Mucha gente cree que los cigarrillos electrónicos (también llamados e-cigarrillos o vapes) son una alternativa segura a los cigarrillos tradicionales. Sin embargo, un reciente informe del cirujano general de EE.UU. califica el uso de los cigarrillos electrónicos como un importante problema de salud pública. La FDA informa de un alarmante aumento del 900% en el uso de cigarrillos electrónicos entre los estudiantes de secundaria de 2011 a 2015 y el número de estudiantes de secundaria que los utilizan aumentó un 78% sólo en 201. Conoce los datos de este popular y potencialmente peligroso producto.
¿Cómo funcionan?
Los cigarrillos electrónicos no se encienden; funcionan con una batería de litio recargable. En lugar de quemar tabaco, el e-líquido se vaporiza en una cámara de calentamiento cuando el usuario inhala.
El cartucho de líquido reemplazable contiene nicotina mezclada con una base (normalmente propilenglicol), junto con aromas y productos químicos. La punta suele contener luces LED que simulan el brillo de un cigarrillo encendido.
Los cigarrillos electrónicos están disponibles en sabores como la cereza, el chicle y el algodón de azúcar, y se permite su publicidad en la televisión, lo que puede aumentar su atractivo para los niños y los adolescentes.
¿Son seguros?
Los defensores de los cigarrillos electrónicos afirman que son más seguros que fumar porque no contienen las más de 60 sustancias químicas cancerígenas del humo del tabaco. Sin embargo, los cigarrillos electrónicos siguen conteniendo sustancias químicas nocivas, incluida la nicotina, la sustancia extremadamente adictiva de los cigarrillos. Y los estudios demuestran que las marcas que dicen estar libres de nicotina pueden seguir conteniendo cantidades mínimas. Los cerebros adolescentes en desarrollo son especialmente sensibles a las propiedades adictivas de la nicotina.
Vea lo que los e-cigs hacen a su cuerpo:?
