La sexualidad y la sensualidad tienen mucho en común, pero no son lo mismo. ¿Cuál es la diferencia entre ser sexual y ser sensual, y cómo se relacionan entre sí?
Lo sexual es bastante sencillo: Cuando la gente habla de actividad sexual, suele referirse al proceso de intimidad física entre adultos que dan su consentimiento. Sin embargo, a veces, la idea de ser sensual se mezcla con la de ser sexual.
Creo que la gente a menudo utiliza "sensual" cuando intenta decir [o insinuar] "sexual-ligero, cuando sería mucho más útil recordar que "sensual" simplemente significa de los sentidos - vista, olfato, sonido, gusto y tacto, dice Richard M. Siegel, PhD, un consejero de salud mental con licencia y codirector de Modern Sex Therapy Institutes en West Palm Beach, FL.
En otras palabras, ser sexual implica casi siempre ser sensual: ¿podrías tener sexo sin involucrar ninguno de tus cinco sentidos? Pero ser sensual no tiene por qué implicar ser sexual. Es mucho más que eso.
Puedes optar por utilizar tu sensualidad como parte de un encuentro sexual, como parte de un encuentro íntimo que no necesariamente va a llevar al sexo, o simplemente porque te sientes bien sin pensar en nada sexual.
La sensualidad es la base de cómo experimentamos nuestros cuerpos, otros cuerpos y el mundo que nos rodea, dice Rosara Torrisi, doctora, terapeuta sexual certificada, directora fundadora del Instituto de Terapia Sexual de Long Island y copresentadora del podcast Our Better Half sobre sexualidad y adultos mayores. Lo que hago mucho como terapeuta sexual es ayudar a las personas con su yo sensual.
La sensualidad es una forma de habitar positivamente el cuerpo, a través del placer y la alegría y la diversión y la celebración, añade. Disfrutar de tu cuerpo puede ser un acto revolucionario cuando no te cosificas ni te sometes a otra persona, y eres dueño de tu placer y de tu tiempo.
Cómo reconectar con tu yo sensual
Así que, ¿cómo puedes volver a ponerte en contacto con tu yo sensual, quieras o no que esa sensualidad te lleve finalmente a la sexualidad? Empieza por volver a lo básico.
Piensa en lo que le gusta a tu sentido del tacto, dice Torrisi. ¿Qué te gusta oler? ¿Qué te sabe bien? ¿Qué música u otros sonidos te gusta escuchar? ¿Qué te gusta mirar? La atención plena es el quid de la cuestión. Se trata de notar lo que ocurre con tus sentidos y divertirte con tu cuerpo.
Algunas ideas para explorar:
Movimiento corporal alegre. Puede ser la danza, el yoga, los estiramientos, los paseos, los saltos o tocar el piano u otro instrumento. ¿Cuáles son las sensaciones físicas?
Busca la belleza en tu mundo cotidiano. Quizás sean las flores de un jardín, una puesta de sol espectacular o el arte. ¿Qué ves que sea visualmente placentero?
Prepara una comida. No tiene por qué ser una cena de lujo. Incluso la preparación de una simple salsa para espaguetis puede despertar tus sentidos del olfato y el gusto. Observa el aroma de la cebolla, el ajo y las especias. Saborea la salsa de tomate. Quédate con los aromas de tu cocina.
Aprovecha el tacto. Observa cómo se sienten los distintos tejidos y texturas, como las pieles, las plumas, la lana o el ante.
Prueba diferentes toques, texturas y olores y utilízalos para ser más consciente de tu cuerpo en general, dice Torrisi. Recuerda que sólo se trata de notar lo que te hace sentir bien. No tiene por qué llevar a nada más.
La sensualidad es para todo el mundo, tanto si estás soltero, como si tienes pareja, o si nunca has tenido una relación sexual, dice Torrisi. Tal vez tu máximo placer sensual sea ponerte un pijama acogedor, tomar una taza de té en una casa tranquila y relajarte mirando el patio trasero. Eso también es sensualidad. Es una forma de habitar positivamente tu cuerpo.
Cómo la sensualidad puede mejorar la sexualidad
Aunque la sexualidad y la sensualidad no tienen por qué ir de la mano, ciertamente pueden hacerlo. Y, a veces, centrarse en lo sensual puede mejorar el aspecto sexual de su vida, especialmente cuando el cuerpo tiene limitaciones físicas.
La educadora en sexualidad Jane Fleishman, PhD, se centra en el bienestar sexual de los adultos mayores en las comunidades de ancianos. A menudo tienen que redefinir lo que significa el sexo a medida que sus cuerpos envejecen y pensar más en la sensualidad como otra forma de placer, dice. La excitación de la sensualidad puede llevar a una interacción sexual o puede ser simplemente lo que se busca en sí mismo.
Si tienes pareja, podéis decidir juntos entrar en contacto con vuestro yo sensual con el fin de desear y excitaros, dice Fleishman.
Por ejemplo, señala el placer sensual de bailar al ritmo de la música con la iluminación y el ambiente adecuados. O prueba a hacer un mapa corporal: tocar cada parte de tu cuerpo para redescubrir lo que te hace sentir bien y lo que no, dice Fleishman. En el caso de las parejas que llevan mucho tiempo juntas y para las que el sexo no ha sido bueno o no ha tenido lugar en absoluto, este tipo de contacto sensual es una forma estupenda de reconectar.
