¿Qué medicamentos tratan la artrosis?

Qué medicamentos debo tomar para tratar mi artrosis?

Qué medicamentos tratan la artrosis?

La osteoartritis (OA) es una enfermedad de las articulaciones óseas que puede causar dolor e hinchazón graves. El cartílago que rodea los extremos de las articulaciones óseas se desgasta con el paso de los años y hace que los huesos rocen entre sí. Esto puede hacer que se inflamen y duelan.

Su médico puede pedirle que haga cambios en su estilo de vida, como hacer ejercicio, perder peso y cambiar sus hábitos alimenticios. Además de esas opciones, hay varios medicamentos que pueden ayudarle. Algunos son de venta libre, mientras que otros necesitan una receta. Pueden ser pastillas, cremas, lociones o inyecciones.

A continuación te presentamos algunos de ellos y su funcionamiento:

Analgésicos: Son medicamentos que alivian el dolor pero no reducen la inflamación. Actúan para cambiar la forma en que el cuerpo responde al dolor. Las opciones más populares son el paracetamol, el tramadol y los opiáceos con receta que contienen hidrocodona... u oxicodona. Los opioides pueden ser adictivos.

Tu dosis máxima diaria de paracetamol debe ser de 4.000 miligramos (mg), si no tienes ninguna enfermedad hepática. Un exceso puede provocar daños en el hígado o incluso la muerte.

Antiinflamatorios no esteroideos (AINE): Estos medicamentos reducen la inflamación y alivian el dolor. Son algunos de los medicamentos más populares que se administran para la artritis. Los AINE incluyen la aspirina, el celecoxib, el ibuprofeno y el naproxeno. Suelen tomarse en forma de píldora, pero pueden provocar molestias estomacales o hemorragias. Asegúrese de respetar los límites de la dosis máxima diaria de cada medicamento. Algunos también están disponibles en forma de cremas para frotar en las articulaciones (por ejemplo, Aspercreme). Algunos AINE pueden aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardíacas o accidentes cerebrovasculares. De hecho, se recomienda no utilizar AINE si se padece alguna enfermedad en curso, como una cardiopatía, una enfermedad hepática o una enfermedad renal. Los AINE no son narcóticos ni adictivos.

La decisión de tomar opioides o AINE depende de usted y de su médico. Un estudio demostró que los opioides y los AINE eran igual de eficaces para reducir el dolor de la osteoartritis de rodilla: alrededor de un 30% de reducción del dolor para cada uno.

Contra-irritantes: Se trata de cremas y pomadas que contienen ingredientes como el mentol o la capsaicina, el ingrediente que hace arder a los pimientos picantes. Frotarlos sobre las articulaciones doloridas puede detener las señales de dolor que van de la articulación al cerebro.

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Glucosamina y condroitina: Son suplementos dietéticos de venta libre que se toman por vía oral. Los resultados de los estudios no muestran beneficios significativos, por lo que tomarlos puede o no ayudarte.

Corticosteroides (esteroides): Son medicamentos potentes (como la cortisona y la prednisona) que reducen la inflamación y suprimen el sistema inmunitario. El médico puede recetarte una pastilla o inyectártela directamente en el lugar del dolor. Los efectos se notan en pocos días y duran unos dos meses.

Los médicos dicen que no deberías recibir más de cuatro inyecciones de corticoides al año y que no deberías seguir con ellas indefinidamente. Las inyecciones de corticosteroides pueden causar daños en los nervios y el adelgazamiento del hueso cerca del lugar de la inyección, así como la ruptura de más cartílago.

Ácido hialurónico: Se encuentra de forma natural en el líquido de las articulaciones y actúa como lubricante. Sin embargo, el ácido hialurónico se descompone en las personas que padecen artritis, por lo que el médico puede administrarle inyecciones de este líquido. El médico le inyecta en el lugar del dolor (normalmente la rodilla) una vez a la semana durante 3 a 5 semanas. Recibir estas inyecciones puede ser una alternativa a tomar un AINE. Sin embargo, a diferencia del cortisol, se necesitan unas 5 semanas para sentir algún alivio del dolor. Los resultados de las inyecciones son contradictorios. Hay recomendaciones en contra de recibir estas inyecciones debido a sus beneficios no probados y a su coste.

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