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No hay duda: muchos de nosotros sufrimos dolor crónico. Más de 50 millones de estadounidenses padecen alguna forma de este mal, según la Academia Americana de Medicina del Dolor. Pero tener mucha compañía no hace que sea más fácil de soportar. El dolor crónico desgasta a las personas, provoca fatiga e insomnio, y da lugar a bajas laborales y aislamiento social. ¿Qué puede hacer si el dolor crónico interfiere en su vida? Empieza por saber lo que sabes -y quizá no sepas- sobre él con este test de verdadero o falso.
El dolor crónico está todo en tu cabeza.
Falso. Hace años, algunos médicos y otros expertos acusaban a las personas con dolor crónico de ser hipocondríacas y les decían que el dolor estaba todo en su cabeza. Hoy, los expertos están de acuerdo: El dolor es real, y resulta que la cabeza está implicada porque hay formas de entrenar la mente para superar el dolor. Estas técnicas incluyen la biorretroalimentación, las técnicas de relajación y las imágenes visuales.
El dolor crónico es una parte normal del envejecimiento
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Falso. El dolor crónico, definido como un dolor que dura más de lo que cabría esperar de la enfermedad o lesión original, no va de la mano del envejecimiento. Dicho esto, las personas mayores son más propensas a sufrir lesiones o a desarrollar afecciones que provocan dolor, como la artritis o la osteoporosis.
La dolorosa afección conocida como rodilla de corredor afecta con mayor frecuencia a los hombres.
Falso. La rodilla de corredor, que provoca dolor y crujido en las rodillas, se da con más frecuencia en las mujeres, que tienen seis veces más problemas de rodilla de todo tipo que los hombres. Esto se debe a que la pelvis naturalmente ancha de las mujeres hace que sus muslos se inclinen hacia dentro, creando presión sobre las rodillas. Y no es necesario ser un atleta para padecer la rodilla del corredor (también conocida como síndrome de dolor patelofemoral); también afecta a personas con artritis o pies planos.
Las personas con dolor crónico son propensas a la depresión.
Verdadero. La Fundación Americana del Dolor estima que entre una cuarta parte y más de la mitad de los que se quejan de dolor a sus médicos están clínicamente deprimidos. Tener dolor crónico hace que sea menos tolerable enfrentarse a las actividades diarias, lo que puede llevar a la depresión. ¿Por qué? Hay una conexión biológica: El dolor y las sensaciones emocionales comparten la misma vía cerebral. El dolor crónico puede provocar cambios en la química cerebral que no sólo magnifican la gravedad del dolor, sino que también pueden conducir a la depresión clínica. Los medicamentos y la terapia pueden tratar tanto el dolor crónico como la depresión.
Las mujeres que sufren migrañas y fuertes dolores de cabeza pueden tener menos después de la menopausia
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Cierto... para la mayoría de las mujeres, eso es. Las migrañas y los dolores de cabeza intensos se producen con mayor frecuencia en las mujeres en edad fértil, lo que puede deberse a la fluctuación de las hormonas (especialmente de los estrógenos) durante el ciclo menstrual. Después de la menopausia, estas fluctuaciones disminuyen en unos dos tercios de las mujeres. Para otras, sin embargo, la menopausia puede empeorar las migrañas o provocar su aparición. Las migrañas suelen mejorar una vez finalizada la menopausia.
