médico explica la ira y el manejo de la misma.
El control de la ira es una forma de disminuir los efectos que la ira tiene sobre ti. La ira es una reacción y un sentimiento normal, por lo que no puedes hacer que desaparezca. Pero puedes aprender a manejarla mejor.
La ira es un sentimiento poderoso. Es una emoción normal y saludable que se produce cuando te sientes frustrado, herido, molesto o decepcionado. Puede ser el resultado de algo que te sucede, de algo que alguien dijo o hizo, o de algo que recuerdas. La ira puede ayudarte o perjudicarte, dependiendo de cómo reacciones a ella. Si puedes reaccionar sin herir a otra persona, puede ser buena. Es útil cuando necesitamos protegernos, y puede motivarnos a cambiar las cosas. Pero también puede hacer que te desahogues de una forma que no deberías.
Si te guardas la rabia, puedes tener un comportamiento pasivo-agresivo, como "vengarse" de la gente sin decirles el motivo o ser crítico y hostil. Saber reconocer y expresar estos sentimientos de forma adecuada puede ayudarte a manejar emergencias, resolver problemas y mantener relaciones significativas.
Controlar la ira
Cuando te enfadas, puedes tener sentimientos que van desde una ligera irritación hasta la rabia. Cuando eso ocurra, prueba lo siguiente:
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Respira profundamente desde el diafragma.
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Date una charla de ánimo a ti mismo.
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Repite lentamente una palabra o frase tranquilizadora como "relájate" o "tómatelo con calma". Repítala para sí mismo mientras respira profundamente hasta que la ira disminuya.
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Después, exprésate con claridad y calma.
Los arrebatos de ira son estresantes para tu sistema nervioso y cardiovascular y pueden empeorar los problemas de salud. Además, no suelen tener un resultado productivo.
Otras estrategias para controlar la ira
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La actividad física como el ejercicio regular es una forma tanto de mejorar el estado de ánimo como de liberar la tensión y la ira.
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Evita el uso de drogas recreativas y el consumo excesivo de alcohol, que pueden hacerte menos capaz de manejar la frustración. El alcohol también puede aflojar tus inhibiciones para que digas o hagas algo que normalmente no harías.
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Busca el apoyo de otras personas. Habla de tus sentimientos e intenta trabajar para cambiar tus comportamientos.
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Si te cuesta darte cuenta de cuándo tienes pensamientos de enfado, lleva un registro escrito de cuándo te sientes enfadado.
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Intenta obtener una perspectiva diferente poniéndote en el lugar del otro.
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Aprende a reírte de ti mismo y a ver el humor en las situaciones.
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Escuchar de verdad. Escuchar puede ayudar a mejorar la comunicación y puede crear sentimientos de confianza entre las personas. Esta confianza puede ayudarte a lidiar con emociones potencialmente hostiles. Un ejercicio de comunicación útil es decir a alguien: "Déjame asegurarme de que entiendo lo que estás diciendo y luego repite lo que crees que es su mensaje o punto de vista principal". Este enfoque puede ayudar a aclarar los malentendidos que pueden dar lugar a frustraciones, y a identificar los temas en los que se puede llegar a un acuerdo para no discutir.
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Hazte valer, expresando tus sentimientos de forma calmada y directa sin ponerte a la defensiva, hostil o con carga emocional. Lea libros de autoayuda o busque la ayuda de un terapeuta profesional para aprender a utilizar las habilidades de asertividad y control de la ira.
Riesgos de la ira reprimida
Si no manejas tu ira, puede provocar ansiedad y depresión. Puede perturbar tus relaciones y aumentar el riesgo de enfermedad. La ira a largo plazo se ha vinculado a problemas de salud como:
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Presión arterial alta
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Problemas del corazón
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Dolores de cabeza
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Trastornos de la piel
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Problemas digestivos
La ira descontrolada también puede estar relacionada con la delincuencia, el abuso y otros comportamientos violentos.
A veces, un patrón de ira inapropiada también puede ser un síntoma de un trastorno del estado de ánimo, un trastorno de la personalidad, un problema de uso de sustancias u otro problema de salud mental.
Perspectiva de ira incontrolada
Si cree que su ira está fuera de control y está teniendo un efecto negativo en su vida y sus relaciones, busque la ayuda de un profesional de la salud mental. Un psicólogo u otro profesional de la salud mental con licencia puede trabajar con usted para enseñarle técnicas para cambiar su pensamiento y su comportamiento. Un profesional de la salud mental puede ayudarle a manejar su ira de forma adecuada.
Pregunte a su médico si los medicamentos pueden ser útiles. A veces, los antidepresivos, ciertos anticonvulsivos y los antipsicóticos en dosis bajas pueden ayudar a controlar los ataques repentinos de rabia o ira. Evita el alcohol, las benzodiacepinas de corta duración, como el Xanax, o las drogas callejeras que pueden hacerte decir o hacer cosas más impulsivas. Elige cuidadosamente a tu terapeuta y asegúrate de hablar con un profesional capacitado para enseñar a controlar la ira y las habilidades de asertividad.