médico explica los fundamentos del trastorno de estrés postraumático (TEPT).
El trastorno de estrés postraumático, o TEPT, puede darse en cualquier persona que experimente o sea testigo de un suceso violento o que ponga en peligro su vida. Estos acontecimientos incluyen, entre otros, los combates militares, los actos de terrorismo, las catástrofes naturales, los accidentes automovilísticos y los ataques personales como las violaciones u otras agresiones físicas. Dado que las agresiones personales, como las violaciones y los abusos sexuales, afectan más a las mujeres, éstas tienen el doble de probabilidades que los hombres de desarrollar un TEPT a lo largo de su vida.
Las experiencias traumáticas tienen un efecto en las personas. Hace que sea difícil dormir. Puede sentirse alejado de la vida cotidiana. Puede sufrir pesadillas o flashbacks, es decir, la reexperimentación repentina de recuerdos y emociones traumáticas. En el transcurso de unas semanas, estos síntomas suelen desaparecer. Cuando no lo hacen, o cuando vuelven a aparecer más tarde, se dice que la persona tiene TEPT. Aproximadamente una de cada tres personas con TEPT desarrolla una forma duradera del trastorno.
El TEPT perturba la vida cotidiana. Dificulta el trabajo y complica las relaciones con la familia y los amigos. A menudo conduce al divorcio y a problemas de paternidad.
El TEPT no suele ser el único problema de una persona. Las personas con TEPT suelen tener problemas de depresión, abuso de sustancias y otras dolencias físicas y mentales. También tienen seis veces más probabilidades de intentar suicidarse que quienes no padecen TEPT.
¿Qué causa el TEPT?
Las personas (y los animales) responden a un acontecimiento que amenaza la vida luchando o huyendo. Potentes mensajeros químicos del cerebro nos advierten del peligro y nos preparan para defendernos. Si hay demasiada estimulación, o si se prolonga demasiado, el cerebro puede sufrir efectos secundarios. Algunos de estos efectos secundarios parecen contribuir al TEPT.
El TEPT está asociado a cambios en la función y la estructura del cerebro. También hay una tendencia a que las hormonas clave del estrés se desajusten.
Entre los factores de riesgo que pueden contribuir al TEPT se encuentran los antecedentes familiares de ansiedad, la separación temprana de los padres, los abusos en la infancia o los traumas previos.