Si el dolor y la rigidez de las articulaciones hacen que quiera saltarse la rutina de ejercicios habitual, considere esto: Las investigaciones demuestran que la actividad física mejora los síntomas de la artritis reumatoide.
El ejercicio fortalece los músculos que rodean las articulaciones y ayuda a lubricar el cartílago, reduciendo la inflamación y el dolor.
También frena la fatiga, y no es necesario correr en la cinta o levantar grandes pesos para obtener los beneficios.
Mover las articulaciones en toda su amplitud de movimiento mejora la flexibilidad y reduce la rigidez, la hinchazón y el dolor.
Añade estos ejercicios de amplitud de movimiento a tu rutina diaria.
Los ejercicios de amplitud de movimiento son sólo una parte de un plan de acondicionamiento físico adecuado para la AR.
Otras actividades de bajo impacto, como caminar y nadar, también son importantes para mantener la fortaleza de los huesos, aumentar la energía, mejorar el sueño y mantener un peso saludable.
Intente realizar... al menos 150 minutos de actividad física de intensidad moderada cada semana para promover la buena salud y el bienestar. Por ejemplo, puedes dividirlo en cinco sesiones de 30 minutos cada una.
Si no está activo ahora, empiece con un poco de actividad cada vez y añada gradualmente más tiempo. Si no estás seguro de qué tipo de actividad es adecuada para ti, pregunta a tu médico.