Si tiene artritis reumatoide y lucha contra la fatiga, no está solo. Es un síntoma común de la enfermedad.
La fatiga es mucho más que estar cansado. Te hace sentir como si estuvieras totalmente sin energía. Puede ser tan severa que pienses que tienes una gripe.
Puedes sentirte agotado aunque no hayas hecho más de lo habitual. A menudo, nada parece ayudar, ni siquiera dormir.
La fatiga puede hacer mella en tu cuerpo, tu mente y tus emociones. Puedes sentirte cansado, nublado u olvidadizo. Puede ser difícil disfrutar de las reuniones con los amigos o la familia.
¿Por qué la AR causa fatiga?
Los anticuerpos que causan la inflamación de la AR afectan a su sistema nervioso central, no sólo a sus articulaciones. Los niveles altos de inflamación pueden provocar una fatiga severa.
La AR también causa dolor a largo plazo. Puede hacer que te sientas agotado al final del día. Pero cuando te duelen las articulaciones, es difícil dormir. La fatiga de la AR hace que sea difícil sentirse renovado al levantarse por la mañana.
Cuando se tiene AR, la fatiga, el dolor y los problemas de ánimo pueden convertirse en un círculo vicioso. Los médicos creen que los altos niveles de inflamación podrían causar estos tres síntomas.
Cómo controlar la fatiga de la AR
Es posible que necesite una mezcla de tratamientos, cambios en el estilo de vida y una nueva actitud para mantener la fatiga bajo control.
Reconozca que la fatiga forma parte de la vida con AR. No siempre puede controlarla ni predecir cuándo estará demasiado cansado para trabajar o asistir a un evento social. Escuche a su cuerpo. Se sentirá mejor si se toma el tiempo para descansar cuando lo necesite. Tómate descansos si tienes una tarea que requiere mucha energía.
No te sientas culpable. Puede que tus amigos y familiares no entiendan realmente lo mal que te sientes. No eres perezoso. Estás agotado por la artritis. No te sientas culpable si tienes que descansar en lugar de salir o salir antes porque estás demasiado cansado. Explica que la fatiga es un síntoma de tu enfermedad.
No se esfuerce por seguir el ritmo de los demás. Si necesitas ayuda con las tareas domésticas que te agotan, pide a los demás que te echen una mano. Suprima los pasos que no necesita para completar una tarea. Marca tu propio ritmo. Tú decides lo que puedes y lo que no puedes hacer en los días en que el cansancio es elevado.
Haz ejercicio con regularidad... Lo último que te apetece es hacer ejercicio. Pero los estudios demuestran que la actividad aeróbica -la que hace que el corazón lata más rápido- reduce la fatiga en las personas que tienen un trastorno del sistema inmunitario como la AR.
El ejercicio también fortalece los músculos que rodean las articulaciones, mantiene los huesos fuertes y mejora el estado de ánimo.
Empieza con unos minutos de caminata rápida. Ve subiendo poco a poco hasta llegar a los 30 minutos al menos 5 veces por semana. La natación o los ejercicios en la piscina también son buenas opciones, ya que el agua no daña las articulaciones. El yoga y el tai chi son otras dos actividades suaves que ayudan a aliviar la fatiga y a reducir el estrés.
Intenta hacer algo, aunque sólo sea estirar, los días que estés muy cansado.
No te quedes en la cama. Puede hacer que te sientas más cansado. En su lugar, haz pausas regulares de descanso durante el día. Encuentra momentos que se adapten a tu vida. ¿Haces más cosas por la mañana? Programe un descanso al mediodía. ¿Necesitas energía antes de que los niños lleguen del colegio? Duerme una siesta poco antes de que lleguen a casa.
Dos o tres periodos cortos de inactividad pueden darte el impulso que necesitas.
Llénate de energía con los alimentos adecuados. Tu cuerpo obtiene energía de los alimentos que comes. Elige alimentos frescos y enteros, como frutas y verduras, proteínas magras, productos lácteos y grasas saludables. Los ácidos grasos omega-3, presentes en alimentos como los frutos secos y el pescado de agua fría, ayudan a aliviar la fatiga al reducir la inflamación.
Los pequeños cambios pueden suponer una gran diferencia. Come comidas pequeñas y saludables a lo largo del día, para no sentirte perezoso. Opta por tentempiés como una manzana con mantequilla de cacahuete o atún en pan integral.
¿Una taza de café es tu idea de desayuno? Elige alimentos ricos en fibra, carbohidratos complejos y proteínas magras. Un tazón de cereales ricos en fibra, fruta fresca y leche baja en grasa puede darte más energía para el resto del día. O prueba a añadir a tu mañana un huevo duro, una taza de yogur o un plátano.
Bebe agua. Tu cuerpo necesita líquidos para seguir adelante. El cansancio puede ser una señal de que te has secado. Intenta beber unos ocho vasos al día. Es posible que necesites más si eres muy activo o si hace mucho calor.
Sigue una rutina de sueño. Los buenos hábitos te ayudan a descansar lo suficiente para sentir menos fatiga al día siguiente. Acuéstate a la misma hora cada noche. Levántate a la misma hora cada mañana. Reduce el consumo de cafeína, alcohol y nicotina. Todos ellos pueden alterar el sueño.
Cuando llegue la hora de apagar las luces, apaga dispositivos como el smartphone o la tableta. Descansarás mejor en una habitación oscura y silenciosa.
Busca asesoramiento o terapia. La terapia cognitivo-conductual o el asesoramiento con un profesional de la salud mental pueden aliviar el estrés que empeora su fatiga. También puede ayudarte a controlar cómo la fatiga afecta a tu vida.
Explora los tratamientos complementarios.La terapia de masaje suele aliviar el estrés y la ansiedad. Te ayuda a soltar tus pensamientos y a conciliar el sueño. La acupuntura también funciona para muchas personas. Habla con tu médico antes de tomar cualquier tratamiento a base de hierbas o probar cualquier terapia no médica.
Habla con tu médico. Si has probado todo y sigues sintiéndote agotado, comunícaselo a tu médico. Ellos pueden saber más sobre cuál es el problema.
Puede ser que tengas anemia, que ocurre cuando no tienes suficientes glóbulos rojos para transportar el oxígeno por el cuerpo.
La anemia puede aparecer debido a la inflamación a largo plazo de la AR o como efecto secundario de sus medicamentos. Su médico puede comprobar si la tiene y hacer que empiece el tratamiento.
Otras cosas que también pueden causar fatiga son:
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Dolor
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Depresión
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Efectos secundarios de la medicación
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Debilidad cuando se pierde mucho músculo
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Infecciones