Cómo evitar la resaca: Consejos para las bebidas mezcladas, el ritmo con el agua y más

El doctor explica cómo reducir los efectos del alcohol con consejos como beber más agua, evitar el alcohol barato y mucho más.

Aunque hayas colgado la toga hace años, puedes sentirte como si te hubieras despertado en Animal House después de una noche de copas. "El alcohol afecta a la capacidad de discernimiento; si a esto le añadimos un grupo de amigos que también están afectados, el comportamiento de consumo de alcohol puede verse alimentado por los que te rodean", afirma el doctor John Brick, director ejecutivo de Intoxikon International, una empresa de Yardley (Pensilvania) que realiza estudios sobre el alcohol.

No sólo los amigos pueden fomentar la resaca. Las copas del tamaño de una pecera, los recambios generosos y las libaciones que saben a postre pueden ponerte en la senda del dolor a la mañana siguiente, aunque tengas las mejores intenciones.

Tanto si te diriges a la hora feliz, a una boda, a unas vacaciones o a una fiesta, aquí tienes los consejos de los expertos sobre cómo beber a sorbos sin que te persigan a la mañana siguiente. "Las resacas no son un signo de salud", dice Brick.

Teniendo esto en cuenta, ninguno de los expertos recomienda excederse, aunque se trate de una ocasión especial. Y con la decisión de beber viene la responsabilidad de encontrar un conductor designado -o un taxi- para mantenerse a salvo. Pero cuando la bebida esté en tus planes, puedes tener en cuenta estos consejos.

1. Bebe más... Agua, es decir

Por cada bebida alcohólica que tomes, tu cuerpo puede expulsar hasta cuatro veces más líquido. El efecto diurético del alcohol y la deshidratación que provoca contribuyen al malestar de la resaca, explica el doctor Jim Woodford, químico forense especializado en drogas y alcohol.

Por eso, Anthony Giglio, experto en vinos de Nueva York y autor de la Guía Oficial del Barman de Mr. Boston, acompaña cada bebida alcohólica con un vaso de agua. "Bebo al menos 8 onzas [de agua] sin hielo para asegurarme de que voy a mi ritmo y no me excedo", dice al doctor.

Tanto Brick como Woodford coinciden en que mantenerse hidratado puede reducir los efectos negativos del alcohol. "El alcohol deshidrata", dice Woodford. "Cuando te despiertas con dolor de cabeza y una sensación de malestar general, la causa es la deshidratación". Así que reemplazar los líquidos perdidos con agua combate la deshidratación y evita que bebas más alcohol mientras tanto.

De acuerdo, este consejo no es una investigación del Premio Nobel, pero mantener una jarra de agua en tu mesa o un vaso de agua junto a tu vino puede hacerte sentir como un genio por la mañana.

2. Golpea las rocas

Giglio tiene otra estrategia para combatir la resaca: "Pido bebidas con hielo", explica. "A medida que el hielo se derrite, la bebida se diluye y la bebo a sorbos lentamente". Bebidas como los Manhattans y los cosmopolitans están colados, por lo que siguen siendo igual de potentes con el paso del tiempo.

Tomarse su tiempo con una bebida también vale la pena. El cuerpo absorbe el alcohol más rápido de lo que lo metaboliza. Cuanto más rápido bebas, más tiempo pasarán las toxinas del alcohol en tu cuerpo, afectando al cerebro y otros tejidos, y más dolor sentirás por la mañana, dice Brick.

El metabolismo depende de varios factores (sexo, peso, edad, salud), pero en general, la mayoría de las personas pueden metabolizar aproximadamente una bebida por hora. Así que diluirla con hielo o agua aumentará el tiempo entre recargas y disminuirá las probabilidades de sufrir una resaca.

3. Omite las burbujas

Investigadores de la Universidad de Manchester han descubierto que los mezcladores con gas aumentan la tasa de absorción de alcohol en la sangre. La teoría es que el gas de las burbujas es lo que acelera el proceso. En su lugar, mezcla tu licor con zumo de frutas o agua.

Si vas a beber algo con burbujas, alterna entre bebidas con y sin alcohol, sugiere Kim Beto, sumiller y vicepresidente de Southern Wine & Spirits en San Francisco.

"Pide una bebida que tenga el mismo aspecto que una bebida alcohólica: ginger ale en una copa de champán o Coca-Cola sin el ron, por ejemplo", dice Beto. La razón: sigues teniendo un vaso en la mano y te parece que estás tomando una bebida "de verdad", pero no te haces el mismo daño.

4. Pagar ahora o pagar después

El dicho "obtienes lo que pagas" suele ser el caso del alcohol. Los investigadores han encontrado una relación entre el consumo de bebidas alcohólicas y los congéneres, las sustancias químicas que contribuyen al sabor, el olor y el color del alcohol.

En ese estudio, las personas bebieron bourbon o vodka con el mismo contenido de alcohol. Al día siguiente, ambos grupos declararon tener resaca, pero los que bebieron bourbon dijeron sentirse mucho peor que el grupo del vodka. Los investigadores atribuyen la diferencia a los congéneres: el bourbon tiene 37 veces más congéneres que el vodka.

En general, los licores claros o ligeros contienen menos congéneres que las bebidas más oscuras, pero no se trata de una regla rígida. La mejor regla general, según Woodford: Bebe las marcas más caras. El licor más barato suele contener niveles más altos de congéneres que las versiones más caras, dice.

5. Pon tu boca a trabajar

"Mantener una conversación es una forma fácil de marcar el ritmo de la bebida", dice Brick. Si estás charlando, no estás engullendo, así que estás reduciendo la velocidad a la que la bebida llega a tu sangre.

Pero una de las mejores formas de ocupar la boca y reducir las probabilidades de tener resaca es comer algo: Comer algo. "Comer ralentiza la absorción del alcohol, por lo que tienes más tiempo para metabolizar lo que estás bebiendo", dice Brick al médico.

¿Qué debes comer? "Las grasas y los carbohidratos llenarán el estómago y sustituirán los azúcares que el cuerpo necesita como combustible", dice la nutricionista neoyorquina Keri Glassman, RD. Las mejores opciones son los cereales integrales y las grasas poliinsaturadas, como los ácidos grasos omega-3, que se encuentran en ciertos pescados -como el salmón, el atún, la caballa y las sardinas- y en algunos frutos secos y semillas (como las nueces y la linaza).

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