Fisioterapia y terapia ocupacional para la artritis reumatoide

Como usted tiene artritis reumatoide, probablemente se beneficie mucho de la fisioterapia y la terapia ocupacional. Suelen formar parte del plan de tratamiento de la AR.

Las articulaciones sanas son las "bisagras" que le permiten moverse. Muchos de nosotros lo damos por sentado. Sin embargo, estos movimientos sencillos no siempre son automáticos o fáciles cuando se tiene AR. Pueden ser dolorosos.

Los objetivos y los tratamientos utilizados por los fisioterapeutas y los terapeutas ocupacionales a veces se superponen, pero hay algunas diferencias generales.

Fisioterapia para la artritis reumatoide

Su objetivo es mantenerte en movimiento. Utiliza el ejercicio y otros métodos para estimular los músculos, los huesos y las articulaciones. El resultado es una mayor fuerza, tono y estado físico general.

Los fisioterapeutas entienden la mecánica de los huesos, las articulaciones y los músculos, los problemas que pueden surgir y qué hacer con ellos. Es una buena idea trabajar con un fisioterapeuta, tanto si se padece AR desde hace tiempo como si se acaba de diagnosticar, y sin importar la gravedad de la enfermedad.

En las primeras fases de la enfermedad, el fisioterapeuta puede comprobar su fuerza, su estado físico y el funcionamiento de sus articulaciones. Elaborará un plan de ejercicios para mantener tus articulaciones lo más sanas posible.

Si tiene artritis reumatoide moderada o avanzada, la fisioterapia puede ayudarle a mantener o mejorar su fuerza y flexibilidad.

Juntos elaborarán un plan para cada grupo de músculos y articulaciones, y para su estado físico general. Probablemente incluirá:

Ejercicio. Es la piedra angular de cualquier plan de fisioterapia. Se ajustará a su capacidad y nivel de forma física, e incluirá flexibilidad, fuerza y ejercicios cardiovasculares (aeróbicos).

Calor o hielo. Tratar las articulaciones inflamadas o dolorosas con calor o hielo ayuda a algunas personas a sentirse mejor.

Masaje. También puede ayudar a sentirse mejor.

Motivación y estímulo. Es una gran ventaja tener un profesional que te anime y te empuje a seguir adelante.

Terapia ocupacional para la artritis reumatoide

Esto le ayuda a mantenerse independiente. Un terapeuta comprobará para qué necesitas ayuda. Luego, pueden enseñarle formas mejores o más fáciles de realizar esas cosas. La terapia ocupacional puede ayudarte incluso si no trabajas o tienes un empleo.

Su terapeuta puede enseñarle a

Limitar el esfuerzo de las articulaciones. Puede aprender nuevas formas de mover su cuerpo para proteger sus articulaciones.

Encontrar otras formas de realizar las tareas cotidianas. La AR puede dificultar la tarea de desabrochar botones, girar pomos de puertas, ponerse pendientes y otras acciones en las que se utiliza la motricidad fina. Puede ser útil utilizar las dos manos en lugar de una sola. O puede que tengas que hacer rodar las bolsas de la compra y otros objetos pesados en lugar de cargarlos. Si tienes problemas con la motricidad gruesa, como levantar tazas de café o bañarte, tu terapeuta puede ayudarte a encontrar soluciones.

Utiliza herramientas de ayuda. Hay muchos dispositivos y equipos que pueden facilitar tu vida diaria. Los abridores de tarros, los asideros, las barras de sujeción y los inodoros elevados son algunos ejemplos.

Reduzca el dolor. Puedes aplicar calor o frío antes y después de las actividades para que te duela menos. Tu terapeuta ocupacional puede recomendarte férulas para apoyar tus articulaciones y ayudar a mantenerlas en una posición normal.

Haz ejercicio en casa. Esto puede hacerte más fuerte, más flexible y ampliar tu rango de movimiento. El terapeuta puede recomendarle ejercicios que le ayuden a realizar tareas específicas, como girar los grifos.

La AR puede agravarse con el tiempo. La terapia ocupacional puede ayudarle a mantener las actividades cotidianas durante el mayor tiempo posible.

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