Meditación a pie: Práctica de la atención plena para principiantes

La meditación caminando consiste en practicar la atención plena mientras te mueves en lugar de estar en reposo. Aprende sobre la atención plena y los beneficios de practicar la meditación caminando.

Los beneficios de la atención plena son numerosos. La meditación caminando es un método estupendo para los principiantes que luchan contra la inquietud durante la meditación sentada tradicional. La meditación caminando también tiene algunos beneficios adicionales en comparación con la meditación sentada.

¿Qué es la meditación caminando?

La atención plena. La meditación caminando es diferente de la meditación sentada, pero ambas se centran en la atención plena. La atención plena puede practicarse en cualquier lugar. Se puede practicar en el escritorio, mientras se limpia y, sobre todo, durante un paseo.

No sólo caminando. La atención plena es un estado de conciencia y concentración. Es una conciencia de cada pequeña experiencia, sensación física y emoción que experimentas sin juzgar.

La meditación al caminar es estar atento mientras se camina. Implica prestar atención a los movimientos del cuerpo, al entorno, a los sentimientos y a los pensamientos.

Beneficios de la meditación al caminar

La meditación caminando posee muchos de los mismos beneficios que proporciona la práctica de la atención plena. Como implica movimiento, también proporciona algunos beneficios físicos.?

Reduce el estrés. Practicar mindfulness conduce a la regulación emocional. Puedes experimentar de forma más estratégica tus emociones y procesarlas de forma controlada. Sentimientos como la ansiedad y el estrés se experimentan de forma selectiva y en sus propios términos.

Los estudios demuestran que el mindfulness reduce significativamente los síntomas de ansiedad y depresión. Las personas que practican mindfulness también tienden a no responder a los desencadenantes del estrés con tanta intensidad.

Mejora de la concentración. Una idea errónea sobre la meditación es que se supone que hay que despejar la mente. En cambio, se supone que debes centrar tu atención en una sola cosa, como tu respiración o una llama. En la meditación caminando, normalmente te centras en tus movimientos.

Cuando practicas la orientación de tu atención, aumentas gradualmente tu capacidad de concentración. Cuanto más a menudo practiques, mejor será tu enfoque, como un músculo.

Mejora de la memoria. Cuando se practica la atención plena, a menudo hay que lidiar con los pensamientos intrusivos y la mente errante. Al igual que la mejora de la concentración, aprender a alejarse de esas intrusiones también ayuda a la memoria al evitar que los viejos recuerdos interfieran. Esto permite que tu memoria a corto plazo funcione sin tantas interrupciones.

Regulación emocional. Practicar la conciencia de tus emociones te permite tener un mayor control sobre ellas. Centra tu atención en las emociones positivas en lugar de las negativas. Esto entrena a su cerebro para reaccionar emocionalmente a ciertos desencadenantes de forma positiva.

Mejora de la salud física. Mover el cuerpo hará que la sangre fluya. La meditación a pie despertará tu cuerpo si te sientes perezoso. También puede mejorar tu fuerza física, tu resistencia y tu equilibrio.

Meditación a pie: Primeros pasos

Como la mayoría de las prácticas de mindfulness, puedes cambiar los métodos para adaptarlos a tus necesidades particulares. La meditación caminando se diferencia de dar un paseo por plantear limitaciones a tu caminata. Una forma tradicional de meditación a pie requiere pasos lentos y decididos en un espacio reducido.

Busca un lugar tranquilo. Un espacio interior o exterior de unos 25 pies de largo (10-15 pasos). Preferiblemente, encontrar un espacio que no tenga distracciones ni obstáculos te ayudará a concentrarte más fácilmente.

Relájate. La meditación caminando debe ser relajante. Ser consciente de tu postura y de tu cuerpo es una parte importante de la práctica:

  • Párate derecho sin endurecer la espalda.

  • Relaja los hombros.

  • Distribuye tu peso uniformemente entre tus pies.

  • Junta las manos detrás de la espalda, delante de ti, o deja que cuelguen a los lados.

  • Deja que tu mirada se relaje y baje ligeramente.

  • Respira de forma natural desde el diafragma.

Sea consciente de su posición de pie. Siente cómo tus pies tocan el suelo o el piso. Reconoce el clima o los sonidos que te rodean. Observa si tu cuerpo está tenso en alguna parte. Puedes seguir la práctica tradicional de la respiración y centrarte en ella durante un momento, o probar una meditación de escaneo corporal sintiendo mentalmente las diferentes partes de tu cuerpo.

Da tus primeros pasos. Sin cambiar tu mentalidad de atención plena, da un paso adelante lentamente con el pie izquierdo mientras inhalas. Camina con determinación. Siente cada paso en su totalidad cuando tu pie toca el suelo o el piso. Camina como si tu pie besara la tierra. Siente que tu peso se desplaza, da un paso adelante con el pie derecho.

Centra tu mente errante. Tu mente divagará, y no hay forma de detenerla. Sin embargo, puedes volver a centrar tu atención en uno de tus sentidos. Siente cómo tus pies tocan el suelo a cada paso. Escucha los sonidos de tu cuerpo en movimiento. Siente tu respiración en el vientre o en la nariz.

Haz una pausa, respira y repite. Cuando hayas dado unos 15 pasos, respira con atención. Date la vuelta y vuelve a recorrer el camino. Sigue esta práctica durante unos 5 o 10 minutos.

Hot