Adicción a los opioides y complicaciones

Los opioides, o narcóticos, son un tipo de droga que modifica la respuesta del cerebro al dolor. Incluyen los analgésicos legales que te da tu médico y las formas ilegales como la heroína.

Algunas personas abusan de estas drogas porque pueden hacer que te sientas drogado. Pero tomarlas de forma incorrecta puede provocar efectos secundarios no deseados, algunos de los cuales son potencialmente mortales.

Complicaciones y efectos secundarios del mal uso de los opiáceos

Problemas intestinales y estomacales. Los opioides suelen causar estreñimiento. Afectan a los sensores de los intestinos y ralentizan el movimiento a través del intestino. Es posible que vomites o sientas dolor de barriga y acidez. En casos graves, pueden aparecer úlceras o tejido cicatricial en los intestinos.

Problemas cardíacos. Los opiáceos pueden afectar al movimiento de la electricidad en el corazón. El riesgo de sufrir problemas cardíacos aumenta si tomas estos fármacos en dosis elevadas durante mucho tiempo. Podrías tener ritmos irregulares que podrían provocar un accidente cerebrovascular o una muerte súbita.

Hipoxia. Es el término médico para la falta de oxígeno en el cerebro. Ocurre porque los opioides ralentizan la respiración. Esto puede causar coma, daño cerebral o incluso la muerte. La hipoxia puede ocurrir con altas dosis de cualquier opioide. Pero las probabilidades son mayores si consumes drogas fuertes como la heroína o el fentanilo.

Alteración del sueño. El abuso de opiáceos puede provocar insomnio. Y no sólo ralentizan la frecuencia respiratoria, sino que afectan a los músculos de las vías respiratorias. Esto aumenta el riesgo de apnea obstructiva del sueño u otros problemas respiratorios relacionados con el sueño.

Más dolor. El consumo de opiáceos a corto plazo puede ayudar a que te duela menos. Pero el trastorno por consumo de opiáceos puede hacer que, con el tiempo, seas más sensible al dolor. Esto se llama hiperalgesia inducida por opioides. Se necesitan más investigaciones para averiguar por qué ocurre esto.

Hepatitis y VIH. Puedes ponerte heroína u otros opioides directamente en las venas. Si compartes agujas con otra persona, aumentan las probabilidades de contraer o transmitir infecciones graves. Esto incluye la hepatitis B y C, el VIH y otros virus transmitidos por la sangre.

Heridas por agujas. Este método de consumo de drogas aumenta las probabilidades de sufrir infecciones bacterianas y abscesos. Se trata de grandes bolsas de pus, o líquido que combate los gérmenes, que se forman bajo la piel. También puedes dejar cicatrices en las venas o hacer que se rompan si usas mucho las agujas.

Daños pulmonares y nasales. Las probabilidades de padecer varios tipos de neumonía y tuberculosis aumentan cuando los opiáceos ralentizan la respiración durante mucho tiempo. Y puedes dañar el tejido de los pulmones o la nariz si esnifas o fumas heroína u otros opiáceos.

Deficiencias nutricionales. Es posible que no sigas una dieta saludable si abusas de los opioides. Los expertos también creen que el consumo continuado de drogas puede dificultar la absorción de vitaminas y minerales por parte de tu cuerpo.

Suicidio. Las personas que abusan de los opiáceos se quitan la vida en mayor proporción que las personas que no padecen trastornos por consumo de opiáceos. Se necesitan más investigaciones para comprender esta relación. Llama al 911 o busca ayuda médica de inmediato si piensas en hacerte daño en serio.

Sobredosis de opioides

Los fármacos opioides legales suelen ser seguros si los tomas exactamente como te indica tu médico. Pero las probabilidades de sufrir problemas muy graves aumentan cuando se toman en exceso o se mezclan con otras drogas, especialmente con las benzodiacepinas. Las benzodiacepinas y los opiáceos ralentizan el sistema respiratorio. Juntos, estos fármacos aumentan las probabilidades de que dejes de respirar.

Llame al 911 de inmediato si nota los siguientes signos en alguien que toma opioides:

  • No se despiertan ni responden.

  • Respiran lentamente o no lo hacen.

  • Sus pupilas son muy pequeñas.

  • No puedes sentir sus latidos o son muy lentos.

  • Vomitan.

Un medicamento llamado naloxona puede detener los efectos de los opioides. Los socorristas suelen tenerlo a mano. Este tratamiento puede salvar tu vida si lo consigues lo suficientemente rápido.

Pregúntale a tu médico sobre la naloxona si tú o un ser querido abusan de los opioides. Es posible que puedas conseguir un spray nasal con receta que puedes tener en casa.

Ayuda para el abuso de opioides

Pide ayuda a tu médico si consumes estos fármacos de forma perjudicial y no puedes dejarlos. El trastorno por consumo de opiáceos es una enfermedad tratable.

Hay pruebas sólidas de que el tratamiento asistido con medicación puede ayudarte a dejarlo. Se trata de fármacos que alivian los síntomas de abstinencia de los opiáceos y ayudan a evitar una recaída. También puedes beneficiarte de la orientación familiar y de las terapias conductuales.

Hot