De los archivos del médico
Cuando buscamos el amor, a menudo nos fijamos en características específicas: el sentido del humor, quizás, o la solvencia económica y la amabilidad. Pero a veces nos enamoramos a primera vista. Tomemos el caso de Lila Sumin, que se dio cuenta de que había conocido a su futuro marido después de sólo unas horas. Volví a casa después de nuestra primera cita y les dije a mis padres que él era el indicado, dice Sumin, de 71 años, que vive en Los Ángeles. Esos sentimientos iniciales dieron en el clavo para Sumin, felizmente casada ahora desde hace 50 años con ese hombre. Pero, ¿cómo pudo saberlo en tan poco tiempo?
Resulta que la química entre dos personas es literalmente importante a la hora de elegir pareja. Aunque hay muchos factores que influyen en nuestras elecciones, nos sentimos atraídos por ciertas personas no sólo por razones culturales, como la socioeconomía, la inteligencia y los valores, sino también por razones biológicas, dice la doctora Helen Fisher, antropóloga cultural de la Universidad de Rutgers y autora de un nuevo libro, Why Him? ¿Por qué ella?
Todo en la familia química
Según Fisher, todos tenemos familias químicas asociadas a la dopamina, la serotonina, la testosterona y el estrógeno. Las personas eligen parejas con sustancias químicas que complementan las suyas. Por ejemplo, una persona con una gran cantidad de estrógenos puede sentirse atraída por otra con mucha testosterona.
La psicología también influye. Nuestra elección de pareja viene dictada en parte por un mapa del amor, una lista inconsciente de rasgos que queremos en una pareja ideal y que construimos durante nuestra infancia. Nos acostumbramos al sentido del humor de nuestro padre o a la marca de afecto de nuestra madre y utilizamos esto para construir nuestra lista. Cuando conocemos a una pareja potencial, determinamos consciente e inconscientemente si esa persona es adecuada para nosotros. A menudo lo hacemos en menos de tres minutos, dice Fisher.
La ciencia del amor
Y cuando se trata de olfatear el amor, puede que tengas más en común con Fido de lo que crees. La doctora Martie Haselton, de los departamentos de estudios de comunicación y psicología de la Universidad de California en Los Ángeles, ha estudiado el complejo mayor de histocompatibilidad, o MHC, un conjunto de genes que intervienen en la inmunidad y que podrían desempeñar un papel en el apareamiento a través de nuestro sentido del olfato.
Según Haselton, la gente considera más atractivos los olores corporales de las personas con genes MHC distintos a los suyos. Además, las investigaciones demuestran que los hijos que heredan diferentes MHC de cada uno de sus padres tienen una inmunidad más amplia.
Si todo es químico, ¿tenemos algún control sobre el proceso? Los investigadores afirman que se puede activar la química del cuerpo para mantener vivo el amor:
-Mantenerlo fresco
La novedad hace subir la dopamina en el cerebro, lo que puede ayudar a mantener el amor romántico. Ve al cine en una zona diferente de la ciudad o sal por la noche sin saber dónde acabaréis.
-Mantener el contacto
Cualquier tipo de contacto, como tomarse de la mano o jugar a los pies, puede hacer que aumente la oxitocina. A veces llamada la hormona del amor, la oxitocina está asociada al apego.
-Mantenerlo caliente
Tener sexo hace que quieras más sexo. Si has abandonado el hábito, trabaja para recuperarlo, aunque tengas que buscar ayuda profesional.
A Lila Sumin y a su marido les ha funcionado. Dice que la química que sintió por primera vez con su marido ha permanecido en la pareja a lo largo de los años. Cincuenta años después, le vuelve a elegir.