El médico tiene consejos para ayudarte a comer bien y sentirte mejor cuando tienes esclerosis múltiple.
No existe una dieta específica que pueda tratar la esclerosis múltiple (EM), pero una alimentación sana puede ayudarte de muchas maneras. Una buena regla general: si es bueno para el corazón, es bueno para el resto del cuerpo.
Baja en grasas y alta en fibra
La Sociedad Nacional de Esclerosis Múltiple y muchos expertos coinciden en que, si tienes EM, es conveniente que sigas una dieta baja en grasas y rica en fibra, como debería hacer todo el mundo.
Comer bien es bueno para tu salud en general. También puede ayudar a controlar cosas que empeoran la EM, como la diabetes, las enfermedades cardíacas o la falta de vitamina D, dice el doctor Matthew McCoyd, neurólogo y especialista en EM del Centro Médico de la Universidad de Loyola.
Algunos alimentos que pueden mantener tus menús bajos en grasa y altos en fibra son:
Frijoles.
Prueba la sopa de frijoles negros, los burritos de frijoles y la salsa de frijoles.
Frutas y verduras.
Las manzanas, las fresas, el brócoli y las coles de Bruselas son opciones nutritivas.
Cereales integrales
. Consume arroz integral, pan integral y cereales integrales.
Lácteos bajos en grasa.
Cuando estés en el supermercado, busca leche, yogur y queso bajos en grasa.
Lo que una dieta saludable puede hacer por ti
"Si comes principalmente comida basura y no haces ejercicio, no te vas a sentir bien", dice McCoyd. Una dieta saludable hace que tu cuerpo se sienta mejor. También puede ayudarte a mantener un peso saludable. Eso puede mejorar tu movilidad.
"Con la esclerosis múltiple, es aún más importante comer bien porque vives con algo que ya está trabajando en tu contra", dice.
Un plan de alimentación saludable mejora tu fatiga. Piensa en los alimentos como tu combustible. Tu cuerpo necesita vitaminas y minerales para funcionar bien. Sin ellos, tendrás menos energía.
Los pequeños cambios en la dieta también pueden ayudar a que la vejiga y los intestinos funcionen mejor.
Asegúrate de no saltarte las comidas. Puedes hacer tres comidas grandes o cinco o seis comidas pequeñas al día.
Si te preocupa que la preparación de la comida te haga perder energía, abastece tu despensa y tu nevera con alimentos sanos y listos para comer.
Cuando cocines, utiliza ingredientes como verduras precortadas y queso rallado. Prueba a hacer una doble tanda de una comida y a congelar la mitad para otro día.