Anosognosia: Síntomas, causas y tratamiento

Es bien sabido que muchas personas con enfermedades mentales graves, como el trastorno bipolar o la esquizofrenia, no toman la medicación prescrita. Una de las principales razones de este comportamiento es la anosognosia, una palabra de origen griego que se traduce aproximadamente como "sin conocimiento de la enfermedad". También puede oír que se llama "falta de perspicacia". Lo que se resume en que la persona no es consciente de su enfermedad y es incapaz de aceptarla.

Una persona con anosognosia no se limita a negar su enfermedad o a ser testaruda. Su cerebro no puede procesar el hecho de que sus pensamientos y estados de ánimo no reflejan la realidad.

Quién está en riesgo

La anosognosia es común en personas con enfermedades mentales graves. Los médicos creen que la padecen alrededor del 40% de las personas con trastorno bipolar y el 50% de las que padecen esquizofrenia. Algunos psiquiatras creen que las cifras son aún mayores. Calculan que entre el 57% y el 98% de las personas con esquizofrenia la padecen.

Muchas personas con trastornos neurológicos padecen esta enfermedad. No es raro que un enfermo de Alzheimer la padezca. Los pacientes con derrames cerebrales también la padecen a menudo.

¿Qué lo provoca?

Los expertos creen que la anosognosia es el resultado de un daño en un área del cerebro relacionada con la autorreflexión.

Todo el mundo, independientemente de su estado de salud, actualiza constantemente su imagen mental de sí mismo. Cada vez que obtienes nueva información sobre ti mismo -por ejemplo, después de cortarte el pelo o de superar una presentación-, ésta influye en la forma en que piensas en ti mismo. Es un proceso continuo y complejo. Para que funcione sin problemas, el lóbulo frontal del cerebro tiene que asimilar la nueva información, organizarla, utilizarla para editar la imagen de uno mismo y recordar la última versión.

Cuando el lóbulo frontal del cerebro está dañado, lo que ocurre a menudo con enfermedades como la esquizofrenia y el trastorno bipolar, ya no se puede actualizar correctamente la imagen de uno mismo.

La anosognosia no siempre es todo o nada. Algunas personas pierden parcialmente la capacidad de verse a sí mismas con claridad, o puede aparecer y desaparecer. Eso puede confundir a los amigos y a los seres queridos. Es difícil entender por qué alguien parece entender completamente su diagnóstico en un momento, y luego afirma que está perfectamente sano al siguiente, aunque las pruebas objetivas demuestren que no lo está.

Por qué es importante

Cuando alguien con una enfermedad mental grave insiste en que no está enfermo (o no está tan enfermo como otros dicen que está), se puede producir una situación peligrosa. Es poco probable que alguien con anosognosia tome su medicación. ¿Por qué tomaría un medicamento (especialmente uno que podría tener efectos secundarios desagradables) si no cree que le pasa nada?

Cuando esta persona deja de tomar la medicación, sus síntomas suelen reaparecer o empeorar. Dependiendo de su estado, podrían empezar a oír voces, actuar de forma imprudente o volverse suicidas. También es más probable que acaben sin hogar o sean arrestados.

Tratamiento de la anosognosia

La anosognosia no es fácil de tratar. Si se puede persuadir a alguien que la padece para que siga tomando o reinicie su medicación, entonces podría mejorar. Alrededor de un tercio de las personas con esquizofrenia que toman la medicación mejoran la percepción de su enfermedad.

Un terapeuta también puede probar un enfoque llamado terapia de mejora de la motivación (MET). Este tipo de terapia conversacional está diseñada para ayudar a la persona a entender los beneficios de cambiar su comportamiento.

Si un ser querido tiene anosognosia, a veces es mejor no intentar convencerle de que está enfermo. En su lugar, hable de sus objetivos, como mantener un trabajo o vivir por su cuenta. Esto podría animarles a acudir a un profesional de la salud mental, incluso si no creen que lo necesitan para su salud y bienestar.

Una persona con anosognosia puede correr el riesgo de hacerse daño a sí misma o a otros. Si este es el caso, un familiar o un profesional de la salud mental puede tener que emprender acciones legales. Las leyes varían según el estado, pero es posible que haya que ingresar a alguien con una enfermedad mental grave en el hospital en contra de su voluntad.

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