Los médicos pueden ofrecer varios tratamientos para el insomnio. Dependiendo del tipo de afección y de su gravedad, el médico puede sugerir primero nuevos hábitos de sueño o cambios en el estilo de vida antes de pasar a la terapia con un profesional de la salud mental y luego a los medicamentos.
Cuando tienes insomnio primario, significa que tienes problemas para dormir debido al insomnio en sí, y no a una condición de salud o a algo que esté sucediendo en tu vida. El insomnio secundario es el resultado de otro problema, como una afección médica o el abuso de sustancias, que interrumpe el sueño.
También puede tener insomnio de corta duración, provocado por un cambio de horario u otra fuente de estrés. O su insomnio puede ser crónico, lo que significa que es continuo.
Cambios en el estilo de vida
A veces, los cambios en el estilo de vida son suficientes para recuperar el sueño. Otras veces, es posible que necesites un tratamiento adicional. En cualquier caso, lo más probable es que lo primero que le diga su médico es que adopte buenos hábitos de sueño.
Pueden sugerirle que:
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Mantenga un horario de sueño estricto. Acuéstese y levántese lo más cerca posible de la misma hora todos los días.
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Manténgase activo. El ejercicio regular favorece un mejor sueño. Intenta hacer ejercicio al menos unas horas antes de acostarte. A veces, cuando se hace ejercicio demasiado cerca de la hora de acostarse, puede mantenerte despierto.
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Frena las siestas. No dejes que el sueño diurno te robe el nocturno. Si necesitas la siesta, que sea de menos de 30 minutos y que la termines antes de las 3 de la tarde.
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Prescinde de la cafeína. Los efectos pueden durar horas, así que si tienes que tomarla, asegúrate de que sea a primera hora del día.
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Come poco antes de acostarte. Una barriga llena puede mantenerte despierto.
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Crea un espacio cómodo para dormir. Hazlo oscuro, silencioso, fresco y libre de aparatos electrónicos.
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Ten un ritual a la hora de dormir. Encuentra una rutina que te ayude a relajarte, como un baño caliente, música suave o leer antes de dormir.
Terapia cognitivo-conductual para el insomnio (TCC-I)
Si los hábitos de sueño saludables no le proporcionan el sueño que necesita, su médico puede sugerirle una terapia cognitivo-conductual para el insomnio (TCC-I). Se trata de un tipo de terapia conversacional que puede ayudar a cambiar la forma de pensar sobre el sueño para que pueda obtener más de él. Los médicos suelen recurrir a la TCC-I para tratar el insomnio antes de probar los medicamentos.
La TCC-I le enseña diferentes técnicas para mejorar el sueño, que incluyen:
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Control de estímulos. Su terapeuta se asegurará de que tenga buenos hábitos de sueño.
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Técnicas de relajación. La respiración profunda, la relajación muscular y la biorretroalimentación son formas de poner tu cuerpo en el estado adecuado para el sueño.
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Restricción del sueño. En este método, te mantienes fuera de la cama y no te permites dormir hasta una hora preestablecida, por lo que tu cuerpo está privado de sueño y te sientes más cansado la noche siguiente.
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Despertar pasivo. En lugar de intentar dormir cuando te metes en la cama, tratas de mantenerte despierto con la esperanza de engañar a tu cuerpo para que deje de sentir la ansiedad habitual que conlleva intentar dormirse.
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Terapia de luz. Si te duermes demasiado pronto y te despiertas demasiado temprano, una caja de luz o la luz natural pueden ayudar a retrasar el reloj interno de tu cuerpo.
Puedes hacer la TCC-I solo o en grupo. Por lo general, se realizan entre cuatro y ocho sesiones.
Medicamentos
Su médico puede ayudarle a elegir un medicamento de venta libre o recetarle un somnífero. Los medicamentos recetados para dormir pueden ayudarle a conciliar el sueño, a mantenerlo o a ambas cosas. El objetivo es tomarlos sólo el tiempo suficiente para recuperar el sueño. La mayoría de los medicamentos para dormir no deberían utilizarse más allá de unas pocas semanas. Por lo tanto, no son una buena opción si tiene insomnio a largo plazo.
Los tipos de medicamentos recetados para dormir incluyen:
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Benzodiacepinas, como estazolam, flurazepam, quazepam (Doral), temazepam (Restoril) y triazolam (Halcion)
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Las no benzodiacepinas, como la eszopiclona (Lunesta), el zaleplón (Sonata) y el zolpidem (Ambien, Edluar, Intermezzo)
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Antidepresivos, como la doxepina y la trazodona (Oleptro)
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Receptores de melatonina, como el ramelteon (Rozerem)
Estos medicamentos pueden tener efectos secundarios, como el aturdimiento durante el día y el riesgo de caídas. También puedes volverte adicto a algunos somníferos recetados. Hable con su médico sobre estos riesgos y sobre los efectos secundarios a los que debe prestar atención si utiliza estos medicamentos.
Ayudas para el sueño de venta libre
Puedes conseguir algunos medicamentos para dormir sin receta. La mayoría de los medicamentos de venta libre tienen antihistamínicos, que producen somnolencia. Pero no debes usarlos a largo plazo. Los efectos secundarios más comunes de estas opciones son la somnolencia diurna, los mareos, la confusión, la disminución de la capacidad de pensar y la dificultad para orinar, especialmente en los adultos mayores. Consulte a su médico o farmacéutico para asegurarse de que es seguro tomar un antihistamínico junto con cualquier otro medicamento que esté utilizando.
Opciones complementarias y alternativas
Varios suplementos dietéticos y terapias alternativas pueden ayudarle a conciliar el sueño y a dormir profundamente. Estos incluyen:
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Suplementos dietéticos como la melatonina o la valeriana
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Meditación
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Yoga o tai chi
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Acupuntura