La artritis reumatoide juvenil es una enfermedad infantil que afecta a las articulaciones. También se denomina artritis idiopática juvenil o AIJ. Tiene varios tipos diferentes. La artritis reumatoide juvenil de inicio sistémico es la forma más rara.
La palabra "sistémica" significa que afecta a todo el cuerpo. Provoca fiebres altas, erupciones cutáneas y dolores articulares. Suele empezar cuando el niño tiene entre 5 y 10 años, y afecta por igual a niños y niñas.
También puedes oír que se llama enfermedad de Still.
Nadie sabe exactamente qué la causa. Los científicos creen que podría tratarse de un sistema inmunitario defectuoso que responde de forma incorrecta a otra cosa, como el estrés o una infección vírica o bacteriana.
No se puede prevenir la artritis reumatoide juvenil de inicio sistémico. Sin embargo, se cree que es hereditaria, por lo que el historial médico familiar puede dar una pista.
El médico tiene que diagnosticarla y hacer que su hijo reciba los medicamentos que necesita para mejorar rápidamente.
Síntomas
Los signos incluyen una fiebre muy alta (102 F o más) y una erupción de color rosa pálido o salmón, generalmente en el pecho y los muslos. A veces se confunde con una infección bacteriana, pero los antibióticos no ayudan.
La fiebre tiende a subir varias veces durante el día. Suele alcanzar su punto máximo por la noche y luego mejora por la mañana. Los niños también tienen dolor en las articulaciones, hinchazón o ambos. Esto puede ser más doloroso cuando la fiebre es alta.
Los síntomas aparecen y desaparecen durante días, semanas o meses. Los niños con fiebre baja pueden parecer estar bien. Cuando la fiebre se dispara, el niño parece y actúa como si estuviera enfermo. Los niños pueden tener días buenos con pocos o ningún síntoma, y días peores con síntomas de reagudización.
Esta enfermedad también puede provocar la inflamación del revestimiento del pulmón, llamada pleuritis, o del revestimiento del corazón, llamada pericarditis. Puede provocar la inflamación de los ganglios linfáticos y el aumento del tamaño del bazo y el hígado.
Los niños que la padecen pueden crecer más lentamente de lo normal.
Diagnóstico
No existe una prueba única para detectar la artritis reumatoide juvenil de inicio sistémico. El médico de su hijo le hará un examen físico y comprobará si tiene algún síntoma. Probablemente le preguntará si la enfermedad está presente en su familia. Las pruebas ayudan a descartar otras enfermedades, como infecciones bacterianas o víricas, y otras formas de artritis.
Su hijo puede someterse a las siguientes pruebas:
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Análisis de sangre, orina y líquido articular.
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Radiografías, resonancias magnéticas y otras pruebas de imagen
Los resultados pueden mostrar:
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Recuento bajo de glóbulos rojos, o anemia
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Recuento elevado de glóbulos blancos
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Recuento elevado de plaquetas, que son las células de la sangre que ayudan a su coagulación
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Niveles más altos de proteína C reactiva y de velocidad de sedimentación globular, que son signos de inflamación en la sangre de su hijo
Tratamiento
Los médicos suelen tratar la afección con antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como celecoxib (Celebrex), diclofenaco (Voltaren), ibuprofeno (Advil, Motrin) y naproxeno (Aleve, Naprosyn). Estos medicamentos ayudan a aliviar la fiebre, el dolor y la inflamación de las articulaciones.
También se utilizan medicamentos corticosteroides como la prednisona. Disminuyen la respuesta inmunitaria y ayudan a la inflamación.
Los biológicos son medicamentos que provienen de fuentes naturales o biológicas. Algunos de ellos, como la anakinra (Kineret) o el tocilizumab (Actemra), también se utilizan para tratar la artritis reumatoide juvenil de inicio sistémico.
Los niños con esta enfermedad deben descansar mucho, sobre todo cuando tengan síntomas. Cuando se sientan capaces de hacerlo, el ejercicio puede ayudar a mantener sus articulaciones fuertes y funcionando bien. La fisioterapia también ayuda.
En muchos niños con esta enfermedad, la fiebre y la erupción desaparecen en unos pocos meses. La rapidez con la que mejoran depende de su gravedad. En algunas personas, la artritis puede durar hasta la edad adulta y seguir necesitando tratamiento.