Colitis ulcerosa y dolor articular: ¿cuál es la relación?

La colitis ulcerosa (CU) es una enfermedad que afecta principalmente al intestino. También puede afectar a otras partes del cuerpo, como la piel, los ojos y los huesos. El problema no digestivo más común para las personas con CU es el dolor articular.

¿Cuál es la relación?

La CU es un tipo de enfermedad inflamatoria intestinal (EII). Provoca una inflamación duradera en el tubo digestivo, principalmente en el revestimiento más interno de su intestino grueso, también llamado colon, y en el recto.

Los síntomas pueden variar en función de la parte del colon o del recto que presente la inflamación y de su gravedad. Pero pueden incluir:

  • Diarrea, a menudo con sangre o pus

  • Dolor de vientre y calambres

  • Dolor en el recto

  • Pérdida de peso

  • Fatiga

  • La necesidad urgente de defecar, y a veces no poder hacerlo

  • Fiebre

Hasta el 30% de las personas que presentan estos síntomas también tienen artritis, es decir, articulaciones dolorosas, hinchadas y menos flexibles.

No está del todo claro por qué las personas con CU también tienen artritis. Cuando el sistema inmunitario del organismo reacciona de forma exagerada, parece que esta inflamación se extiende a las articulaciones y a otras partes del cuerpo. Los expertos creen que ambas afecciones podrían estar relacionadas con factores desencadenantes en el entorno de la persona, factores genéticos o cambios en el sistema inmunitario.

Las personas con CU pueden tener varios tipos de artritis:

Artritis periférica. Suele afectar a las grandes articulaciones de los brazos y las piernas, incluidos los codos, las muñecas, las rodillas y los tobillos. El dolor y la rigidez que se sienten pueden desplazarse de una articulación a otra, y durar unos días o hasta varias semanas (si no se trata). Afortunadamente, la artritis periférica no suele causar daños duraderos en las articulaciones. El tratamiento de la CU suele mejorar también sus problemas articulares.

Artritis axial. También se denomina espondilitis o espondiloartropatía. Provoca dolor y rigidez en la parte inferior de la columna vertebral y en las articulaciones sacroilíacas. A veces, las personas tienen estos síntomas articulares meses o incluso años antes de que aparezcan los síntomas viscerales, especialmente si se es joven. La artritis axial puede causar daños duraderos si los huesos de la columna se fusionan. Esto significa que tendrá menos rango de movimiento en la espalda.

Espondilitis anquilosante. Es una forma menos frecuente y más grave de artritis espinal. También puede causar inflamación de los ojos, los pulmones y las válvulas del corazón. Aunque los médicos no conocen la causa, la mayoría de las personas que la padecen comparten un marcador genético común. Suele afectar a personas menores de 30 años (principalmente a hombres adolescentes y adultos jóvenes).

Diagnóstico y tratamiento

A veces es difícil saber si su dolor articular está relacionado con la CU. Su médico puede diagnosticarle descartando otras enfermedades articulares, como la artritis reumatoide. La buena noticia es que los síntomas de la artritis suelen mejorar una vez que se recibe tratamiento para la CU.

El tratamiento del dolor articular suele consistir en tomar analgésicos como el ibuprofeno o la aspirina. Pero estos fármacos suelen irritar el revestimiento del estómago cuando se toman durante mucho tiempo, por lo que pueden no ser adecuados para las personas con CU. En su lugar, el médico puede recetar un medicamento para tratar la CU, como la prednisona o la sulfasalazina. Una vez que haya terminado este tratamiento, es posible que sus dolores articulares hayan desaparecido. También puede tomar un medicamento biológico o uno que calme su sistema inmunitario. Estos medicamentos tratan tanto la CU como la inflamación de las articulaciones.

La fisioterapia es otra forma de aliviar los síntomas de la artritis. Un fisioterapeuta te enseña ejercicios de estiramiento y fortalecimiento para aliviar los problemas articulares.

El ejercicio regular también es clave para vivir con dolor articular. Te hace más fuerte y más flexible. Sin él, las articulaciones se vuelven rígidas y aún más dolorosas. Además, le dará más energía y le ayudará a controlar su peso. Puedes probar con ejercicios sencillos de bajo impacto, como caminar, nadar o montar en bicicleta.

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