Sí, puede hacerlo. Mantenerse activo es una de las mejores cosas que puede hacer por su salud, incluso si tiene artritis reumatoide (AR). Sólo tienes que saber trabajar dentro de tus límites. Tu médico o un fisioterapeuta pueden ayudarte.
Cuando haces del fitness una parte habitual de tu vida, los beneficios incluyen:
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Mayor flexibilidad. Mover las articulaciones ayuda a aliviar la rigidez y a mantenerlas flexibles.
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Músculos más fuertes. El ejercicio fortalece los músculos, lo que les ayuda a sostener y proteger las articulaciones.
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Huesos más densos. La inflamación relacionada con la artritis, y algunos de los fármacos que la tratan, pueden hacer que tus huesos sean más frágiles y más propensos a romperse. Hacer ejercicio aumenta la densidad ósea, lo que podría significar menos fracturas.
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Un corazón más sano. El ejercicio es bueno para el corazón de todos. Si tienes AR, es especialmente importante, ya que la afección te hace más propenso a padecer enfermedades del corazón.
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Sentirse mejor. Un buen entrenamiento alivia el dolor, mejora el estado de ánimo, te da más energía, te ayuda a dormir mejor y puede hacer que te sientas mejor contigo mismo. Haz ejercicio con un amigo para que sea más divertido y para motivaros mutuamente.
Su reumatólogo puede ayudarle a crear un programa de ejercicios adecuado para usted. También puede reunirse con un fisioterapeuta. Ellos pueden identificar qué áreas necesitas trabajar, elegir los ejercicios adecuados para ti y decirte con qué intensidad debes ejercitarte.
También hay programas de ejercicio comunitario diseñados para personas con artritis. Entre ellos se encuentran People with Arthritis Can Exercise (PACE) y el Curso de Autoayuda para la Artritis (ASHC), que ofrece la Arthritis Foundation.
Qué puedo hacer yo?
Si aún no haces ejercicio, consulta primero con tu médico. Dígale lo que quiere hacer y pregúntele qué tipo de cosas le convienen y cuáles debe evitar.
Su plan de ejercicios probablemente incluirá actividades de bajo impacto como:
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Caminar
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Senderismo
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Baile
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Remo
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Natación
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Bicicleta
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Utilizar una máquina elíptica
Cualquiera de estos hará que su corazón bombee. Oirás llamarlo ejercicio cardiovascular o aeróbico. Elegir algo que te guste te ayudará a tener éxito.
El entrenamiento de fuerza utiliza la resistencia para trabajar los músculos. Puedes utilizar las máquinas de un gimnasio, las pesas de mano, las bandas de resistencia o incluso tu propio peso corporal. Esto fortalece los músculos y aumenta la cantidad de actividad que puedes realizar.
Llevará tiempo fortalecerse. Haz que tus entrenamientos de fuerza sean más duros con el tiempo. Hazlos cada dos días si puedes. Si eres nuevo en el mundo de la halterofilia, reserva unas cuantas sesiones con un fisioterapeuta o un entrenador para que te dé consejos.
También puedes hacer ejercicios de estiramiento, pero deben ser suaves. Nunca estires un músculo que no haya sido calentado. Pregunta a tu fisioterapeuta cómo y cuándo debes estirar.
Una vez que el médico le dé el visto bueno, intente hacer entre 20 y 30 minutos (o más) de ejercicios de acondicionamiento de bajo impacto todos los días que se sienta capaz. Recuerde, ¡algo de ejercicio es mejor que nada!
Actividades que pueden ser demasiado para tus articulaciones
Tenga cuidado con las actividades que suponen un gran esfuerzo para una articulación o que son de "alto impacto", como levantar pesos pesados o trotar, especialmente en caminos pavimentados.
La mayoría de los expertos coinciden en que si el ejercicio provoca un dolor que dura más de una hora, es demasiado. Consulte a su médico o fisioterapeuta si lo nota:
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Fatiga inusual o de larga duración.
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Más debilidad
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Menor rango de movimiento
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Más inflamación de la articulación
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Dolor de larga duración