La vergüenza tóxica: Causas, síntomas y más

La vergüenza tóxica se produce cuando interiorizamos comentarios negativos sobre nosotros mismos. Aprenda más sobre las causas, los síntomas de la vergüenza tóxica y mucho más.

Cuál es la diferencia entre la vergüenza y la culpa?

Estas dos emociones suelen confundirse entre sí. Uno siente culpa cuando sabe que ha hecho algo malo. Puede ser una emoción útil a la hora de mantener relaciones. La culpa puede mantenerte en el camino cuando te has desviado de tus normas morales.

Pero sientes vergüenza cuando crees que no eres suficiente, normalmente porque tus padres o tus compañeros te lo dicen. Tu confianza en ti mismo se ve afectada por esta emoción tan arraigada que afecta a la forma en que te ves a ti mismo.

La culpa te dice que lo que hiciste estuvo mal. La vergüenza te dice: "Como hiciste eso, eres una mala persona".

¿Cómo se vuelve tóxica la vergüenza?

Probablemente has sentido y seguirás sintiendo vergüenza en varios momentos de tu vida. La vergüenza puede durar unas horas o incluso unos días.

La vergüenza tóxica, sin embargo, proviene de que te digan constantemente que no eres suficiente. El resultado es una autoconversión negativa que permanece en ti.

La vergüenza tóxica puede empezar por la forma en que se te ha hecho caso de ciertos incidentes cuando eras niño, normalmente por parte de uno de tus padres. Por ejemplo, si mojaste la cama, tus padres pueden haber reaccionado de dos maneras:...

  • Te han tranquilizado diciéndote que todo estaba bien y han limpiado sin hacer un escándalo.

  • Arremetieron contra ti y te dijeron cosas como: "¿Por qué siempre haces esto? Qué es lo que te pasa?".

La segunda reacción probablemente te habría llevado a creer que había algo malo en ti. Tu sentimiento de vergüenza puede convertirse en vergüenza tóxica cuando la segunda escena se repite. Otras frases repetidas que pueden causar vergüenza tóxica, dependiendo del incidente, son:

  • ¿Por qué lo haces así? Te equivocas.

  • En qué estabas pensando?

  • Nunca serás tan bueno como ellos.

Si te dicen estas cosas con suficiente frecuencia, puedes empezar a decirte a ti mismo, por ejemplo, que no soy digno de ser amado. Y aferrarse a los sentimientos de indignidad puede ser muy perjudicial para tu salud mental y física.

Los peligros de la vergüenza tóxica

La vergüenza está detrás de estos dos síntomas comunes:

  • El síndrome de abstinencia. Es posible que quieras hacerte un ovillo y desaparecer cuando sientas vergüenza. La vergüenza nos hace sentir que no somos lo suficientemente buenos, y lo único que queremos hacer es escondernos.

  • La ira. Como sientes dolor emocional, te enfadas para intentar dirigir tu dolor lejos de ti.

La vergüenza tóxica también se ha relacionado con el abuso de sustancias, los trastornos alimentarios y las autolesiones...

Estos mecanismos de afrontamiento poco saludables pueden servir como escape de tu dolor emocional o de tu incapacidad para enfrentarte a ti mismo. ?

También puedes convertirte en un perfeccionista o tener expectativas poco realistas en tu intento de evitar ser avergonzado de nuevo.

Cómo recuperarse de la vergüenza tóxica

Es posible superar la vergüenza tóxica y cambiar la forma de pensar. La autocompasión es la clave del proceso. También necesitas autoconciencia, atención plena y paciencia. Prueba estos consejos para superar la vergüenza tóxica.

Enfréntate a la raíz de tu vergüenza. Es importante entender y examinar tus sentimientos. Encuentra la causa de tu vergüenza para poder avanzar.

Toma conciencia de cómo te hablas a ti mismo. Intenta observar tus propios pensamientos pero no reaccionar ante ellos.

Ten compasión de ti mismo. Todo el mundo tiene defectos y comete errores. Aunque te parezca que tus errores fueron enormes, acepta que sólo eres humano. Aprende del pasado, pero no te quedes atascado en él.

Practica la atención plena. La atención plena y la meditación pueden hacer maravillas si aprendes a observar tus pensamientos. Sentir vergüenza te obliga a reaccionar, por lo que puede ser muy poderoso fijarte en tus pensamientos y cuestionarlos.

Reconoce cuándo sientes vergüenza. El mindfulness puede ayudarte a detectar cuándo sientes vergüenza. Si lo sientes, coméntaselo a un amigo o a tu pareja. La vergüenza prospera en los lugares oscuros, así que ilumínala y observa cómo se desvanece su poder.

Busca apoyo. Una red de apoyo puede darle una salida para hablar de las cosas cuando sea necesario y aumentar su sentido de pertenencia.

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