Dolor de rodilla: cómo saber si es rodilla de corredor o artrosis

Si te duele la rodilla y te preguntas qué ocurre, el médico te explica cómo puedes diferenciar la rodilla de corredor de la osteoartritis.

Rodilla de corredor

El síndrome patelofemoral es el término que designa el dolor en la parte delantera de la rótula. Es habitual en personas que practican deporte. Por eso suele llamarse "rodilla de corredor" o "rodilla de saltador".

Puede producirse por utilizar demasiado las rodillas, por ejemplo con ejercicios intensos como correr, ponerse en cuclillas o subir escaleras. Pero también puede ocurrir a personas que no hacen deporte. La rótula, también llamada patela, puede desviarse y no moverse como debería en el surco de la parte superior del fémur.

Esto desgasta el cartílago -una sustancia resbaladiza que ayuda a que los huesos se muevan suavemente unos contra otros- y provoca dolor.

Es posible que sienta un dolor sordo en la parte delantera de la rodilla y que le duela subir escaleras, saltar o ponerse en cuclillas. Puede notar que la rodilla le duele después de estar sentado durante mucho tiempo. O puede que estalle o crepite cuando te pones de pie o subes las escaleras.

Artritis en la rodilla

La artritis puede aparecer en cualquier articulación del cuerpo, pero es especialmente común en la rodilla. Puede dificultar cosas como caminar o subir escaleras.

La osteoartritis (OA) es uno de los tipos más comunes de artritis. Es el tipo de "desgaste" que suele afectar a las personas mayores de 50 años. La osteoartritis se produce lentamente y duele más con el tiempo. El cartílago se desgasta en la articulación y, al igual que en la rodilla de corredor, el hueso roza con el hueso y causa dolor.

Si tienes OA, puedes sentir la rodilla rígida e hinchada y tener problemas para doblarla y enderezarla. Suele ser peor por la mañana o cuando llueve. La rodilla puede doblarse o sentirse débil.

Diagnóstico

Tu médico necesitará saber qué está causando tu dolor para poder tratarlo correctamente. Te examinarán y te preguntarán sobre tus síntomas y tu historial médico.

Puede preguntarte si el dolor es sordo o agudo o si algunas cosas lo empeoran. Pueden presionar y tirar suavemente de la parte delantera de las rodillas y de las rótulas. Pueden pedirle que camine, se ponga en cuclillas, salte o haga embestidas.

Si creen que puedes tener OA, buscarán hinchazón en la articulación, calor o enrojecimiento, sensibilidad, problemas en la forma de caminar y dolor, entre otras cosas.

Es posible que la exploración física les permita saber si tienes una rodilla de corredor. Pero si no están seguros, pedirán pruebas. Entre ellas se encuentran las radiografías y la resonancia magnética, que utiliza potentes imanes y ondas de radio para obtener una imagen más detallada.En algunos casos, pueden pedir una ecografía, que utiliza ondas de sonido para generar una imagen del interior de tu cuerpo.

Tratamiento de la rodilla del corredor

La rodilla de corredor suele mejorar por sí sola, y hay muchas cosas que puedes hacer. Por ejemplo, puedes probar el método RICE:

  • Resto.

    No pongas peso en la rodilla que te duele.

  • Hielo.

    Utiliza compresas frías en la rodilla varias veces al día durante 20 minutos cada vez. No pongas el hielo directamente sobre la piel.

  • Compresión.

    Envuelve ligeramente la rodilla con una venda elástica y deja un hueco alrededor de la rótula. Esto ayudará a la hinchazón.

  • Elevación.

    Descansa con la rodilla elevada por encima del corazón siempre que puedas.

Aléjate de las actividades que te hacen daño a la rodilla. Si te gusta hacer ejercicio, intenta cambiar a la bicicleta y a la natación, ya que son actividades que no dañan las rodillas.

Los analgésicos de venta libre, las plantillas especiales para los zapatos y los ejercicios para fortalecer los músculos de las piernas también pueden ayudar.

Tratamiento de la OA

No hay cura para la artritis. Sin embargo, puedes hacer algunas cosas para aliviar el dolor y facilitar la movilidad. El médico puede sugerirte fisioterapia para fortalecer los músculos de la pierna y hacerte más flexible. Poner calor o hielo en la rodilla o llevar vendas para sujetarla también puede ayudar. Puedes tomar analgésicos de venta libre o tu médico puede recetarte medicamentos más fuertes, como esteroides o antiinflamatorios no esteroideos (AINE), para aliviar la inflamación y el dolor.

Los cambios en el estilo de vida, como perder peso, subir menos las escaleras y nadar o montar en bicicleta, también pueden ayudar a las rodillas.

Si nada más funciona, su médico puede hablar con usted sobre posibles inyecciones de esteroides en la rodilla o sobre una operación de rodilla.

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