¿Qué es la neuroestimulación para las cefaleas en racimo?

Todavía está en fase experimental, pero la neuroestimulación podría ser prometedora si otros tratamientos para las cefaleas en racimo no ayudan. El médico explica qué es y cómo funciona.

Has probado de todo para tus cefaleas en racimo y no has conseguido aliviarlas. ¿Ha llegado el momento de estudiar un tratamiento experimental llamado neuroestimulación?

La idea básica es utilizar la electricidad para activar las células nerviosas, lo que altera las señales de dolor del cuerpo, dice el doctor Joel R. Saper, fundador y director del Michigan Headache & Neurological Institute de Ann Arbor.

Algunos de los dispositivos que lo hacen son manuales. En el caso de otros, hay que recurrir a la cirugía para implantarlos, normalmente en la cabeza.

Por ahora, la única forma de conseguir la neuroestimulación para las cefaleas en racimo es participar en un ensayo clínico.

Tu médico puede ayudarte a informarte sobre los ensayos que buscan personas como tú, y cuáles son los pros y los contras.

Cómo funciona

La neuroestimulación no es nueva. La FDA la ha aprobado para enfermedades como el Parkinson y la epilepsia. Y ahora está llamando la atención como posible tratamiento de las cefaleas en racimo.

Se están desarrollando al menos cuatro enfoques diferentes de la neuroestimulación para esta enfermedad:

  • El gammaCore no requiere una intervención quirúrgica para implantarlo, pero se necesita una receta médica si se aprueba. Es del tamaño de un smartphone. Lo sostienes en el cuello durante 2 minutos cada vez. Estimula el nervio vago en el cuello y pretende prevenir las cefaleas en racimo o reducir la gravedad de las que ya han comenzado. Los posibles efectos secundarios son la ronquera temporal y una sensación de hormigueo o pinchazos durante su uso.

  • El sistema de neuroestimulación ATI se dirige a una zona llamada ganglio esfenopalatino (GEP), donde se reúnen un montón de células nerviosas que estimulan varias partes de la cabeza, incluidos los ojos y las fosas nasales, dice Saper. El dispositivo es más pequeño que una almendra. Un cirujano lo implanta a través de la línea de las encías superiores de la boca y lo guía hasta la zona de la cabeza donde está el GEP.

  • Un tercer tipo de neuroestimulación para las cefaleas en racimo se centra en los nervios occipitales, que están en la parte posterior de la cabeza.

  • En la neuroestimulación cerebral profunda, un cirujano coloca un dispositivo en el hipotálamo, que es una parte del cerebro situada detrás de los ojos. A diferencia de los otros métodos, se trata de una cirugía mayor.

  • Qué tan bien funciona?

    Los científicos aún lo están estudiando. Las primeras investigaciones parecen prometedoras, pero los estudios han sido pequeños.

    Los ensayos del gammaCore han incluido a personas que sufren tanto cefaleas en racimo episódicas como cefaleas en racimo crónicas (lo que significa que sus ataques son continuos, sin descanso). Uno de los primeros estudios se realizó en Europa, donde el gammaCore está en el mercado desde 2011. En él se comprobó que las personas con cefaleas crónicas en racimo que utilizaban el dispositivo tenían casi cuatro ataques de dolor de cabeza menos a la semana que las personas que no lo utilizaban. Hay más ensayos en marcha.

    Saper es uno de los investigadores que están estudiando si la estimulación con SPG puede ayudar a las personas con cefaleas crónicas en racimo que sufren al menos cuatro ataques a la semana.

    En un estudio con 32 personas, cerca de dos tercios de las que recibieron un neuroestimulador SPG afirmaron tener menos dolor durante al menos la mitad de sus ataques, tener al menos un 50% menos de dolores de cabeza, o ambas cosas.

    Los científicos también han estudiado el enfoque centrado en los nervios occipitales. En un pequeño estudio inicial, ocho personas con cefaleas crónicas en racimo recibieron este tipo de neuroestimulación. En un seguimiento realizado 20 meses después, dos personas afirmaron haber experimentado una mejora sustancial tanto en la frecuencia como en la gravedad de sus ataques, y tres describieron la mejora como moderada. Se necesitan estudios más amplios.

    En cuanto a la neuroestimulación cerebral profunda dirigida al hipotálamo, los investigadores italianos realizaron un estudio muy pequeño hace una década para ver si podía ayudar con las cefaleas en racimo crónicas. Sólo había cinco personas en el estudio. Casi dos años después de la intervención, todos ellos dijeron que ya no tenían dolor de cabeza y dos de ellos pudieron dejar de tomar la medicación. Se necesitan estudios más amplios.

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