Depresión y alivio del dolor

Qué es el dolor crónico?

Alrededor de 100 millones de estadounidenses sufren de dolor crónico, definido como un dolor que dura más de seis meses. El dolor crónico puede ser leve o insoportable, episódico o continuo, simplemente molesto o totalmente incapacitante.

Con el dolor crónico, las señales de dolor permanecen activas en el sistema nervioso durante semanas, meses o incluso años. Esto puede suponer un coste físico y emocional para la persona.

Las fuentes de dolor más comunes son los dolores de cabeza, los dolores articulares, los dolores por lesiones y los dolores de espalda. Otros tipos de dolor crónico son la tendinitis, el dolor sinusal, el síndrome del túnel carpiano y el dolor que afecta a partes específicas del cuerpo, como los hombros, la pelvis y el cuello. El dolor muscular o nervioso generalizado también puede convertirse en una afección crónica.

El dolor crónico puede tener su origen en un traumatismo/lesión inicial o en una infección, o puede haber una causa continua de dolor. Sin embargo, algunas personas sufren dolor crónico en ausencia de cualquier lesión pasada o evidencia de daño corporal.

La carga emocional del dolor crónico también puede empeorar el dolor. La ansiedad, el estrés, la depresión, la ira y la fatiga interactúan de forma compleja con el dolor crónico y pueden disminuir la producción de analgésicos naturales del organismo; además, estos sentimientos negativos pueden aumentar el nivel de sustancias que amplifican las sensaciones de dolor, lo que provoca un círculo vicioso de dolor para la persona. Incluso las defensas más básicas del cuerpo pueden verse comprometidas: Hay pruebas considerables de que el dolor implacable puede suprimir el sistema inmunitario.

Debido a los vínculos entre la mente y el cuerpo asociados al dolor crónico, un tratamiento eficaz requiere abordar tanto los aspectos psicológicos como los físicos de la afección.

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