Ayuda para los primeros días difíciles de dejar de fumar

Bebe, come

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Sorber agua fría con una pajita puede ayudar a sustituir el acto de chupar un cigarrillo. También libera dopamina, una sustancia química del cerebro que puede ayudar a aliviar el mal humor.

Comer pequeñas comidas también puede ayudarte a superar las ganas de fumar. Elija alimentos magros y saludables para evitar el aumento de peso.

Anote las recompensas instantáneas

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Pronto podrá empezar a disfrutar de los beneficios de una vida sin tabaco. Lleve una lista de los buenos cambios a medida que empiece a notarlos. Pueden incluir la sensación de control, el ahorro de dinero, el mejor olor, el mejor sabor de la comida y la sensación de mayor energía. Cuando le asalten las ganas de fumar, mire su lista como un recordatorio de lo que ha ganado al dejar de fumar.

Lávese los dientes a menudo

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Una de las ventajas inmediatas de dejar de fumar es que tu boca sabe mejor y tu aliento huele mejor. Cepíllate a menudo. Así tendrás menos ganas de encender un cigarrillo y ensuciar esa boca limpia y fresca.

Evita el alcohol

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Beberlo es una de las cosas más comunes que hacen que la gente vuelva a fumar. El alcohol rompe la autocontención, y eso puede hacer tambalear tu compromiso de dejar de fumar. Además, mucha gente relaciona la bebida con el tabaquismo, por lo que el alcohol puede hacer que te apetezca encenderlo...

Encuentra tus propias zonas de no fumar

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Cuando te entren ganas de fumar, ve a un lugar donde no puedas encenderlo: un cine, la biblioteca o una tienda, por ejemplo. Cuanto más distraído sea el lugar, más fácil será aguantar los antojos.

Recuerda tus motivos para dejar de fumar

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Escriba una lista con todas sus razones para dejar de fumar. Colóquela en todos los lugares donde pasa el tiempo: en la cocina, en el trabajo, junto al espejo del baño. Póngala en lugares que sean fáciles de ver allá donde vaya. Algunos exfumadores dicen que les resultó útil poner fotos de familiares y seres queridos junto a sus razones.

Manténgase activo todos los días

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El ejercicio ofrece una poderosa distracción de los antojos. Cuando estás activo, tu cuerpo envía sustancias químicas naturales que ayudan a tu estado de ánimo y alivian el estrés. Caminar es una de las opciones más sencillas. Elige algunas actividades diferentes que te ayuden a mantener la motivación. Dedique tiempo a la actividad física diaria, especialmente durante el primer mes después de haber dejado de fumar.

Llene su calendario

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Durante las primeras semanas después de dejar el hábito, programe muchas cosas que quiera o necesite hacer. Haga planes para comer con la familia o los amigos, y trate de evitar las tentaciones de fumar. Cuanto más ocupado esté, más se distraerá de las ganas de fumar.

Ponte otra cosa en la boca

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Parte de las ganas de fumar es tener algo en la boca. En lugar de un cigarrillo, introduzca un chicle sin azúcar, un caramelo duro o un tentempié saludable cuando tenga ganas de encenderlo. Lleva algo contigo en todo momento. Si te preocupa el aumento de peso, elige opciones bajas en calorías, como frutas y verduras.

Asegurar una línea de vida

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Pide a alguien que te acompañe cuando necesites apoyo. La mejor opción es un amigo que también sea ex fumador. Pero cualquier persona que se preocupe por ti y quiera que dejes de fumar puede ayudarte cuando los tiempos se pongan difíciles.

Limite la cafeína

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La cafeína ayuda a algunas personas a ponerse en marcha por la mañana y a mantenerse alerta cuando están cansadas. Pero a otros les hace sentirse tensos, nerviosos y estresados. Dejar la adicción a la nicotina puede potenciar esos efectos. Si la cafeína le hace sentirse nervioso o ansioso, reduzca su consumo.

Notar los malos estados de ánimo

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Las emociones negativas -el estrés, la ira, la frustración- son otra razón común por la que la gente vuelve a fumar. Los malos estados de ánimo le ocurren a todo el mundo, y lo más probable es que sientas más de lo que te corresponde durante las primeras semanas de dejar de fumar. Busque formas de distraerse. Reúnase con sus amigos o haga algo que le guste.

Evita a los problemáticos

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Aunque los amigos y la familia deberían apoyarte, no siempre lo hacen. Algunas personas pueden sentirse amenazadas por tu decisión de dejar de fumar. Puede que incluso traten de socavar tus mejores esfuerzos. Si percibes que hay personas así en tu vida, evítalas. Si no es posible, siéntate con ellos y explícales por qué dejar de fumar es tan importante para ti. Pídeles su apoyo.

Mantén el rumbo

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Una vez que hayas superado las dos primeras semanas, estarás en camino a una vida libre de adicción a la nicotina. Pero prepárate por si flaqueas. Recuerda: Un lapso no significa que hayas fracasado. Piensa en lo que ha fallado. Después, piensa en cómo podrías afrontar la misma situación la próxima vez, sin fumar. Tu médico también puede ayudarte a prepararte.

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