¿Qué es el habla forzada?

La presión en el habla está relacionada con el trastorno bipolar, pero puede ser un síntoma de muchas enfermedades. Infórmese sobre las posibles causas y tratamientos.

Es diferente a hablar rápido porque estás emocionado o porque hablas de forma natural. Puede que saltes de una idea a otra. La gente podría tener problemas para seguir la conversación.

La presión al hablar suele ser un signo de manía o hipomanía. Es cuando el nivel de energía o el estado de ánimo es muy alto. Está relacionado con el trastorno bipolar. Esto es lo que debes saber.

Síntomas

Cuando tiene el habla presionada, puede:

  • Hablar rápidamente

  • Hablar más

  • Sientes que no puedes controlar tu forma de hablar

  • Seguir hablando cuando la gente no te presta atención

  • No dejar que la gente te interrumpa o te detenga

Por qué ocurre

Puedes hacerlo si tienes un trastorno bipolar o un trastorno esquizoafectivo.

La manía cambia tu forma de pensar y actuar. Durante un episodio, tienes mucha energía y cambios de humor. Tu mente se acelera. De ahí puede surgir el flujo constante de pensamientos que puede querer compartir.

La hipomanía tiene muchos de los mismos síntomas que la manía, pero no son tan graves. Puede seguir haciendo las cosas que suele hacer, como ir al trabajo o a la escuela. Los episodios son más cortos y duran unos 4 días seguidos.

Otras causas

El trastorno bipolar y el trastorno esquizoafectivo no son las únicas razones para hablar con presión. Puedes hacerlo o algo similar si tienes:

  • Esquizofrenia

  • Autismo

  • Psicosis y psicosis postnatal

  • Depresión mayor con rasgos mixtos/trastorno depresivo persistente con rasgos mixtos

  • Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)

  • Un trastorno de ansiedad

El consumo de drogas ilegales también podría conducir a un discurso presionado.

Cómo se trata

Su médico puede recetarle medicamentos antipsicóticos u otros fármacos que le calmen y alivien los síntomas. También podrían sugerirle antidepresivos u otros fármacos para la ansiedad.

La terapia cognitivo-conductual, o terapia de conversación, puede ayudarle a comprender mejor sus pensamientos y a gestionarlos. Trabajar con un logopeda también puede ayudar.

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