Una mejor dieta, un poco más de ejercicio: la vida sana es fácil si se toma un consejo a la vez.
Vacaciones, estrés, post-vacaciones, aún más estrés -- ¿quién tiene tiempo para cuidarse?
Tú sí. Resuélvete a seguir estos ocho consejos de dieta, ejercicio y estilo de vida, y podrás ser bueno contigo mismo este invierno, y durante todo el año.
1. Disfruta de los beneficios del yogur
Es cremoso y suave, está repleto de sabor... y puede ser el alimento milagroso que has estado deseando. Las investigaciones sugieren que ese humilde cartón de yogur puede:
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Ayudar a prevenir la osteoporosis
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Reducir el riesgo de padecer hipertensión arterial
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Ayudar a las afecciones gastrointestinales como la enfermedad inflamatoria intestinal y el estreñimiento
Preparado para llevarte a casa unos cuantos cartones de delicioso yogur? Cuando compres piensa en los bajos en grasa, asegúrate de que el yogur contiene cultivos activos y vitamina D, y vigila el contenido de azúcar.
Te está afectando la acidez de estómago durante las fiestas? ¡La ayuda está al alcance de la mano! Prueba estos consejos y podrás detener el ardor antes de que empiece:
Mordisquea: Disfruta de tus comidas favoritas, pero con moderación. No hace falta que te atiborres de comida (ni que vuelvas a por la segunda o la tercera). Llenar el estómago de comida hace que la acidez sea mucho más probable.
Conozca sus desencadenantes: Ciertos alimentos alimentan la llama de la acidez. Los desencadenantes típicos son los alimentos llenos de azúcar y grasa, como la tarta de calabaza con nata montada. En su lugar, opta por los carbohidratos complejos, como las verduras y los panes integrales, o al menos comparte ese postre.
Levántate: Estirarse para dormir una siesta después de la comida es una buena manera de garantizar que tendrás reflujo. En su lugar, mantén la cabeza más alta que el estómago, o sigue caminando, alejándote de la mesa y saliendo por la puerta. El ejercicio ligero es una gran manera de prevenir la acidez estomacal.
3. Despídete del herpes labial durante las vacaciones
Vacaciones: Esa época tan ajetreada para brindar por el año que llega, saborear los dulces de temporada, trasnochar... ¿y el herpes labial?
Si te das cuenta de que eres más propenso a padecer herpes labial (también llamado herpes febril) durante las agitadas fiestas, puede que seas tu propio peor enemigo. Esto se debe a que la falta de sueño, el exceso de alcohol o azúcar, el estrés y el contacto físico estrecho (piensa en los besos de la tía) pueden contribuir a la aparición de brotes.
Así que, para ayudar a mantener tu besador libre de herpes labial este año -o para evitar transmitir tu herpes labial a otros- prueba estos consejos:
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No te excedas con las golosinas navideñas -- mantén una dieta saludable.
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Descansa lo suficiente.
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Lávate las manos.
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No compartas recipientes de comida o bebida.
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Desecha los pañuelos usados.
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No bese sobre o cerca del herpes labial de nadie... ¡y no deje que se acerquen al suyo!
4. Desestresarse con la meditación
El mal tiempo, el ritmo estacional, el trabajo: Si esta época del año tiene tu medidor de estrés disparado, puede ser el momento de cerrar los ojos, respirar... y ponerte un poco repetitivo.
La repetición es la base del poder calmante de la meditación. El acto de desterrar los pensamientos, concentrarse en la respiración y repetir una sola palabra o frase, activa la respuesta natural de relajación del cuerpo.
Y la meditación puede hacer algo más que calmar el estrés. Las investigaciones demuestran que puede ayudar a reducir la presión arterial, potenciar la inmunidad, reducir los síntomas del síndrome premenstrual e incluso ayudar a la fertilidad y a la salida de la leche de la madre.
5. Empieza una tradición de invierno: Los entrenamientos en familia
Los abuelos están en la ciudad, hay un revuelo de niños bajo los pies, y te preguntas de dónde sacarás tiempo para un rápido entrenamiento invernal. He aquí una idea: ¿Por qué no hacer que todos participen con estos sencillos ejercicios?
Caminar: Es adecuado para jóvenes y mayores, con un ritmo tranquilo o rápido. Prueba estas ideas para que la pandilla se ponga en marcha:
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Da vueltas en el centro comercial. Si vas de compras, lleva en el carro tus propios paquetes y luego descárgalos en el coche después de cada tienda.
