alta
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Enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares
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Diabetes de tipo 2
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Colesterol alto
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Problemas articulares causados por el peso extra
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Problemas para respirar, incluida la apnea del sueño, en la que se deja de respirar brevemente mientras se duerme
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Cálculos biliares
Los pequeños cambios pueden ayudar
La buena noticia es que puedes tomar medidas para perder peso. Y perder incluso un poco de peso puede suponer una gran diferencia para su salud y para cómo se siente. Es posible que no tenga que perder tanto como podría pensar para empezar a ver los beneficios para la salud.
Para empezar, intente perder de 1 a 2 libras por semana. Según el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, los adultos con sobrepeso u obesidad deberían intentar perder entre el 5% y el 10% de su peso actual en 6 meses.
Si está preparado para empezar un programa de pérdida de peso, pida a su médico que le ayude a establecer objetivos personales y le remita a otros profesionales que puedan darle consejos y ayudarle a alcanzar sus metas. Por ejemplo, un nutricionista puede ayudarte con un plan de alimentación, y un fisioterapeuta o entrenador puede ayudarte a moverte más.
Querrás ir progresando de forma constante a lo largo del tiempo y hacer cambios en tu estilo de vida que te funcionen a largo plazo. Así podrá empezar a perder peso y sentirse mejor.
