Consejos para reducir el estrés y dormir mejor
El estrés es una respuesta a circunstancias adversas y desafiantes y una respuesta a la vida diaria. Nos afecta emocional, física y conductualmente. La cantidad adecuada de estrés puede ser una fuerza positiva que nos ayuda a dar lo mejor de nosotros mismos y a mantenernos alerta y con energía. Pero un exceso puede ponernos tensos y ansiosos y puede causar problemas de sueño.
Cuáles son los signos del estrés?
Los signos más comunes del estrés son la depresión, los problemas de sueño, la tensión, la ansiedad, los errores en el trabajo, la falta de concentración y la apatía. Puede tener síntomas físicos como dolores de cabeza, malestar estomacal, fatiga, pérdida de apetito y dolor de pecho, cuello o espalda. Si no se gestionan adecuadamente los altos niveles de estrés no deseado, su salud y su sensación de bienestar pueden verse afectadas. Por eso es importante aprender a controlar el estrés.
Consejos para controlar el estrés y dormir mejor
Estos consejos pueden ayudarte a aliviar el estrés y, con suerte, a dormir mejor:
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Evaluar lo que es estresante. El primer paso para controlar el estrés es averiguar cuál es su causa. Analiza bien tu estado físico y tus actividades diarias. ¿Siente dolor? ¿Está sobrecargado de trabajo? Una vez que identifiques tus factores de estrés, podrás tomar medidas para reducirlos.
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Busca apoyo social. Pasar tiempo con la familia y los amigos es un importante amortiguador del estrés. Puede ser útil compartir sus problemas con personas que se preocupan por usted.
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Practica la gestión del pensamiento. Lo que pensamos, cómo pensamos, lo que esperamos y lo que nos decimos a nosotros mismos a menudo determina cómo nos sentimos y lo bien que gestionamos el aumento de los niveles de estrés. Puedes aprender a cambiar los patrones de pensamiento que producen estrés. Entre los pensamientos a los que hay que prestar atención se encuentran los que se refieren a cómo deberían ser las cosas y los que generalizan en exceso un conjunto de circunstancias (por ejemplo, "soy un fracaso en todo mi trabajo porque no he cumplido un plazo"). Muchos vídeos, cintas y libros pueden ayudarle a aprender ejercicios de gestión del pensamiento.
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Ejercicio. La actividad física puede ayudarte a desahogarte, reduciendo el estrés. Además, es menos probable que los músculos flexibles y sueltos se vuelvan tensos y dolorosos en respuesta al estrés. Pero es mejor hacer ejercicio al menos dos horas antes de acostarse para que la temperatura del cuerpo vuelva a ser normal. Si padeces alguna enfermedad o tienes más de 50 años, es mejor que consultes con tu médico antes de empezar un régimen de ejercicios.
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Aprende a relajarte. Practica cosas como el yoga, la meditación o la respiración profunda. Prueba a darte un baño caliente y a apagar los aparatos electrónicos para ayudarte a relajarte antes de acostarte.
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Lleva una dieta saludable. La comida basura y los azúcares refinados de bajo valor nutricional y altos en calorías pueden dejarnos sin energía y perezosos. Una dieta saludable, baja en azúcar, cafeína y alcohol, puede favorecer la salud y reducir el estrés.
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Duerme lo suficiente. Una buena noche de sueño hace que puedas afrontar el estrés del día con más facilidad. Cuando estás cansado, eres menos paciente y te agitas más fácilmente, lo que puede aumentar el estrés. La mayoría de los adultos necesitan entre 7 y 9 horas de sueño cada noche. Practicar una buena higiene del sueño junto con tácticas para reducir el estrés puede ayudar a mejorar la calidad del sueño.
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Delegue responsabilidades. A menudo, tener demasiadas responsabilidades puede provocar estrés. Libere tiempo y disminuya el estrés delegando responsabilidades.
Estos pasos pueden ayudar a muchas personas a dormir profundamente durante la noche. Sin embargo, si tienes problemas de sueño frecuentes, habla con tu médico. Éste puede comprobar si hay problemas médicos, como una tiroides hiperactiva o trastornos del sueño, o una afección psiquiátrica, como un trastorno de ansiedad, y recomendarle un tratamiento.