Después de un ictus, probablemente esté deseando volver a la vida que conocía. Pero es posible que también le preocupe volver a casa desde el hospital.
Un ictus puede cambiar muchas cosas de su vida. Algunos de estos cambios son a corto plazo, mientras que otros pueden durar más tiempo o incluso ser permanentes. Si su médico le ha dado luz verde para volver a casa, hay muchas cosas que puede hacer para mantenerse seguro y saludable mientras se reajusta.
No te compliques
Tardarás en volver a sentirte tú mismo. Es probable que el mayor progreso se produzca en los primeros 3 ó 4 meses, pero la recuperación puede durar hasta uno o dos años.
Planee volver a su vida cotidiana lentamente. Lo más probable es que tenga menos energía que antes del ictus, al menos durante un tiempo. Puede que le cueste hacer cosas como vestirse, caminar o hablar. También puede notar que le cuesta más recordar cosas o concentrarse.
El ictus también puede afectar a tus emociones. Puede sentirse abrumado, estresado, enfadado o triste. Es normal, pero puede ser agotador.
Es importante buscar ayuda. Pida a sus familiares, amigos u otras personas de su comunidad que le echen una mano en casa. Si tiene problemas con las tareas cotidianas y no cuenta con un cuidador (como un cónyuge sano), hable con su equipo médico sobre las formas de obtener ayuda.
Haga de su salud una prioridad
Tener un ictus aumenta las posibilidades de sufrir otro. Pero hay muchas cosas que puedes hacer para reducir ese riesgo y mejorar tu salud en general.
Comer bien es importante: Las frutas, las verduras, las proteínas magras, los cereales integrales y los aceites vegetales saludables (como el aceite de oliva) son opciones inteligentes. Vigile la cantidad de grasas saturadas, alimentos fritos y azúcar que consume. Su médico puede sugerirle también que haga ejercicio suave. Pregunte qué puede ser seguro para usted.
Si su médico le ha recomendado medicamentos para ayudarle a recuperarse o para reducir las posibilidades de sufrir otro ictus, tómelos según las instrucciones. Esto puede incluir medicamentos para controlar la tensión arterial alta, prevenir los coágulos de sangre o eliminar los depósitos de grasa llamados placas de las arterias. Si tiene efectos secundarios que le molestan, hágaselo saber a su equipo médico. Pero nunca cambie la dosis o deje de tomar un medicamento sin hablar con su médico.
Proteja su espacio
Las caídas después de un ictus son frecuentes... y pueden ser peligrosas. Si se cae y tiene dolor, hematomas o sangrado, o no se siente bien, llame al 911 o vaya a la sala de emergencias de inmediato.
Pida a su cónyuge, cuidador u otra persona que:
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Asegurarse de que hay un camino claro y despejado hacia cualquier lugar al que tenga que ir: su dormitorio, el baño y la cocina, por ejemplo.
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Coloca pasamanos y otros dispositivos de seguridad -como un asiento de inodoro elevado o un banco de bañera- si los necesitas. Asegúrate de que todas las alfombras están ancladas en su sitio con cinta antiadherente o súbelas.
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Coloca una alfombra o tiras antideslizantes en tu bañera.
También debes llevar calzado antideslizante por la casa y procurar no tener prisa. Moverte despacio y con cuidado puede ayudarte a evitar caídas y otras lesiones?
Trabaja con profesionales
Estar en casa no significa que estés solo. Mientras te recuperas, puedes trabajar con algunas personas que pueden ayudarte:?
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Un logopeda o terapeuta del lenguaje puede ayudarte a comunicarte y a trabajar tu memoria. Un logopeda también puede ayudarte a comer y tragar.
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Un fisioterapeuta puede ayudarle a fortalecer los músculos, recuperar el equilibrio y moverse con seguridad.
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Un terapeuta ocupacional puede hacer cambios en su casa (y en su lugar de trabajo) y enseñarle nuevas formas de hacer cosas cotidianas como comer y limpiar.
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Su médico o equipo médico le ayudará con cualquier problema de salud relacionado con el ictus que pueda tener, como problemas para controlar la vejiga o los intestinos. Su médico también le dirá si es seguro que vuelva a conducir y cuándo.
Hablar con otros
La recuperación del ictus puede ser lenta y frustrante en ocasiones. Hablar con su equipo de salud o con un profesional de la salud mental -un psicólogo o consejero- puede ayudarle a lidiar con sus sentimientos. Unirse a un grupo de apoyo de accidentes cerebrovasculares también es una buena forma de obtener consejos y aprender nuevas formas de hacer las cosas.
Hable también con sus amigos y familiares sobre lo que siente. Si no han sufrido nunca un ictus, es posible que no entiendan por lo que estás pasando si no lo compartes con ellos.
No espere para pedir ayuda
Una vez que ha sufrido un ictus, las probabilidades de sufrir otro son mayores. Si nota alguno de los siguientes signos, llame al 911 de inmediato:
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La cara se te cae.
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Su brazo es débil o otra zona de su cuerpo está adormecida (especialmente en un lado).
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De repente te cuesta más hablar.
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De repente estás confundido.
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Tienes nuevos problemas de visión.
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Tiene un dolor repentino e intenso en el vientre o un dolor de cabeza.
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Hay sangre en la orina o en el vómito, o un sangrado inexplicable de las encías o la nariz.
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Hay moretones inexplicables o manchas rojas o moradas en su piel.