Si te estás recuperando de un trastorno por consumo de opiáceos, es posible que tus hábitos alimenticios hayan decaído durante un tiempo. Pero puedes retomar el camino con algunos cambios sencillos y saludables.
Tu objetivo es llevar una dieta equilibrada. Es más fácil y más sabroso de lo que crees. Te llenarás de alimentos integrales nutritivos y reducirás los alimentos procesados con mucha grasa, azúcar y sal. También beberás más agua y tomarás menos cosas azucaradas y con cafeína. Si tu médico o un dietista te dicen que tienes un nivel demasiado bajo de ciertos nutrientes, es posible que te recomienden suplementos para ayudarte a suplir las carencias.
Una de las mejores partes de una dieta equilibrada es la variedad. Te centrarás en comer un arco iris de frutas y verduras, cereales integrales ricos en fibra, proteínas magras, aceites saludables y lácteos bajos en grasa o sin ella. Aquí tienes ejemplos saludables de cada uno de ellos:
Verduras
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Verduras oscuras (brócoli, espinacas, col rizada)
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Verduras rojas y naranjas (zanahorias, calabaza, boniatos)
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Verduras con almidón (maíz, guisantes, patatas blancas)
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Otros (berenjenas, remolachas, alcachofas, cebollas)
Frutas
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Bayas
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Cítricos (naranjas, limones, limas, pomelos)
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Frutas de árbol (manzanas, melocotones, mangos)
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Otros (higos, pasas, aguacates)
Granos enteros
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Trigo integral
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Trigo sarraceno
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Bulgur
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Quinoa
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Arroz integral
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Mijo
Proteína
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Carne magra o aves de corral
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Pescado rico en ácidos grasos omega-3 (salmón, sardinas, atún)
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Huevos
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Judías, guisantes, lentejas
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Frutos secos y semillas
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Tofu
Lácteos (y sustitutos)
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Leche y yogur bajos en grasa o sin grasa
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Queso o requesón bajo en grasa
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Kefir
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Leches vegetales no azucaradas
Aceites
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Oliva
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Canola
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Maíz
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Cacahuete
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Cártamo
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Soja
Lo que hay que evitar
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Azúcar (caramelos, productos de panadería, refrescos)
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Demasiada cafeína (café, refrescos, bebidas energéticas)
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Alimentos ultraprocesados