Interacciones del alcohol con los medicamentos: Efectos y pautas

El alcohol suele tener interacciones perjudiciales con los medicamentos recetados, los de venta libre e incluso algunos remedios a base de hierbas. Las interacciones del alcohol con los medicamentos pueden causar problemas como:

  • Náuseas y vómitos

  • Dolores de cabeza

  • Somnolencia

  • Mareos

  • Desmayos

  • Cambios en la presión arterial

  • Comportamiento anormal

  • Pérdida de coordinación

  • Accidentes

La mezcla de alcohol y medicamentos también puede aumentar el riesgo de complicaciones como:

  • Daños en el hígado

  • Problemas cardíacos

  • Hemorragias internas

  • Deterioro de la respiración

  • Depresión

En algunos casos, las interacciones con el alcohol pueden disminuir la eficacia de los medicamentos o hacerlos inútiles. En otros casos, las interacciones con el alcohol pueden hacer que los medicamentos sean perjudiciales o incluso tóxicos para el organismo... Más información: Signos clave de una sobredosis de alcohol.

Incluso en pequeñas cantidades, el alcohol también puede intensificar los efectos secundarios de los medicamentos, como la somnolencia, el adormecimiento y el mareo, que pueden interferir con la concentración y la capacidad para manejar maquinaria o conducir un vehículo, y provocar accidentes graves o incluso mortales.

Dado que el alcohol puede interactuar de forma adversa con cientos de medicamentos de uso común, es importante observar las etiquetas de advertencia y preguntar a su médico o farmacéutico si es seguro utilizar el alcohol con los medicamentos y remedios herbales que toma.

Interacciones con el alcohol: Un peligro importante y creciente

Según los CDC, cerca de dos tercios de los adultos estadounidenses mayores de 18 años consumen alcohol al menos ocasionalmente. De ellos, cerca del 51% son bebedores habituales (definidos como al menos 12 bebidas en el último año), y cerca del 13% son bebedores infrecuentes (definidos como hasta 11 bebidas en el último año).

El consumo de medicamentos con y sin receta, así como de hierbas medicinales, también está muy extendido. En parte debido a la epidemia de obesidad, los estadounidenses de todas las edades toman más fármacos para controlar enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión y el colesterol elevado. Dado que la incidencia de las enfermedades crónicas aumenta con la edad, los estadounidenses de más edad son especialmente propensos a tomar medicamentos recetados -a menudo hasta 10 al día-, muchos de los cuales probablemente reaccionan de forma adversa con el alcohol.

A medida que la población envejece, es seguro que aumentarán los problemas asociados a la mezcla de alcohol y medicamentos.

Los estadounidenses de edad avanzada corren un riesgo especial de interacciones con el alcohol

En los adultos mayores especialmente, el consumo de alcohol puede aumentar el riesgo de caídas, lesiones graves y discapacidades relacionadas con problemas de equilibrio. El consumo de alcohol también puede desencadenar o empeorar ciertas condiciones médicas.

Cuando el consumo de alcohol se combina con varios medicamentos, pueden aumentar estos problemas. Los adultos mayores no metabolizan el alcohol con la misma rapidez que los jóvenes, por lo que el alcohol permanece más tiempo en su organismo y tiene un mayor potencial para interactuar con los medicamentos.

Aunque la mayoría de las personas mayores de 65 años beben menos de la cantidad máxima recomendada, este consumo se sigue considerando perjudicial para muchos de ellos, debido a su estado general, sus problemas médicos y sus medicamentos.

Interacciones de las drogas con el alcohol

Cientos de medicamentos de uso común, tanto de prescripción como de venta libre, pueden interactuar negativamente con el alcohol. Entre ellos se encuentran los medicamentos utilizados para:

  • Alergias, resfriados y gripe

  • Anginas y enfermedades coronarias

  • Ansiedad y epilepsia

  • Artritis

  • Coágulos de sangre

  • Tos

  • Depresión

  • Diabetes

  • Agrandamiento de la próstata

  • Acidez e indigestión

  • Presión arterial alta

  • Colesterol alto

  • Infecciones

  • Dolor muscular

  • Náuseas y mareos por el movimiento

  • Dolor, fiebre e inflamación

  • Convulsiones

  • Dolor intenso por lesiones, postoperatorio, cirugía oral y migraña

  • Problemas de sueño

Entre los ejemplos de medicamentos recetados de uso común asociados a interacciones graves con el alcohol se encuentran los medicamentos para el corazón, que pueden provocar latidos rápidos y cambios repentinos en la presión arterial; los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), que pueden aumentar el riesgo de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, úlceras y hemorragias estomacales; los medicamentos anticoagulantes, que pueden provocar hemorragias internas; y los medicamentos para el sueño, que pueden provocar alteraciones en la respiración, somnolencia, control motor y comportamiento inusual.

Una de las causas más comunes de daño hepático grave -incluyendo algunos casos que requieren un trasplante de hígado- es la combinación del analgésico acetaminofén (disponible sin receta como Tylenol y en algunos medicamentos de prescripción) y el alcohol. Otras interacciones graves con el alcohol están asociadas a los antihistamínicos de venta libre y a los remedios a base de hierbas como el kava kava, la hierba de San Juan, la manzanilla, la valeriana y la lavanda.

Pautas para prevenir las interacciones con el alcohol

Aunque la mayoría de los fármacos son seguros y eficaces cuando se utilizan según las indicaciones, es importante leer las etiquetas de advertencia de todos los medicamentos. Muchos de los analgésicos más populares, así como los medicamentos para la tos, el resfriado y las alergias, contienen más de un ingrediente que puede interactuar negativamente con el alcohol.

Si no está seguro de si un medicamento puede combinarse con el alcohol, evite el consumo de alcohol hasta que su médico o farmacéutico le digan que es seguro mezclarlos.

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