El dolor matutino es habitual en la artritis reumatoide. Las articulaciones también pueden sentirse rígidas y crujir al levantarse de la cama. Puede que le cueste hacer las cosas. El dolor y la rigidez pueden tardar una hora o más en desaparecer. Pero eso no tiene por qué detenerte.
Con unos cuantos consejos y trucos, puedes llevar mejor las mañanas.
Por qué te duele por las mañanas
Durante la noche, el cuerpo libera sustancias químicas antiinflamatorias para calmar el dolor y la rigidez de las articulaciones. Por la mañana, ya no son capaces de combatir las sustancias químicas que causan la inflamación, por lo que se despierta con las articulaciones rígidas y dolorosas.
Lo que puedes hacer
Prueba estos consejos y trucos para relajarte por la mañana:
Ponte en movimiento
Lo mejor que puedes hacer para es empezar a moverte. Aumenta el flujo sanguíneo a tus articulaciones y lubrica las superficies articulares.
Dobla y endereza las rodillas. Muévete de un lado a otro para aflojar las caderas. Pero ten cuidado si estás en medio de un brote activo. Ir demasiado lejos puede empeorar la situación. Continúa con unos cuantos estiramientos suaves.
Da un paseo. Si no estás acostumbrado a hacer ejercicio, empieza con 5-10 minutos de paseo suave. Puede alargarlo o caminar más rápido a medida que su cuerpo se vaya acostumbrando.
Acude a un fisioterapeuta. Puede recomendarle ejercicios específicos que le ayuden a aliviar el dolor y la rigidez.
Aplicar frío o calor
Las compresas de hielo pueden ayudar a aliviar la hinchazón y el dolor el tiempo suficiente para que puedas empezar el día. Puedes comprar una bolsa de frío rellena de gel en la farmacia o en una tienda de descuento. Pero en caso de apuro, una bolsa de guisantes congelados es una compresa fácil de usar que se amolda a la forma de la articulación. Deja la bolsa de hielo puesta durante 20 minutos seguidos.
Cambia las zapatillas de casa mullidas o suaves por zapatos de suela gruesa con soporte para el arco.
El calor puede ayudar a aflojar las articulaciones y los músculos. Elige el calor húmedo en lugar del seco, que puede funcionar mejor para aliviar la rigidez.
Una buena forma de obtener calor húmedo es tomar una ducha caliente. Pruebe a darse una ducha de 10 minutos con agua caliente. No sobrepase los 15 minutos.
Para calentarse las manos, llene el lavabo con agua tibia y jabón. Mueve las manos en el agua. Intenta también masajearlas. O aplícate aceite de bebé, y luego mueve y masajea tus manos.
Prueba a utilizar una manta eléctrica en tu cama. Enciéndala antes de acostarse o por la mañana para aliviar las articulaciones doloridas y rígidas.
Manténgase hidratado
El agua es buena para las articulaciones. Los líquidos las mantienen lubricadas, lo que evita la rigidez. Beba agua regularmente durante el día. Por la noche, pon un vaso de agua en tu mesita de noche para que sea fácil empezar a beber a sorbos en cuanto te despiertes.
Prueba la medicación
Pregunte a su médico si puede tomar un medicamento por la mañana para aliviar el dolor y la rigidez. Es posible que le recete un antiinflamatorio no esteroideo (AINE) para aliviar el dolor y reducir la inflamación.
Si su rigidez matutina dura más de una hora, consulte a su médico para ver si necesita un medicamento recetado, como un fármaco antirreumático modificador de la enfermedad (DMARD), que le ayude con la inflamación.
Tome buenas decisiones de estilo de vida
Un estilo de vida saludable puede ayudarte a sentirte mejor:
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Come bien.
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Haz suficiente ejercicio.
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Mantenga su peso en un nivel saludable.
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Duerma lo suficiente.
Vigila también tu nivel de estrés. Demasiado estrés puede agravar los problemas médicos. Es especialmente importante con la artritis reumatoide.
Prepárese para tener mañanas más fáciles
Los pequeños detalles pueden suponer una gran diferencia a la hora de facilitar tus mañanas y hacer que te muevas y salgas más rápido por la puerta.
Por ejemplo, prueba a utilizar un cepillo de dientes eléctrico. Puede ser más fácil para tu muñeca y tu mano. Envuelve el mango del cepillo de dientes con gomas elásticas para facilitar el agarre cuando tengas los dedos agarrotados. Tras la ducha, sécate con una toalla de microfibra, que es ligera, absorbe bien el agua y se dobla fácilmente en los pliegues.
Intenta lavarte el pelo cada dos días para reducir la tensión en las manos, las muñecas y los hombros. Consigue un corte y un estilo que sean fáciles de mantener.