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Disfraza el paseo de otra cosa. Lanza una pelota mientras paseas, lanza un frisbee o lleva al perro al parque.
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En lugar de ir en coche, camina hasta tu restaurante local favorito.
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Participa en una recaudación de fondos navideña, como la carrera/caminata Jingle Bell de la Arthritis Foundation
Haz del salón tu gimnasio
Cuando todo el mundo está en el sofá charlando, o viendo la televisión... ¿por qué no colar también un poco de quema de calorías?
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Haz abdominales: Siéntate en el borde del sofá, con las manos agarrando el borde a los lados, y luego dobla las rodillas, levantándolas hacia el pecho.
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Levantamiento de piernas: Utiliza la misma posición que la anterior, pero levanta las piernas rectas, en lugar de doblarlas.
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Recorta esos tríceps haciendo dips desde el borde del sofá.
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Construye tus bíceps: Coge una botella de agua o una lata de refresco y haz curls.
6. Comer en la localidad
Puede que lo orgánico sea el lema actual de la alimentación saludable, pero no olvides esta frase también: comer localmente.
Algunos nutricionistas creen que comer localmente puede ser incluso más importante que comer orgánicamente. Esto se debe a que un factor vital en el perfil nutricional de un alimento es el tiempo que ha tardado en llegar de la granja a la mesa: Una cabeza de lechuga cultivada localmente, por ejemplo, puede tener más nutrientes que una enviada de costa a costa.
¿Significa esto que hay que renunciar a los alimentos sin pesticidas cuando están disponibles? No, pero es una buena idea hacer un hueco en tu plato a los productos cultivados localmente, aunque no hayan sido cultivados de forma ecológica. Mejor aún: Coma productos locales y ecológicos, siempre que pueda.
Una forma fácil de llevar a la mesa alimentos locales, y a menudo ecológicos, es unirse a una CSA: Únase a una CSA (agricultura apoyada por la comunidad). Las CSA te ayudan a establecer una relación con una granja local, que luego te proporciona productos frescos y locales, e incluso leche, huevos o queso. Algunas funcionan también doce meses al año. Encuentra una CSA cerca de ti en LocalHarvest.org.
7. Prueba estos 3 sencillos consejos de dieta y ejercicio
Ve despacio: No necesitas hacer una dieta de golpe y porrazo. Si reduces sólo 200 calorías al día, verás cómo pierdes peso lentamente (y con facilidad). Sáltate un trozo de mantequilla por aquí, una galleta por allá y ya estás en camino.
Empieza poco a poco: Prohibir la comida basura de los armarios o aumentar la fibra puede ser tu objetivo, pero piensa en pasos de bebé. Cambie las patatas fritas por palomitas de maíz bajas en grasa, por ejemplo, o ponga una zanahoria en su bolsa de almuerzo.
Simplemente acude a la cita: ¿No te apetece hacer ejercicio hoy? Ponte esa ropa para hacer ejercicio de todos modos. ¿Todavía no estás de humor? No hay problema. Pero lo más probable es que una vez que te hayas vestido, ¡también estés motivado y listo para salir!
8. Invierte en tu salud, literalmente
Si tienes un plan de seguro con deducible alto, probablemente seas elegible para depositar dinero en efectivo libre de impuestos en una cuenta de ahorros para la salud (HSA).
Las HSA le ayudan a ahorrar ahora para los gastos médicos más adelante. Abra una HSA y cada año podrá guardar 3.050 dólares para usted (6.150 dólares para una familia), libres de impuestos. Y si no utiliza el saldo de su HSA este año, simplemente se transfiere al año siguiente, y al siguiente, y continúa creciendo con impuestos diferidos. ¿Interesado? Hable con su departamento de recursos humanos para saber si puede optar a ella.
Sean cuales sean las medidas saludables que tome este año (comer mejor, hacer más ejercicio, ahorrar), recuerde que son una inversión en usted y en su futuro. Así que sigue estos pasos para mejorar tu salud, o toma los tuyos propios. Duerme un poco más este año. Deja de lado las diferencias estresantes. Abastézcase de una despensa más sana. Sal... un poco menos de sal. Se trata de tu cuerpo... ¡y de tu futuro!