¿Tienes poco tiempo y te sientes abrumado? Obtenga consejos rápidos para mejorar su estado de ánimo y poder afrontar el día.
Cinco minutos. Es sólo un poco de tiempo. Pero es suficiente para que hagas una cosa que podría mejorar todo tu día.
Es una gran inversión de tiempo.
Así que tómate cinco minutos y prueba una de estas 10 formas sencillas de reducir el estrés, mejorar tu estado de ánimo y obtener más energía. Puede que te dé esa chispa extra que necesitas para afrontar los retos del día.
1. Haz tu cama
. No se trata de ser un fanático de la limpieza. Es un pequeño ritual que puede ayudar a crear un ambiente tranquilo para ti en tu dormitorio, y un dormitorio tranquilo es parte de la "higiene del sueño", pequeños hábitos que pueden ayudarte a dormir mejor. La autora Gretchen Rubin recomienda hacer la cama como un hábito diario en su libro El proyecto de la felicidad. Hazlo a primera hora de la mañana y tendrás una cosa menos de la que preocuparte el resto del día.
2. Lleva un tentempié.
Antes de salir por la puerta por la mañana, prepara un tentempié saludable para llevar. Las ideas incluyen fruta, frutos secos sin sal y queso o yogur bajos en grasa. Cuando te entre hambre a última hora de la tarde, ¡estarás preparado!
3. Despeja tu escritorio.
Desde papeles perdidos hasta tazas de café desperdigadas, el desorden puede hacerte perder la concentración y frenar la productividad. Despeja tu entorno exterior y puede que te sientas más organizado y más capaz de concentrarte en la tarea que tienes entre manos.
4. Sube la música.
Varios estudios han descubierto que escuchar música puede ayudar a bajar la presión arterial, reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo. La música adecuada tiene el poder de cambiar tu actitud. Así que carga tu reproductor de MP3 y crea una lista de reproducción que te haga sonreír, tanto si estás trabajando como haciendo ejercicio. Siempre que no la pongas a todo volumen (es malo para el oído), es una forma segura y saludable de hacer que tu día sea más agradable.
5. Huele un limón.
Para un rápido truco desestresante, recurre a un sentido infravalorado: el olfato. Investigadores japoneses han descubierto que el linalool, una sustancia presente en los limones, puede frenar la clásica respuesta al estrés de "huir o luchar". ¿No te gustan los limones? Prueba con la albahaca, el enebro o la lavanda: también se ha descubierto que estos aromas reducen el estrés.
6. Estira.
No hace falta que te pongas los pantalones de yoga ni que te pongas en plancha. Bastan unos cuantos movimientos sencillos. Estira los brazos por encima de la cabeza. Sube y baja los hombros un par de veces. Estira las piernas mientras apoyas el torso en la pared. Hazlo con cuidado para no excederte. Los estiramientos pueden ayudar a mejorar la circulación y la flexibilidad, y pueden ayudar a aliviar los músculos tensos que vienen con el estrés.
7. Medita
. Es más fácil de lo que crees. Te explicamos cómo: Acomódate en una posición cómoda en una silla o en el suelo. A continuación, sigue tu respiración -interior y exterior- durante unos minutos. Seguramente te vendrán pensamientos a la cabeza, pero no hay problema. Déjelos flotar y vuelva a centrar su atención en la respiración. Meditar a diario, aunque sea durante unos minutos, puede ayudar a controlar el estrés.
8. Lleva un diario de gratitud.
Tómate un minuto cada día para escribir
por lo que estás agradecido, sea grande o pequeño. Es fácil desahogarse sobre el tiempo, el tráfico o los problemas de trabajo, pero quejarse trae consigo energía negativa. Estar agradecido por lo que tienes puede hacerte apreciar todo lo positivo de tu vida.
9. Apaga tus aparatos electrónicos.
Tómate un pequeño descanso, ya, de todos tus aparatos. Mirar las pantallas de los ordenadores y los aparatos electrónicos durante todo el día puede acabar con tu energía y fomentar la inactividad. Así que desconéctate -de todo- de vez en cuando. Esto es especialmente importante para permitirte desconectar y relajarte antes de acostarte. El hecho de que el mundo esté encendido las 24 horas del día no significa que tú tengas que estarlo.
10. Prioriza.
Date permiso para admitir que no puedes hacerlo todo, todo a la vez. En cambio, puedes ir mordisqueando tu lista de tareas pendientes, y sentirte más satisfecho, estableciendo algunas prioridades. Así que haz una lista y averigua qué es lo que realmente importa, qué puede esperar y qué puedes omitir. Ve bajando en la lista, ocupándote primero de tus prioridades más importantes. Poco a poco, lo conseguirás.