Nuevos fármacos y medicamentos desarrollados para tratar la artritis reumatoide

Los últimos 20 años han traído muchas formas nuevas de tratar la AR, y hay más a la vuelta de la esquina. He aquí cómo ha cambiado la cara del tratamiento.

Entonces:

Hace veinte años, tu médico te decía que tomaras medicamentos de venta libre o con receta para aliviar el dolor y reducir la inflamación. Te pusieron una inyección de corticoides. El médico esperaba a recetar medicamentos más potentes -y las opciones eran limitadas entonces- hasta que la AR empeoraba. El enfoque era tratar los brotes, no la enfermedad en sí.

Ahora:

Usted y su reumatólogo abordan la AR de frente, y a tiempo. Tomará medicamentos potentes desde el principio: fármacos recetados que actúan para detener la enfermedad antes de que cause daños importantes. Hay varios para elegir o combinar si los primeros no funcionan.

Tres categorías de medicamentos

La fórmula para tratar la AR suele ser una mezcla. Los médicos recurren a tres grupos principales de medicamentos aprobados por la FDA:

1.

Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos.

(AINE) alivian el dolor y la inflamación. Algunos, como el ibuprofeno y el naproxeno sódico, son medicamentos de venta libre. Para otros, como los inhibidores de la COX-2, se necesita una receta médica, que puede ser más fácil para el estómago.

2.

Corticosteroides

, incluida la prednisona, actúan rápidamente para controlar la inflamación. Estos potentes fármacos tienen fuertes efectos secundarios, por lo que los médicos limitan la dosis y la duración de su toma.

3.

Fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad

(DMARD) pueden alterar el curso de la AR y prevenir el daño articular y tisular. Bloquean los efectos de las sustancias químicas liberadas cuando el sistema inmunitario ataca por error a las articulaciones. El metotrexato suele ser el primer FAME que se prescribe, a menudo nada más recibir el diagnóstico. Los médicos saben ahora que un retraso podría empeorar la AR.

Biológicos

Gracias a la investigación genética, en los últimos 20 años han aparecido muchos fármacos nuevos para tratar la AR. Antes de eso, los DMARD eran fabricados por el hombre. La mayoría de los fármacos más recientes son biológicos, es decir, se fabrican a partir de genes humanos. Estos potentes imitadores pueden detener un sistema inmunitario hiperactivo.

Dado que estos fármacos se dirigen a etapas específicas del proceso de inflamación, no eliminan todo el sistema inmunitario, como hacen otros tratamientos de la AR. Para muchas personas, un fármaco biológico puede ralentizar, modificar o detener la enfermedad, incluso cuando otros tratamientos no han ayudado mucho.

El primero de un nuevo tipo de DMARD, los Jakinibs o inhibidores de JAK, fue aprobado en 2012. A veces llamado biológico oral, este medicamento está disponible en forma de píldora... en lugar de una inyección o una infusión, como ocurre con los otros biológicos. Los jakinibs actúan desde el interior de las células para bloquear las enzimas que alertan al sistema inmunitario sobre un invasor.

Triple amenaza

Aunque hay más opciones que nunca para tratar la AR, los investigadores también han encontrado nuevas promesas en algunos tratamientos antiguos.

Estudios recientes demuestran que algunos de los primeros FAME, como la hidroxicloroquina (Plaquenil), el metotrexato (Otrexup, Rheumatrex, Trexall) y la sulfasalazina (Azulfidine, Azulfidine EN-tabs), cuando se combinan, pueden funcionar tan bien como el metotrexato más un fármaco biológico. Esta triple terapia, como se denomina, le ofrece a usted y a su médico otro enfoque si el metotrexato por sí solo no funciona. También es una opción si desconfía de los biológicos por sus efectos secundarios o su elevado coste.

Promesa para el futuro

Todavía queda mucho por aprender sobre por qué y cómo se produce la AR. A partir de los descubrimientos recientes, las áreas en estudio incluyen:

  • Los investigadores están estudiando los genes para ver por qué algunas personas padecen AR y otras no, y por qué algunos casos son peores que otros. Estos datos pueden conducir a productos biológicos, como los inhibidores de JAK, que combaten las causas de la AR a nivel celular. Hay varios fármacos de este tipo en fase de desarrollo.

  • Otra área de investigación de la AR se centra en las proteínas fabricadas para dirigirse a las moléculas que afectan a su sistema inmunitario. Se llaman anticuerpos monoclonales, y varios están aprobados por la FDA para su uso en la AR. También se están estudiando otros nuevos.

  • Las estatinas, utilizadas habitualmente para reducir el colesterol y prevenir las enfermedades cardíacas, se están estudiando para ver si pueden disminuir los síntomas de la artritis reumatoide.

  • Los investigadores médicos y dentales están revisando la relación entre la enfermedad articular y la enfermedad de las encías.

Los descubrimientos han hecho posible que se pueda permanecer activo y trabajar mucho más tiempo de lo que era posible hace 20 años. Los científicos están pensando en la AR de formas nuevas y emocionantes, y la próxima generación de tratamientos es muy prometedora.

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