Mantas con peso para la ansiedad y para dormir mejor

¿Debe meterse en la cama con una manta con peso? Estas mantas de moda son más pesadas que las normales. El peso de la manta ejerce una presión sobre el cuerpo cuando se duerme bajo ella, casi como un cálido abrazo. Las mantas con peso también pueden tener beneficios para la salud.

Qué son las mantas con peso?

Estas mantas tienen un peso extra. Pueden estar hechas de materiales más pesados o de capas de tela rellenas de pequeñas bolitas de vidrio o plástico. Pueden pesar desde 3 libras hasta más de 20. Se sienten como el delantal de plomo que te pone tu dentista cuando te hacen una radiografía.

¿Dónde se encuentra uno?

Las mantas con peso se venden en farmacias, grandes almacenes o por Internet. Incluso puedes hacer la tuya propia.

Las mantas con peso no son baratas. Suelen costar entre 65 y 200 dólares.

Por qué podría probar una manta con peso

Las mantas ponderadas se utilizan como una terapia alternativa para varias condiciones:

  • Ansiedad

  • Insomnio, vueltas en la cama u otros problemas de sueño

  • Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)

  • Trastorno del espectro autista (TEA)

Los terapeutas ocupacionales (TO) a veces utilizan mantas con peso como parte de la terapia para niños con problemas sensoriales como la ansiedad o el TDAH.

Cómo funcionan?

La teoría detrás de estas mantas es que la presión del peso proporciona algún valor terapéutico. Es casi como una manta para bebés que los tranquiliza mientras duermen. Las mantas con peso pueden

Calmar los nervios. La presión de la manta puede desencadenar respuestas del sistema nervioso que reducen el ritmo cardíaco y la respiración cuando se está ansioso. Esto puede ayudarle a calmarse y a dormir. Las mantas con peso también pueden ayudarle a dejar de dar vueltas en la cama, para que se quede quieto y se duerma.

Activan sustancias químicas naturales. La presión puede hacer que el cerebro libere una sustancia química llamada serotonina, que ayuda a la mente y al cuerpo a calmarse. La serotonina puede mantener el estado de ánimo estable y ayudar a conciliar el sueño.

La presión puede ayudar a tu cuerpo a liberar oxitocina, que puede mejorar la respuesta de tu sistema inmunitario, aliviar el dolor y el estrés y ayudarte a dormir.

Terapia sensorial. Las mantas con peso pueden ayudar a algunas personas con trastorno del espectro autista (TEA) o TDAH que están sobreestimuladas por el ruido a su alrededor. A la hora de dormir, la presión de las mantas puede ayudarles a sentirse seguros y protegidos. Se calman y descansan.

¿Funcionan?

No hay pruebas sólidas de que las mantas con peso traten problemas de salud o de sueño. Un estudio reveló que los estudiantes universitarios que durmieron bajo mantas con peso durante un semestre tuvieron menos ansiedad y un sueño de mejor calidad. Las personas que se sometieron a tratamientos dentales con una manta ponderada colocada sobre ellos dijeron que la presión redujo su ansiedad.

Las mantas con peso no mejoran el sueño de los niños con autismo, según un estudio. Los niños que durmieron con las mantas no se durmieron más rápido, ni durmieron más tiempo, ni se despertaron con menos frecuencia.

Si tienes insomnio, prueba a usar una manta con peso junto con una buena rutina de sueño, como ir a la cama a la misma hora cada noche o apagar el teléfono. También podrías probar técnicas probadas como la terapia cognitivo-conductual (TCC) para ayudarte a dormir mejor.

Quién no debe usar mantas con peso?

Los bebés, los niños pequeños o los niños muy pequeños no deberían utilizar una manta con peso. Las bolitas o cuentas de vidrio pueden caerse y convertirse en un peligro de asfixia. La pesada manta puede cubrir la cara del niño mientras duerme.

Si tiene apnea del sueño, problemas respiratorios o cualquier otra enfermedad crónica, consulte a su médico antes de utilizar una manta con peso. Pregunta al pediatra o al terapeuta de tu hijo antes de dejar que duerma bajo ella. No son seguras para los niños con epilepsia, problemas respiratorios o cardíacos, alergias cutáneas, problemas de circulación sanguínea o que no puedan quitarse la manta por sí mismos.

Antes de comprar una

Selecciona una manta que no pese más del 10% de tu peso corporal, y comprueba primero las instrucciones de lavado para ver si es fácil de lavar en casa. Asegúrate de que a ti o a tu hijo os gusta el tacto del tejido y os sentís cómodos con su peso. No quieres sentirte acalorado o atrapado por el peso de la manta.

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