El médico explora la otra cara del efecto placebo. ¿Puede el pensamiento negativo afectar a la eficacia de su tratamiento.
Está el efecto nocebo perjudicando su salud?
De los archivos del médico
Por Serusha Govender
El rumor: Tu mentalidad no influye en la eficacia de un medicamento
Has oído hablar del efecto placebo, ¿verdad? Es lo que ocurre cuando los pacientes creen que están recibiendo un nuevo y elegante medicamento, pero lo que realmente obtienen es sólo una píldora de azúcar. Entonces, en un caso de "la mente sobre la medicina", empiezan a recuperarse de su dolencia como si hubieran tomado el medicamento real.
Pero el efecto placebo también tiene un lado oscuro: una especie de efecto placebo negativo llamado efecto nocebo. Es lo que ocurre cuando te dan una píldora de azúcar, te dicen que es un medicamento que tiene terribles efectos secundarios y luego empiezas a mostrar esos síntomas. El efecto nocebo también puede producirse cuando un médico le dice que una operación o procedimiento podría tener resultados negativos: El mero hecho de conocer los riesgos podría repercutir negativamente en tu recuperación... todo por el poder de la sugestión.
Parece un poco inverosímil, ¿no? Hay alguna prueba detrás de la idea de que el poder del pensamiento positivo (o negativo) puede realmente afectar a tu salud?
El veredicto: Si crees que un tratamiento no te ayudará, probablemente no lo hará... y viceversa
La gente se ha dado cuenta de esto desde hace tiempo, dice el doctor John Kelley, subdirector del Programa de Estudios de Placebo y Encuentro Terapéutico de la Facultad de Medicina de Harvard. Siempre que se observan los ensayos de control aleatorio, sorprende la similitud del perfil de efectos secundarios del placebo con el perfil de efectos secundarios del [tratamiento] activo... Es el poder de la imaginación. Si se le pide a alguien que imagine una escena visual en su mente, se puede ver en una resonancia magnética que sus lóbulos occipitales -las partes de su cerebro relacionadas con la visión- se activan. Si se les pide que se imaginen haciendo alguna actividad física, se verá que el córtex motor se activa. Basta con imaginar que algo ocurre para que se activen las partes del cerebro asociadas a ese pensamiento, o a la preocupación, o al dolor.
En 2012, investigadores de la Universidad Técnica de Múnich (Alemania) publicaron una revisión en profundidad sobre el efecto nocebo. Analizaron 31 estudios empíricos y descubrieron que el efecto nocebo no solo existe, sino que es sorprendentemente común. Además, plantea un dilema ético a médicos y enfermeras: Si informan a los pacientes de los riesgos potenciales y los efectos secundarios negativos de un determinado tratamiento (radiación, quimioterapia, cirugía, medicación), los pacientes pueden creer que experimentarán esos resultados perjudiciales, y podría ser una profecía autocumplida. Pero si no informan a los pacientes de los riesgos, pueden ser demandados por mala praxis por violar las leyes de consentimiento informado. Los médicos no pueden omitir nada, incluso si temen que proporcionar todos los detalles aterradores pueda dificultar la recuperación de sus pacientes.
La gran pregunta que se hace ahora la comunidad médica es cómo sortear este dilema ético, y hay algunas posibilidades interesantes. Estamos trabajando en [tratamientos] de placebo abiertos, dice Kelley. El paciente sabe que le estamos dando un placebo, pero le explicamos los resultados positivos que pueden tener los placebos, [así] el paciente tiene una expectativa positiva y hay más resultados positivos... Creer en un placebo no va a reducir los tumores cerebrales ni a curar huesos rotos. Pero puede funcionar con resultados más subjetivos, como el grado en que se siente el dolor, o las náuseas, o quizás incluso la depresión.
¿La moraleja? Piensa positivamente en los medicamentos y tratamientos que recibes, y cree que los beneficios superarán con creces los riesgos. Si puede hacerlo, aumentará sus posibilidades de obtener un buen resultado.