El médico responde a las preguntas básicas sobre las enfermedades mentales.
Los síntomas pueden ir de leves a graves. También pueden variar de una persona a otra. En muchos casos, hacen que la vida cotidiana sea difícil de manejar. Pero cuando un experto te diagnostica y te ayuda a recibir tratamiento, a menudo puedes recuperar tu vida.
Causas
Los médicos no conocen la causa exacta de la mayoría de las enfermedades mentales. Parece que hay una combinación de factores, como los genes, la biología y las experiencias vitales.
Muchas enfermedades mentales son hereditarias. Pero eso no significa que tú tengas una si tu madre o tu padre la tuvieron.
Algunas enfermedades afectan a los circuitos cerebrales que intervienen en el pensamiento, el estado de ánimo y el comportamiento. Por ejemplo, puede haber una actividad excesiva o insuficiente de ciertas sustancias químicas cerebrales llamadas neurotransmisores dentro de esos circuitos. Las lesiones cerebrales también están relacionadas con algunas enfermedades mentales.
Algunas enfermedades mentales pueden ser desencadenadas o empeoradas por traumas psicológicos que ocurren cuando se es niño o adolescente, como:
-
Abuso emocional, físico o sexual grave
-
Una pérdida importante, como la muerte de uno de los padres, al principio de la vida
-
Negligencia
Las principales fuentes de estrés, como una muerte o un divorcio, los problemas en las relaciones familiares, la pérdida del trabajo, la escuela y el abuso de sustancias, pueden desencadenar o agravar algunos trastornos mentales en algunas personas. Pero no todas las personas que pasan por esas cosas desarrollan una enfermedad mental.
Es normal tener algo de pena, rabia y otras emociones cuando se tiene un revés importante en la vida. Una enfermedad mental es diferente a eso.
Síntomas
Hay muchas enfermedades mentales diferentes, y sus síntomas varían. Algunos síntomas comunes son:
Problemas con el pensamiento (como estar confundido, desconfiado o inusualmente enojado o triste).
-
Se mantienen al margen de los demás
-
Cambios de humor
-
Problemas de relación
-
Alucinaciones (ver o escuchar cosas que no existen)
-
Abusar del alcohol o de las drogas
-
Sentirse con poca esperanza y no disfrutar de las cosas que antes les gustaban
-
Pensamientos de suicidio o de hacerse daño a sí mismos o a otros
-
Problemas de sueño (demasiado o muy poco)
Si has tenido síntomas como estos, habla con tu médico o con un consejero para saber qué pasa y qué te ayudaría.
Qué tan común es la enfermedad mental?
Es más común que el cáncer, la diabetes o las enfermedades del corazón. Según el Instituto Nacional de Salud Mental, aproximadamente 1 de cada 5 adultos estadounidenses tenía un problema de salud mental en 2014, y 1 de cada 25 vivía con alguien que tenía una enfermedad grave, como esquizofrenia, trastorno bipolar o depresión grave.
Estas afecciones pueden afectar a personas de cualquier edad, ingresos, nivel educativo, raza y origen cultural.
Cuál es el tratamiento?
El tratamiento depende de la afección. En muchos casos, las personas reciben uno o varios de estos tratamientos:
Medicación.
Los medicamentos recetados ayudan a controlar los síntomas, como la depresión, la ansiedad o la psicosis.
Psicoterapia.
Puede ser individual con un consejero. O puede ocurrir con un grupo. Puede incluir el aprendizaje de diferentes formas de responder a situaciones desafiantes.
Cambio de estilo de vida.
En algunos casos, cambiar tus hábitos marca la diferencia. Por ejemplo, el ejercicio es uno de los tratamientos para la depresión leve.
En algunos casos, el tratamiento también puede incluir terapias creativas (como la terapia artística, la musicoterapia o la ludoterapia), la atención plena y la meditación, y terapias de estimulación cerebral, como:
La terapia electroconvulsiva (TEC).
Se duerme bajo anestesia general mientras los médicos colocan electrodos en puntos específicos de la cabeza para estimular el cerebro. Suele utilizarse para la depresión mayor, pero los médicos pueden considerarla para otras enfermedades, especialmente en casos graves. La mayoría de las personas se someten a ella varias veces a la semana durante unas semanas, y normalmente sólo si otros tratamientos no han funcionado.
Estimulación del nervio vago,
en la que los médicos implantan un dispositivo que estimula el nervio vago, que transmite mensajes a zonas del cerebro que se cree que afectan al estado de ánimo y al pensamiento. Está aprobado para tratar casos graves de depresión que no responden a dos o más tratamientos antidepresivos.
Estimulación magnética transcraneal,
que utiliza imanes (fuera del cuerpo) para estimular el cerebro. Está aprobada para tratar la depresión mayor si otros tratamientos no han funcionado. Los estudios sobre su eficacia son contradictorios.
Algunas personas pueden necesitar tratamiento diurno u hospitalización, al menos durante un tiempo, para los cuadros más graves.
Perspectiva
Con un diagnóstico y tratamiento tempranos, muchas personas se recuperan totalmente de su enfermedad mental o pueden controlar sus síntomas.
Aunque algunas personas quedan discapacitadas a causa de una enfermedad mental crónica o grave, muchas otras son capaces de llevar una vida plena y productiva. La clave es buscar ayuda en cuanto empiezan los síntomas y seguir el tratamiento.