La relación entre el estrés y la colitis ulcerosa

No hay pruebas de que el estrés provoque colitis ulcerosa (CU). Pero si tiene colitis ulcerosa, probablemente ya sepa que puede empeorar sus síntomas o provocar un brote. Esto es lo que hemos descubierto.

El estrés y la colitis ulcerosa

Los expertos no han encontrado una relación exacta. Pero tienen algunas teorías sobre la conexión entre ambos.

Inflamación. El cuerpo entra en modo de lucha o huida cuando está estresado. Esto desencadena la liberación de muchas sustancias químicas, como las citoquinas. Son moléculas que activan el sistema inmunitario y provocan inflamación. Las personas con CU pueden ser más sensibles a este proceso.

Eje cerebro-intestino. El estrés cambia las señales que viajan entre el cerebro y el intestino. Esto puede causar todo tipo de problemas digestivos, incluso en personas que no tienen CU. Estos cambios también están relacionados con el síndrome del intestino irritable (SII), las alergias alimentarias y el ardor de estómago.

Otras razones. Las investigaciones demuestran que el estrés puede:

  • Dañar el revestimiento del intestino

  • Alterar las bacterias del intestino

  • Cambiar la rapidez o la lentitud con la que trabajan los músculos digestivos

  • Hacer que tu intestino sea más sensible al dolor

Formas de disminuir el estrés

No puedes librarte del estrés por completo. Pero puedes aprender a gestionarlo. Y los estudios demuestran que puedes mejorar tu calidad de vida cuando cuidas tu salud mental.

Pide ayuda a tu médico si no sabes por dónde empezar. Puede ponerte en contacto con un consejero o un psicólogo sanitario que trabaje con personas con EII.

Pueden sugerirte:

  • Terapia cognitivo-conductual

  • Meditación de atención plena

  • Terapia de aceptación

  • Respiración profunda

  • Hipnoterapia

  • Biorretroalimentación

  • Yoga

  • Tai chi

  • Imaginería guiada

También puedes dedicar un poco de tiempo cada día a hacer algo que te resulte relajante. Puede ser la jardinería, la lectura o escuchar música. Lo que sea que te guste.

La terapia farmacológica es otra opción. Los estudios demuestran que los antidepresivos podrían aliviar el dolor en las personas con EII. Las opciones más comunes son los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y los antidepresivos tricíclicos (ATC). Pregunte a su médico si son adecuados para usted.

Consiga apoyo

La UC puede hacer que las cosas cotidianas sean un poco más difíciles. Por ejemplo, puede preocuparte salir a comer o encontrar un baño cuando estás fuera de casa.

También es posible que le dé vergüenza hablar de sus síntomas. Pero es importante hablar de lo que te preocupa. Ponerse en contacto con personas de la comunidad de la EII que entienden lo que estás pasando puede ayudar.

Pregunta a tu médico o trabajador social si hay grupos de apoyo para la EII en tu zona. También puedes buscar apoyo individual o grupal en persona o en línea.

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