Si tienes esclerosis múltiple, tienes más posibilidades de sufrir depresión. A continuación te explicamos cómo detectar los signos y ayudarte a sentirte mejor.
Por eso es especialmente importante prestar atención a su estado de ánimo y tomar medidas para cuidar su mente de la misma manera que cuida su cuerpo.
La conexión
Tener una enfermedad crónica puede afectar a tu estado de ánimo. Esto es especialmente cierto si la esclerosis múltiple te dificulta trabajar o hacer cosas que te gustan.
Puedes lamentar los cambios y seguir adelante. Pero a veces, cosas como un brote o un cambio en lo que puedes hacer pueden provocar una depresión. Y el estrés de tener un problema de salud crónico también puede provocarla.
Los investigadores creen que hay otras conexiones entre la EM y la depresión. Es posible que oiga describir la EM como una enfermedad neuroinflamatoria. Esto significa que provoca la inflamación del sistema neurológico. Esa inflamación puede ayudar a provocar la depresión.
La EM también puede dañar áreas del cerebro que mantienen las emociones bajo control. Algunos de los medicamentos que se recetan para tratarla, como los corticosteroides y los fármacos de interferón, también pueden desencadenar la depresión o empeorarla.
Estar discapacitado por la EM no te hace más propenso a la depresión. La depresión puede afectar a cualquier persona con EM y puede aparecer en cualquier fase de la enfermedad.
Signos de depresión
Todo el mundo se siente triste de vez en cuando. Pero si se ha sentido a menudo triste, deprimido o desesperanzado en las últimas dos semanas o más, y no ha estado interesado en hacer cosas que normalmente disfruta (como comer o pasar tiempo con sus seres queridos), puede tener depresión.
Algunos otros síntomas de la depresión pueden parecerse mucho a los de la EM, como sentirse especialmente cansado o tener problemas para concentrarse y tomar decisiones. Por eso es importante que acudas al médico si crees que puedes estar deprimido. Le harán algunas pruebas para asegurarse. Incluso pueden determinar si tus síntomas están relacionados con la EM o con un trastorno del estado de ánimo como la depresión.
¿Y si tengo depresión?
El tratamiento de la depresión formará parte de su plan de EM. Su médico observará los cambios en su estado de ánimo y le ayudará a elaborar una estrategia de tratamiento que funcione para usted.
Dicho esto, tu plan de tratamiento se parecerá mucho al de cualquier otra persona con depresión. Su médico puede recomendarle una terapia de conversación (también conocida como psicoterapia) o medicamentos antidepresivos. Si el médico le receta estos fármacos, es posible que tenga que probar diferentes dosis, medicamentos o combinaciones para averiguar qué es lo que mejor le funciona.
Pasos que puede dar para sentirse mejor
Si le diagnostican depresión, es importante que siga su plan de tratamiento. Pero hay mucho más que puedes hacer para controlar tu estado de ánimo. Estos pasos son buenos para cualquier persona con EM, incluso si no está deprimida.
Haz ejercicio a diario. Estar activo alivia el estrés y tiene un impacto positivo en las sustancias químicas del cerebro que desempeñan un papel en la depresión. También puede ayudar a aliviar los síntomas de la EM. Hable con su médico sobre qué tipo de ejercicio es el mejor para usted.
Aplasta el estrés. Sí, el estrés forma parte de la vida. Pero cuando se tiene EM, cuanto más se pueda hacer para aliviar el estrés, mejor será para el cerebro y el cuerpo. Los ejercicios de respiración, el yoga, la meditación y pasar tiempo con otras personas son buenos medios para combatir el estrés.
Manténgase conectado. Tener una buena red de apoyo es importante para todos. Pero cuando se tiene esclerosis múltiple, es crucial. Sentirse solo o aislado aumenta las posibilidades de depresión. Sin embargo, permanecer cerca de la familia y los amigos puede mejorar el estado de ánimo. También aumenta las probabilidades de que recibas ayuda adicional cuando la necesites.
También hay que informar al equipo médico de cómo se encuentra. Si hay un cambio en la situación, su médico debe saberlo.
Hable de ello. Puede que no quieras insistir en tu enfermedad, pero compartir lo que estás viviendo puede ayudarte a sentirte mejor. Acudir a un profesional de la salud mental, como un psicólogo o un trabajador social, es una gran idea. Pero no te quedes ahí. Habla también con tus amigos y seres queridos. Y piensa en unirte a un grupo de apoyo para personas con EM. Estar rodeado de gente que se enfrenta a la misma enfermedad puede recordarte que no estás solo. También puede darte nuevas ideas para afrontar los problemas relacionados con la EM.
Haga del descanso y la relajación una prioridad. Escuche a su cuerpo y diga no cuando lo necesite. Y asegúrese de dormir lo suficiente para que su cerebro y su cuerpo puedan recargarse. Si pasa mucho tiempo en la cama y sigue sintiéndose agotado, informe a su médico. Puede que sea el momento de cambiar su plan de tratamiento.
Hacer estas cosas puede resultar más difícil justo cuando más lo necesitas, es decir, cuando los síntomas de la EM empeoran. El entrenamiento de resistencia podría ser de ayuda. Hace hincapié en las estrategias que pueden ayudarte a recuperarte. Esto incluye algunas de las anteriores, como mantenerse social y activo, y tomarse tiempo para relajarse cuando lo necesite. Pero añade otras estrategias mentales que pueden ser especialmente útiles cuando los síntomas empeoran, como:
Mantenerse flexible: Esto puede significar cambiar la forma de pensar en lo normal. Un buen sentido del humor y una perspectiva positiva pueden ayudar mucho cuando se trata de algunos de los problemas graves que la EM puede plantear.
Planificar con antelación: Hay serios desafíos prácticos que pueden surgir con la EM. Puedes ayudar a disminuir los desafíos y la ansiedad que los acompaña si los planificas. Por ejemplo, a medida que empiece a perder la movilidad, puede ir trabajando poco a poco para que su casa sea más fácil de recorrer en silla de ruedas.
Búsqueda de sentido: Esto puede significar la participación en su comunidad a través de actividades de divulgación, aficiones u organizaciones religiosas. O puede ser pasar tiempo junto a los amigos y la familia. El arte, la música y la literatura pueden ser excelentes formas de conectar con lo que tiene sentido en tu vida.
La terapia de aceptación y compromiso (ACT) también podría ayudar. Con la ayuda de tu terapeuta, identificas lo que es más valioso y luego desarrollas formas de perseguir esas cosas a pesar de los síntomas de la EM.
Sea cual sea el enfoque que adoptes, es importante que busques ayuda cuando la necesites. Alrededor del 15% de las personas con EM se quitan la vida. Su médico de cabecera puede remitirle a un psicólogo de rehabilitación especializado en EM.