Cómo afrontar una enfermedad crónica

Cuando uno contrae una enfermedad como la bronquitis o la gripe, sabe que se sentirá mejor y funcionará con normalidad en una semana aproximadamente. Una enfermedad crónica es diferente. Es posible que una enfermedad crónica no desaparezca nunca y puede alterar su estilo de vida de muchas maneras.

Efectos de las enfermedades crónicas

Cuando se tiene una enfermedad crónica, el dolor y la fatiga pueden convertirse en una parte frecuente de su día. Los cambios físicos derivados de un proceso de enfermedad pueden afectar a su aspecto. Estos cambios pueden disminuir una imagen positiva de sí mismo. Cuando no se siente bien consigo mismo, puede preferir el aislamiento y alejarse de los amigos y las actividades sociales.

La enfermedad crónica también puede influir en su capacidad para funcionar en el trabajo. La rigidez matutina, la disminución de la amplitud de movimiento y otras limitaciones físicas pueden obligarle a modificar sus actividades laborales y su entorno. La disminución de la capacidad de trabajo puede acarrear dificultades económicas. Para el ama de casa, una tarea específica puede llevarle mucho más tiempo. Es posible que necesite la ayuda de su cónyuge, de un familiar o de un proveedor de asistencia sanitaria a domicilio. A medida que su vida cambia, puede sentir una pérdida de control y sentirse ansioso por la incertidumbre de lo que le espera.

Enfermedad crónica y estrés

El estrés puede acumularse e influir en cómo se siente la vida. El estrés prolongado puede conducir a la frustración, la ira, la desesperanza y, a veces, la depresión. La persona con la enfermedad no es la única afectada. Los familiares también se ven influidos por los cambios en la salud de un ser querido.

Cómo mejorar la vida con una enfermedad crónica

El paso más importante que puede dar es buscar ayuda tan pronto como se sienta menos capaz de afrontar la situación. Tomar medidas a tiempo le permitirá comprender y afrontar los numerosos efectos de una enfermedad crónica. Aprender a controlar el estrés le ayudará a mantener una perspectiva positiva de la vida, tanto física como emocional y espiritual.

Un profesional de la salud mental puede diseñar un plan de tratamiento para satisfacer sus necesidades específicas. Se pueden diseñar estrategias para ayudarle a recuperar la sensación de control sobre la vida y mejorar su calidad de vida, algo que todo el mundo merece. A veces, si la depresión está presente, se pueden recetar medicamentos distintos de los que tratan la enfermedad física para ayudar a levantar el ánimo.

Hay muchos tipos de ayuda disponibles para las personas con enfermedades crónicas. Entre ellos están los grupos de apoyo y el asesoramiento individual.

Los grupos de apoyo ofrecen un entorno en el que se pueden aprender nuevas formas de afrontar la enfermedad. Es posible que quiera compartir con los demás los enfoques que ha descubierto. También ganará fuerza al saber que no se enfrenta solo a las dificultades.

A veces, los problemas de las personas se abordan mejor en un ambiente individual. Al participar en el asesoramiento individual, puede expresar con mayor eficacia los sentimientos sensibles o privados que tiene sobre su enfermedad y su impacto en su estilo de vida y sus relaciones.

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