Manténgase activo
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Cosas sencillas como la actividad regular pueden suponer una gran diferencia. Prueba a caminar, hacer ejercicios aeróbicos en el agua o practicar yoga. Pueden aliviar el dolor articular y ayudar a mantener el equilibrio, la flexibilidad y la fuerza. Intenta hacer 30 minutos 3 o 4 días a la semana, aunque sea algo ligero como estiramientos o jardinería. Trabaja con tu médico o fisioterapeuta para elaborar el mejor... plan para ti.
Duerme bien
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Cuando descansas bien por la noche, te sientes mejor y tu cuerpo puede combatir el dolor más fácilmente. Cuando no lo haces, tu dolor puede ser peor. Una rutina a la hora de acostarse puede ayudarte a conseguir el descanso que necesitas: Intenta acostarte a la misma hora y levantarte a la misma hora. No leas ni veas la televisión en la cama. Omite la siesta. Ten un dormitorio tranquilo y cómodo que te dé ganas de dormir. Si el dolor no te deja dormir, habla con tu médico sobre los medicamentos que pueden ayudarte.
Pida ayuda en el trabajo
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Algunos días, tu dolor puede dificultar tu trabajo. Debido a la Ley de Estadounidenses con Discapacidades, tu empleador debe hacer cambios para facilitarte el trabajo. Quizá puedas trabajar desde casa algunos días o hacer descansos más largos. También podría ayudar tener un escritorio o una silla más cómodos.
Toma tus medicamentos
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Es posible que tu médico te dé medicamentos para aliviar el dolor y quizá también para dormir. Asegúrese de saber para qué sirven y qué cantidad debe tomar. Si tienes efectos secundarios o no quieres hacer las cosas que normalmente te gustan, acude a tu médico.
Encuentre cosas que le gusten hacer
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Mantén tu mente alejada del dolor involucrándote en actividades que sean distracciones agradables. Puedes probar cosas como colorear, pintar o... manualidades fáciles. También puedes pedir a tus amigos que jueguen a las cartas o poner a prueba tus habilidades con crucigramas o rompecabezas. Si te gusta estar al aire libre, tal vez la jardinería sea lo tuyo.
Prepárate para los brotes
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De vez en cuando, el dolor se agudizará: ten un plan para lo que harás cuando ocurra. Tal vez tenga que cambiar su nivel de actividad o su medicación, o utilizar compresas de calor o frío. Haz una lista de los factores que desencadenan las crisis y pide a tu médico que te ayude a controlarlas cuando se produzcan.
Come sano
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Lo que comes afecta a cómo te sientes. Así que una dieta equilibrada puede ayudar a tu cuerpo a estar en su mejor momento para combatir tu dolor. Come mucha fruta y verdura, cereales integrales y proteínas magras. Intenta evitar los alimentos procesados y los productos con alto contenido en azúcar, sal y grasa. Bebe mucha agua. Tu médico o un nutricionista pueden ayudarte a elaborar un menú de comidas saludables.
Relájate
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Es fácil estresarse cuando se trata de un dolor crónico. Busca formas de desestresarte para ayudar a controlar el dolor. La respiración lenta y profunda, la meditación, las imágenes guiadas y la hipnosis pueden ayudarte. Pregúntale a tu médico qué puede hacer por ti.
Pace Yourself
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Hay momentos en los que tienes mucha energía y sientes que puedes seguir adelante. Otros días, tu energía es baja y el dolor es alto. Aprende a decir cuándo y a tomar descansos cuando los necesites. Prioriza tus tareas para que, si no se hacen, no sea un gran problema. Divida los trabajos grandes en partes pequeñas. Ve de un lado a otro entre las cosas fáciles y las que requieren un poco más de trabajo. Pide ayuda cuando la necesites.
Habla con la familia y los amigos
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Asegúrate de que tu familia y tus amigos sepan cómo te sientes. Puede que estés triste, enfadado o frustrado por cómo el dolor ha cambiado tu vida. Comparte esos sentimientos y haz que la gente sepa cómo pueden ayudar.
Busca un grupo de apoyo
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Es estupendo tener familiares y amigos con los que hablar, pero puede ayudar unirse a un grupo de apoyo con personas que también tienen dolor crónico. Busca un grupo que ayude a sus miembros a encontrar buenos métodos de afrontamiento. Los mejores celebran los éxitos de los miembros en lugar de insistir en los aspectos negativos del dolor. Hay grupos que se reúnen en persona y otros que se reúnen en línea. Pide ayuda a tu médico para encontrar uno, o ponte en contacto con la Sociedad Americana del Dolor.
Dejar de fumar
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Los fumadores son mucho más propensos a tener dolor de espalda, así como dolor en las articulaciones y dolor de estómago. Fumar también puede hacerte mucho más sensible al dolor en general porque puede afectar a la forma en que tu cuerpo se cura. Si necesitas ayuda para dejar de fumar, tu médico puede ayudarte.
Establece objetivos realistas
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Puedes hacer cosas para disfrutar cada día. Calcula las cosas que te gustaría hacer y que sabes que puedes lograr. Trabaja poco a poco para conseguirlas. No te preocupes si tienes contratiempos. Volverás a ponerte en marcha cuando tengas más energía.