Organice su casa para siempre

Un hogar limpio y organizado puede hacer maravillas con sus niveles de estrés. El doctor ofrece estos consejos para despejar el desorden.

¿Listo para organizarte definitivamente? Aquí tienes unos cuantos consejos para empezar.

Empieza por algo pequeño.

Cuanto más descontrolada esté tu casa, más difícil te parecerá intentar poner orden. Planifica objetivos realistas: Fija un temporizador de no más de una hora y elige una zona concreta para despejar, como un rincón de tu sótano o el suelo de un armario lleno de trastos. Pon música que te guste o haz que un amigo te haga compañía mientras trabajas.

Purga lo que no usas.

Revisa cada espacio con bolsas marcadas como Reciclaje, Tirar, Donar y Venta de garaje. Toma primero las decisiones fáciles, como deshacerte por fin de ese televisor roto que nunca vas a arreglar. ¿No puedes decidir qué hacer con algo? Déjalo a un lado y sigue adelante para no perder el impulso.

Organiza primero, almacena después.

No gastes tiempo y dinero en elegir los contenedores de almacenamiento para luego llevarlos a casa y descubrir que no son lo que necesitas. Espere hasta que haya limpiado un espacio y organizado los artículos sobrantes para comprar un sistema de almacenamiento. De lo contrario, sólo estarás acumulando más trastos.

Toma el control de tus armarios.

Estos espacios son imanes para el desorden, ya que basta con cerrar la puerta y marcharse. Para recuperarlos, empieza por quitar todas las perchas vacías y las cajas que no uses para no desperdiciar un espacio precioso. A continuación, utiliza contenedores transparentes etiquetados para agrupar el resto de los artículos y que nada quede fuera de la vista. Mejor aún, instala un sistema de organización de armarios o barras de colgar dobles para aprovechar al máximo el espacio.

Reduce la acumulación de papeles.

El desorden también puede colarse en tu espacio de trabajo. Según una encuesta, el 66% de las personas afirma que dedica 30 minutos a la semana a buscar un objeto perdido en su oficina. Para reducir los hábitos de rata de carga, destruya los documentos obsoletos. Escanea los artículos de periódicos y revistas que no hayas llegado a leer y recicla el resto. Haz una carpeta o cesta para los elementos de acción, como las facturas que hay que pagar, las invitaciones y los folletos de eventos, y archiva las cosas dentro según la fecha de vencimiento. Guarda la carpeta en un lugar en el que puedas acceder a ella fácilmente y repásala el mismo día de cada semana.

Haz que los niños participen.

Añade una estantería en el dormitorio, el sótano o el garaje para que incluso los niños pequeños puedan ayudar a limpiar sus juguetes, libros y ropa. Luego, cada temporada, haz que revisen su colección y decidan con qué ya no juegan y están listos para donar.

Guarda las cosas, no las bajes.

Acaba con el hábito de dejar las cosas en la superficie plana más cercana. Dónde pertenece y encaja cada objeto? Por ejemplo, las llaves siempre pueden colgarse en un gancho junto a la puerta, y puedes tirar el correo basura en la papelera de reciclaje enseguida.

Piensa antes de comprar.

Cada vez que estés a punto de hacer una compra que no sea de alimentos, pregúntate: ¿Necesito esto? ¿Dónde lo pondría? Si no estás seguro, déjalo en la estantería.

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