Muchas madres esperan amamantar a sus bebés después del parto. Durante el embarazo, es posible que sientas que tus pechos se llenan más en previsión de amamantar a un recién nacido. Aunque tienes leche materna para ofrecer a tu bebé justo después del parto, durante los primeros días tu leche cambia...
¿Cuándo me llegará la leche?
Cuando tu bebé nace, su estómago es del tamaño de una cereza, por lo que sólo come entre 1 y 1,5 cucharaditas en cada toma. Por ello, su primera leche es espesa y está repleta de nutrientes. Esta primera leche se llama calostro. Cuando el bebé tiene una semana de vida, su estómago tiene el tamaño de un huevo y come entre 1,5 y 2 onzas cada vez que se amamanta.
Durante los primeros días tras el nacimiento de tu bebé, la leche pasa a tener una consistencia más fina y un color más claro. Puede parecer que tu bebé quiere estar en tu pecho constantemente, y hay varias razones para ello:
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Comodidad. Este gran mundo es aterrador y nuevo para tu bebé. En el vientre materno, te escuchaban todo el día, y tú eres quien más les reconforta. Quieren estar cerca de ti para sentirse seguros. Además, la succión es un reflejo de nacimiento, y la lactancia satisface su necesidad de ese movimiento.
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Nutrición. El estómago de tu bebé es tan pequeño que necesita mamar más a menudo para mantenerse lleno. A medida que crecen, sus sesiones de amamantamiento se ralentizan y, en cambio, comen cada pocas horas.
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Su leche. Tu bebé quiere amamantar como una forma de favorecer la subida de tu leche que suele llamarse alimentación en racimo. Cuando tu bebé toma el pecho, envía una señal a tu cuerpo para que produzca más leche.
Si te preocupa que la leche no suba tan pronto como esperabas, habla con tu pediatra o con un asesor de lactancia...
Qué se siente cuando me sube la leche?
Una vez que te suba la leche, entenderás lo diferente que se siente cuando tus pechos están llenos de leche. Al principio, sus pechos pueden sentirse demasiado llenos y gotear. Esto es normal, ya que su cuerpo aprende la cantidad de leche que necesita su bebé.
Al mismo tiempo, puede que tus pechos no se sientan más llenos, pero sigues produciendo suficiente leche para tu bebé. Cada madre es diferente. Recuerda que el tamaño de los pechos no indica la cantidad de leche que produces.
Cuando tu bebé empieza a mamar, recibe unas pocas gotas de leche. Sin embargo, su patrón de succión es rápido y poco profundo, lo que envía el mensaje de que tu cuerpo necesita liberar leche. Una vez que la leche baja durante una sesión de lactancia, tus pechos pueden sentir un cosquilleo.
Cambios en el color de la leche materna
En su mayor parte, la leche materna tendrá un aspecto blanco, amarillo o transparente. Sin embargo, los alimentos que consumes pueden influir en el color de tu leche materna. Por ejemplo, una dieta rica en zanahorias y boniatos podría dar a tu leche materna un tinte anaranjado. O una dieta llena de verduras de hoja verde puede hacer que la leche materna sea ligeramente verde. Estas pequeñas variaciones de color no suelen ser motivo de preocupación.
Si la leche materna adquiere un tono rosado o rojo, es posible que haya sangre en la leche. Esto suele estar causado por pezones agrietados, pero en raras ocasiones puede deberse a una mastitis (infección mamaria), un papiloma (tumor benigno) o un cáncer de mama. Habla con tu médico si el sangrado parece excesivo, no tiene una causa clara o eres propensa a alguna de esas afecciones.
Otras consideraciones sobre la lactancia materna
Vinculación con tu bebé. La lactancia materna te ofrece una oportunidad perfecta para establecer un vínculo con el bebé, pero la alimentación con biberón puede seguir siendo útil. Ofrece la leche materna en un biberón para que papá, los abuelos y los hermanos puedan establecer también un vínculo con tu bebé. Tu bebé se sentirá más unido a cada miembro de tu familia. Esto facilitará la transición de estar lejos de ti cuando vuelvas al trabajo.
Las heces de tu bebé. Una vez establecida la lactancia materna, las heces del bebé suelen ser amarillas y con sabor a semillas. Son blandas y no están formadas. Si se complementa con leche artificial, puede ser más oscura y más formada que si se alimenta exclusivamente con leche materna. Es posible que tu bebé haga caca varias veces al día, pero no te preocupes si pasa de 7 a 10 días sin hacer caca. Esto es normal en los bebés alimentados exclusivamente con leche materna.
La lactancia es natural, pero no siempre es fácil. Es posible que sientas dolor al amamantar, pero el dolor y el daño severos son señales de que tu bebé tiene un mal agarre. Puede experimentar:?
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Dolor intenso durante la sesión de lactancia en uno o ambos lados
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Pezones dañados
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Distorsión de los pezones justo después de una sesión de lactancia
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Congestión o conductos obstruidos porque su bebé no transfiere la leche de manera eficiente?
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Problemas de exceso o falta de leche
Habla con un médico o un asesor de lactancia para asegurarte de que tu bebé recibe suficientes nutrientes si te preocupa su enganche.